Aras de los Olmos

Aras de los Olmos • Comunidad Valenciana • España

Aras de los Olmos, a casi 100 km de Valencia, se encuentra ya muy cerca de la provincia de Teruel, en la comarca de Los Serranos.

El 26 de julio de 2001, el Gobierno Valenciano aprobó el cambio de denominación del municipio, pasando de ser Aras de Alpuente, localidad a la cual estuvo históricamente vinculada, a llamarse Aras de los Olmos, su denominación actual.

Qué ver en Aras de los Olmos

La Torre del Cortijo

Torre de construcción árabe, probablemente erguida durante el gobierno de los Banu Qasim en el pequeño reino taifa de Alpuente que duró desde 1030 a 1092.

Su altura oscila en torno a los 10 metros aproximadamente. Cabe destacar que tanto la torre como el lienzo de muralla que la rodeaba, de la que se conservan algunos restos, fueron erguidos mediante la técnica de tapial, técnica usada desde la antigüedad que sirvió para construir muchos de los edificios que observamos hoy en día en Aras de los Olmos y Losilla.

Antiguamente la torre constituía el centro del recinto amurallado destinado a proteger a la población del terreno en caso de peligro o de guerra. Sin embargo, tras la conquista cristiana, el pueblo creció y las murallas del recinto árabe fueron derribadas o aprovechadas para erguir nuevas casas que asfixiaron la torre, que quedó inmersa en el patio de una de las casas.

Actualmente la torre se puede observar perfectamente mediante una visita al Ecomuseo, ya que la construcción se encuentra emplazada en el patio del museo.

La Casa del Cortijo, sede del CM Ecomuseo de Aras de los Olmos.

El Ecomuseo de Aras de los Olmos es un espacio dedicado a conservar y mostrar la cultura tradicional de la Serranía y de Aras, conformado por diferentes elementos que ponen en valor las muestras del patrimonio cultural y natural de la zona.

En sus diferentes partes se pueden observar el testimonio de las diferentes culturas que han dejado sus huellas en Aras y Losilla a través de los edificios, estructuras agrarias, diferentes objetos, música, relatos, costumbres y creencias.

La sede del Ecomuseo se sitúa en el vestíbulo de la Casa del Cortijo, que también se utiliza como oficina de información turística, y el resto de partes transcurren por todo el municipio.

Las personas con movilidad reducida pueden realizar el itinerario de la visita guiada por las diferentes partes del municipio. Por lo que respecta el acceso al museo, en la entrada hay dos pequeños escalones y acceso con rampa al patio. No hay acceso adaptado a la primera planta.

Almacera de Cera

La sala de la almazara nos pone en contexto la cerería, en el marco de la economía tradicional y la apicultura, una de las actividades más representativas en la vida tradicional de la comarca. La segunda parte recrea el entorno del obrador y muestra el proceso de elaboración de panes de cera.

La Torre y el Patio

Tanto la torre como los restos de la primitiva muralla se conservan entre las edificaciones actuales. Es una torre de planta cuadrada, tipicamente musulmana, construida en el siglo XI.

Colección Arqueológica y Aula Didáctica

En la primera planta del edificio, se encuentra la colección arqueológica “Francisco Moreno Mesas”, donde podemos encontrar fragmentos de cerámica, vasijas completas, armas, etc.

El Pueblo como Museo

El discurso del Ecomuseo transcurre por todo el municipio de Aras de los Olmos. Un trayecto por diferentes lugares nos hace recorrer las calles con paneles informativos.

Por el caso urbano se puede encontrar el Antiguo Horno Comunal, situado en la calle Jueguecillo, del año 1.351. También los Huertos Tapiados, la Casa de La Parra, el Lavadero de la Fuente Grande, o la Casa del Balcón de Esquina, entre otros puntos del recorrido que propone el Ecomuseo.

Jardín Etnobotánico

Se encuentra en el antiguo cementerio de la localidad. Es un espacio didáctico y de entretenimiento para que las personas puedan conocer la flora autóctona de nuestro territorio y sus usos, que además cuenta con un Oasis de Mariposas.

