España: Badajoz: Mérida: Alcazaba
La Alcazaba de Mérida está en un extremo del puente. Delante de la muralla vemos un monumento de Mérida a la ciudad de Roma con la loba y Rómulo y Remo.
La Alcazaba de Mérida en época romana
La Puerta del Puente era una de las cuatro entradas principales que tuvo la muralla de la ciudad romana. Tenía dos grandes arcos bajo los que circulaban personas y vehículos. El puente desembocaba directamente en la puerta.
En la calzada principal han quedado grabadas las ruedas de los carros, como se aprecia en la foto de abajo.
Los romanos eligieron esta zona para construir el puente porque aquí el río era vadeable y en medio había una isla. Tenía 762 metros de longitud y originalmente contaba con 60 arcos. En las crecidas, como la de la foto abajo, el nivel del agua subía hasta 4 metros, por eso crearon contrafuertes y aliviaderos, que son los ojitos del puente que hay en los pilares.
Época árabe
En el año 713 las tropas islámicas conquistaron la ciudad visigoda de Emérita, que pasó a ser conocida como Mārida. Un siglo más tarde, en el 835, Abderramán II ordena construir esta imponente Alcazaba y para ello desmontaron la antigua Puerta del Puente y parte de la muralla romana. El alcazarejo era una forma de controlar a la gente que entraba a la ciudad.
Los muros de la Alcazaba, fabricados con sillares y material romano reutilizado, tenían unos 10 metros de altura. El tramo que discurre paralelo al río Guadiana se levantó sobre el dique romano.
Tras su construcción, la Alcazaba acogió a unos mil soldados que posiblemente ocuparon sus barracones distribuidos en calles rectilíneas. También quizás el gobernador pudo fijar aquí su residencia. En el sótano de la torre estaba el aljibe.
Para proteger la Alcazaba se distribuyeron 25 torres en sus muros, aunque en siglos posteriores se construyó alguna más. Los muros tienen unos 2,70 metros de grueso.
El edificio de la derecha fue construido en el siglo IX, a la vez que la Alcazaba, para cumplir funciones militares y religiosas. En su origen era una torre de tres plantas.
El piso superior sirvió de torre de comunicaciones. A través de otras torres la Alcazaba se comunicaba, a modo de faro pero con espejos y fuego, con Córdoba, donde estaba el poder. La planta intermedia se utilizó como mezquita. Y el sótano de la torre albergaba un aljibe para recoger agua.
En su exterior por la otra parte, una concha colocada en un saliente del muro, recordaba a los fieles musulmanes la obligación de rezar orientados hacia la Meca.
Para construir este edificio, los musulmanes reutilizaron materiales de otras épocas. Destacan las pilastras de mármol decoradas con motivos vegetales que posiblemente pertenecieron a un hospital de época visigoda. Aquí podemos ver las dos puertas opuestas que tienen una escalera que baja a un vestíbulo por donde se accede al aljibe.
La ubicación del aljibe en esta zona permitía que el agua del río se filtrase bajo el dique romano, a través de las gravas del fondo, para acabar almacenada en una cisterna.
Para que las tropas se abastecieran de agua se utilizaban animales de carga, según se deduce de la forma de los escalones dispuestos casi en rampa.
Era cristiana
También se han encontrado restos de una iglesia y antiguas tumbas. En 1.230, Alfonso IX, rey cristiano de León, conquistó la ciudad y entregó la Alcazaba a la Orden de Santiago para que, desde aquí, continuase avanzando hacia el sur.
Los caballeros santiaguistas restauraron la Alcazaba y construyeron, en su interior, la Casa de la Orden. El resto del recinto, entre los siglos XIII y XIV, estuvo ocupado por unas 50 casas conocidas como ‘la villa vieja’.
Ya en el siglo XV, la Alcazaba fue testigo de las luchas dinásticas entre Isabel la Católica y Juana la Beltraneja. En ese momento, se añadieron nuevas torres a la Casa de la Orden.
En el 1.578 la Casa de la Orden se transformó en Conventual y del XVII en adelante, la Alcazaba se abandonó progresivamente. La foto muestra una construcción del siglo XIX.