Anfiteatro romano de Mérida

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El anfiteatro romano de Mérida es del año 8 a.C. (siglo I a.C.), tiene forma ovalada y estaba destinado a la lucha entre gladiadores, entre fieras o entre hombres y fieras. La arena se cubría con maderas y debajo estaban las jaulas de las fieras y aparejos necesarios para el espectáculo. Los gladiadores podían ganar mucho dinero entre 1.000 y 5.000 sestercios por combate, sin embargo un legionario ganaba 375 sestercios al año. Al cabo de 5 años de victorias, se les ofrecía la libertad, aunque muchos preferían seguir siendo gladiadores y se reenganchaban, o se convertían en entrenadores de gladiadores.

Los espectáculos que más gustaban a los romanos eran los del circo, luego los del anfiteatro y más minoritario, el teatro. Esto se demuestra por el número de localidades. El circo tenía una capacidad para 30.000 espectadores, el anfiteatro para 15.000 y el teatro para 6.000.

En nuestra visita a Mérida sacamos una entrada conjunta al Teatro, Anfiteatro, Alcazaba, Casa del Mitreo, Cripta de la Basílica de Santa Eulalia, Circo Romano y Área Funeraria de los Columbarios.

Vídeo del Anfiteatro romano de Mérida

Transcripción del vídeo del Anfiteatro romano de Mérida

En el año 25 a. C., el emperador Octavio Augusto ordenó fundar la ciudad de Augusta Emérita para veteranos eméritos de las guerras cántabras.

El anfiteatro es del año 8 a. C. Tenía 16 puertas y una capacidad para 15.000 espectadores. En su arena se realizaban combates de gladiadores y luchas con fieras salvajes, generalmente protagonizadas por condenados u otros enemigos del estado.

La Puerta Pompae era por donde entraban los gladiadores. La Porta Triunfalis por donde salían los vencedores.

Un gladiador ganaba entre 1.000 y 5.000 sestercios por combate. Sin embargo un legionario ganaba 375 sestercios al año. Al cabo de cinco años de victorias se le ofrecía la libertad.

De la Puerta Pompae se bajaba por una rampa a la arena. La comitiva portaba en desfile a los dioses Némesis, Marte, Victoria…

La «fossa bestiaria» se cubría con tablones de madera. Albergaba los animales y materiales para el espectáculo.

Utilizaron ladrillo para la separación de las zonas de las gradas y las bóvedas. Los juegos solían durar un día completo y eran gratuitos. Las autoridades, magistrados o gente importante de la ciudad era quien los financiaba como una forma muy eficaz de propaganda política.

Vemos unas habitaciones cuyo uso no está del todo claro, pero se supone que eran para las fieras.

En textos romanos nos cuentan la costumbre que tenían los gladiadores de encomendarse a la diosa, con estas palabras: «A Némesis, para que salga de esta arena con los mismos pies con los que he entrado«.

El anfiteatro romano de Mérida y el teatro están el uno al lado del otro.