Exposiciones Ecomuseo

Exposiciones Permanentes

La Exposición Ciclo del Cereal, es una exposición permanente ubicada en el horno medieval, concedido por Pere el Cerimoniós a la villa de Aras en 1.351.  Se enseñan aspectos sobre otra de las formas de subsistencia tradicional de estas tierras.

La exposición abarca la creación del pan, desde la plantación del grano hasta su comercialización durante los años que el horno estuvo en funcionamiento.

Exposiciones Temporales

Actualmente en el municipio hay dos Exposiciones: «Cambio Climático y «Una física muy particular», producidas por Ciudad de las Artes y las Ciencias de Valencia.

La sala cuenta con diferentes juegos, paneles, vídeos, entre otros materiales, para interactuar con el público.

Horario:

Sábado 11:00h – 13:30 h

Domingo 11:00h – 13:30 h

Entrada libre al Museo 3 €

Visitas Guiadas (2h duración)

Sábado y Domingo 11:30h – 13:30h

De Martes a Viernes bajo demanda.

Precio Visita Guiada: 3 €

Exposiciones Temporales

Sábado 17:00h – 19:00h (BAJO DEMANDA)

Casa de la Parra

Esta casa es testimonio de la fuerte influencia de la cultura castellana en Aras.

Una de las repoblaciones que se hicieron en las tierras areñas fue con gente venida de Castilla. Esta casa pertenecería a uno de esos nuevos pobladores, ya que presenta un balcón cerrado de estilo castellano.

Puede visitarse el exterior, pero no el interior al tratarse de una propiedad privada. Además, el precio de la entrada del Ecomuseo incluye una visita guiada.

El horno de la calle del Jueguecillo

Este horno medieval de unos 600 años de edad fue uno de los centros de actividad más importantes de Aras, pues constituía un elemento clave para la dieta de los habitantes del pueblo.

Las mujeres del lugar se reunían en él para cocer el pan, pero también llevaban otros alimentos para calentar, como patatas o verduras y, en días festivos también se cocían en el horno dulces y carne.

El horno fue construido en el año 1351, gracias a una concesión por Decreto Real del rey Pere el Ceremoniós (El Ayuntamiento de Aras conserva este importante documento escrito en pergamino que certifica la concesión de este horno).

Este fue un mal año para la creación de un horno, puesto que éste dependía de las cosechas de cereal, las cuales eran escasas en aquellos años por culpa de la sequía y por la llamada Guerra de los Pedros. Sin embargo, el horno se mantuvo en funcionamiento, gestionado de forma comunal y activo hasta el año 1975, cuando cerró definitivamente sus puertas.

El pan era un alimento básico e indispensable que formaba parte de la dieta diaria de las gentes del lugar. La masa se elaboraba en casa, mezclando la harina con agua templada, levadura y sal en un cajón conocido como artesa. Una vez preparada la masa se transportaba al horno en un cesto de mimbre, el escriño, que las mujeres llevaban sobre la cabeza.

Por la cocción del pan la gente del pueblo debía de pagar por el uso del servicio que daba el horno, sin embargo este pago rara vez se hacía con dinero. Lo más tradicional era dejar a la hornera con una porción de masa proporcional al pan que se iba a cocer. Después, con esta porción de masa la hornera elaboraba su propio pan, que luego ponía a la venta y que según la gente del pueblo era un pan especial, muy rico, ya que llevaba una porción de masa de cada familia del pueblo. A esta forma de pago tan característica se la conoce como la Poya.

A partir de cierto tiempo, el horno paso a ser de propiedad comunal a gestionarse solo por tres familias, que se turnaban las jornadas de apertura del horno. Sin embargo, con el paso del tiempo, el trabajo resultó cada vez más pesado, y los beneficios cada vez más escasos, pues las gentes del pueblo comenzaron a emigrar a la ciudad para probar mejor suerte. Durante los años 50 y 60 el horno se abría tres días a la semana, los lunes, los miércoles y los viernes. En el año 1975, la semana que se celebraban las comuniones, el horno abrió sus puertas al público por última vez.

