España: Badajoz: Mérida: Museo romano de Mérida
El Museo romano de Mérida contiene una de las mejores colecciones de esculturas, mosaicos y pintura de la época. El edificio que lo alberga resulta muy llamativo y moderno. Sus dimensiones son enormes y según su arquitecto, Rafael Moneo Vallés, se inspira en los grandes edificios del imperio tardío, como las termas de Diocleciano.
Muy interesante el Museo de arte romano de Mérida, muy claro, muy limpio.

Esta estatua representa a Ceres diosa de la agricultura y madre de Proserpina, su estatua presidía el Teatro, la de Proserpina también se encontró allí.
El reloj de sol estaba colocado en el centro del pórtico del Teatro.
Algunos emperadores se hacían representar como dioses y colocaban sus estatuas entre las divinidades en el Teatro.
Me encanta… ver a estos pitufillos contemplando arte, me hace creer en el futuro.
Decoración pintada del Anfiteatro, donde cuatro sillares que formaron parte de su balaustrada nos acercan al tipo de decoración pintada que existió en el monumento y a la imagen de estos espectáculos tan netamente romanos.
Retiarius, gladiador armado con red y tridente.
Una lucha entre fieras, tigresa y jabalí. Decoración pintada del Anfiteatro.
Caballo al galope.
Jinete militar.
El campeón Marcianus en actitud victoriosa sobre su cuadriga. En la cuadriga se destaca con su nombre a Inluminator, seguramente el más importante caballo del tiro.
El campeón Paulus sobre su cuadriga. Ambos campeones muestran la palma del triunfo en una mano y la fusta en la otra.
Arriba a la izquierda una campanilla.
Lucerna.
La primera cabecita es una especie de fauno o sileno, aunque a mí me recuerda a Sócrates que era igual de feo.
Representación de Anas (río Guadiana). Escultura de mármol con inscripción que menciona a Gaius Accius Hedychrus como sumo sacerdote de los cultos orientales. Mitreo. Siglo II d. C.
Augusto y Tiberio, aparecieron, junto a Druso, en la capilla del pórtico del teatro. Augusto está representado como Pontífice Máximo con la cabeza cubierta por un velo.
Druso. Tanto Tiberio como Druso visten la clásica toga romana y pueden ser identificados con personajes públicos, miembros de la familia imperial.
Recinto sagrado en el Foro. El romano buena parte del día lo pasaba en la calle, y principalmente en el Foro, situado en el centro de la ciudad.
Allí podía oír arengas políticas, orar en los templos, solucionar sus problemas jurídicos en la basílica o, simplemente, confundirse con los campesinos y mercaderes que ofrecían sus productos en las tiendas.
El Pórtico del Foro sería uno de los límites del foro, decorado con esculturas colocadas en hornacinas, y soportado por columnas corintias. En algunos tramos, las hornacinas se interrumpían para dar paso a pequeñas habitaciones relacionadas con el culto al emperador.
El foro era un eficaz medio de propaganda política. Allí podían admirarse las efigies de las más altas dignidades del Estado, como la de Marco Agripa, gran benefactor de la colonia y, junto a ellas, las de las principales autoridades locales, tanto civiles como religiosas.
Clipeo, una especie de gran escudo, con cabeza de Medusa.
Medusa, personaje mitológico al que se atribuía un gran poder protector y el dios Júpiter, símbolo del emperador. Entre ellos aparecen figuras femeninas, vestidas al estilo griego.
El dios Júpiter Ammón, exaltación del poder supremo de Roma. Estos símbolos también preservaban contra los peligros que acechaban a las personas.
Ménsula de grandes dimensiones decorada con una cabeza de toro, que formaría parte de un monumental arco de algún edificio del Foro. Mediados del siglo I d. C.
Un jinete en el momento de asestar el golpe definitivo a una pantera que se revuelve al sentirse herida. Mosaico del siglo IV.
La Diosa Isis.
Efigie de emperador Octavio Augusto en traje militar.
Las Lucernas se hacían con molde. La evolución de la forma ayuda a determinar la época de los restos arqueológicos. En la cuarta fila se ve un molde para hacer lucernas.
Mosaico de Orfeo y los animales.
Mosaico de la villa romana de «Las Tiendas». Profusa decoración geométrica y un cuadro central con escena de cacería de un jabalí, en la que vemos probablemente al dueño de la villa asestar con su lanza un golpe mortal al animal. Siglo IV d. C.
En torno a la escena están las figuras de las cuatro estaciones, identificadas por flores y frutos alusivos a ellas, así como por los rótulos con sus nombres. La palabra «verano» significa primavera, viene del latín ‘ver’ (primavera) y ‘annus’ (año).
Estela de edícula. La difunta es la joven Lutatia Lupata que aparece tocando el laúd o pandurium. Área de los Columbarios. Siglo II d. C.
Refiere el momento de la llegada a la isla de Naxos del dios Baco, acompañado por miembros de su cortejo, y su encuentro con Ariadna, que aparece dormida a la izquierda. Es obra de fines del siglo IV d. C.
Una habitación correspondiente a una casa romana. Fue descubierta en la calle de Suárez Somonte y proporcionó este excepcional conjunto pictórico. La pinturas de las paredes está distribuida en cuadros casi rectangulares ocupados por escenas cinegéticas y circenses.
La figura de un auriga vencedor sobre su cuadriga, un episodio de la caza del ciervo, al que acaba de dar muerte un jinete y una escena de doma de caballo.
Una estrella; un momento de la caza de la liebre, que es apresada por un lebrel ante la atenta mirada del cazador a caballo; un auriga en el momento de esperar la señal del magistrado para dar comienzo a su frenética carrera en torno a la spina del circo. El zócalo de la pared imita lastras de mármol jaspeado.