Abderramán III ordenó la construcción de esta fortaleza hace más de mil años, en el 995. Entonces recibió el nombre de «La Atalaya», que en árabe se dice Al-Mariyyat. De ahí deriva el nombre de la ciudad.
Su finalidad no fue la de palacio, sino únicamente defensiva. Con este baluarte, pronto Almería se convirtió en el puerto más importante de la península pues por aquí entraba todo el comercio del Califato de Córdoba tanto con Oriente como con el Norte de África.
Los cristianos la conquistaron dos veces, una el año 1.147 por parte de Alfonso VII de Aragón, aunque solo 10 años más tarde los Almohades la recuperaron y volvió a manos musulmanas. Los Reyes Católicos la tomaron definitivamente en 1.487, poco antes de la conquista de Granada.
El castillo que vemos hoy día en la zona más alta al oeste, lo mandaron construir los Católicos y su construcción terminó con Carlos I. El último uso militar que tuvo la Alcazaba de Almería fue en 1.836 durante la Primera Guerra Carlista.
Fue la fortaleza más grande construida por los musulmanes. Ocupa una superficie de más de 43.000 m2. Pasear tranquilamente por aquí puede llevarnos más de dos horas.