Actualmente el Horno medieval es uno de los puntos más importantes de nuestro itinerario cultural, que aunque se encuentre inactivo, podría aún ponerse en funcionamiento de nuevo. Algunos años después de su cierre, el Ayuntamiento de Aras se embarcó en el proyecto de rehabilitar el edificio para que albergase la sede del museo etnológico de Aras, operación que finalizó en el año 2001. Además, el edificio alberga en su interior una exposición dedicada al ciclo del cereal, con fotografías que retratan las labores de antaño y múltiples utensilios para la tarea de la trilla o la elaboración del pan, como artesas, lebrillos, crecederas, escriños y raseras entre otros.

Con la entrada del Ecomuseo puede visitarse.

Su núcleo urbano de fachadas blancas, balcones de forja y tejas de barro.

Dos de los balcones más famosos de Aras de los Olmos, el castellano y el balcón esquina.

En la calle Caballeros podemos encontrar la Casa del Balcón de Esquina, también conocida como casa de los Monterde, familia de nobles que gobernó en el pueblo y que se asentó en esta casa.

Con la conquista cristiana, los terrenos de Aras pasaron a ser parte de los bienes de la Orden del Temple, pero tras la disolución de ésta el pueblo pasó a dominación de la Orden de Montesa.

Los Monterde pertenecían a esta orden y procedían de Albarracín por lo que adosaron a la casa este característico balcón, cuya tipología es típica de Aragón y de Albarracín, siendo este balcón el único en la Comunidad Valenciana. Además en esta casa podemos observar dos escudos, uno con el emblema de los Monterde, y otro con la cruz de San Jorge característica de la Orden de Montesa.

Puede visitarse el exterior, pero no el interior al tratarse de una propiedad privada. Además el precio de la entrada del Ecomuseo, incluye una visita guiada a esta singular construcción.

La Iglesia Parroquial de Nuestra Señora de los Ángeles, del siglo XVI.

Edificio del siglo XVI construido sobre otro edificio de anterior fecha, por lo que presenta partes pertenecientes a diversos estilos.

Se trata de un templo de nave única, construido con fábrica gótica y con capillas adosadas entre los contrafuertes.

En el exterior, el edificio presenta dos portadas, una de estilo renacentista, con semicolumnas jónicas y un remate en forma de templete tripartito, y una románica, perteneciente a la parte del edificio más antigua, de decoración más sobria. Además, destaca el campanario de 30 metros de altura aproximadamente, que está formado por dos cuerpos, uno de obra de mampostería y otro de sillería labrada en la parte superior, que alberga ocho vanos de medio punto que contienen las campanas que llaman a la oración, dan la hora, y antiguamente también servían para dar el aviso en caso de incendio o de guerra.

En su interior, la iglesia presenta una rica decoración de esgrafiados en tonos grises y blancos distribuidos por las bóvedas y las paredes de la iglesia. Estos esgrafiados presentan decoraciones vegetales, angelotes, animales fantásticos, ángeles músicos y, además, elementos simbólicos que hacen referencia a tradiciones religiosas populares o a elementos de la cultura local, como los dos olmos que se encuentran pintados en el coro de la iglesia, que muestran como ya desde hace siglos existía la tradición de tener un olmo en el centro de la plaza del pueblo.

En la iglesia podemos encontrar además las imágenes de diversos Santos, como las pinturas situadas a los lados del altar que representan a Santa Catalina de Siena y Santa Catalina de Alejandría, las esculturas de Santos como la de Nuestra Señora de los Ángeles o Jesucristo yaciente y también una interesante cruz gótica plateada del siglo X.

Los huertos tapiados

Son un conjunto de parcelas que se apiñan frente al núcleo de la población, de la cual se encuentran separados por un barranco.

Estos huertos dan muestra de la forma tradicional de cultivo en Aras de los Olmos y constituyen un testimonio excepcional con gran valor patrimonial, arqueológico, etnológico e histórico, además del valor medioambiental y paisajístico.

Su tipología, parcelas de terreno separadas por tapias y regadas por un sistema de balsas y acequias, evidencian su tipología árabe. Cuando esta cultura estuvo asentada en el término de Aras, trajo consigo varias de sus tradiciones y creencias, como el aprecio por el agua y la vegetación, dado que eran gentes que procedían del desierto. Por esta causa los árabes delimitaban y cerraban sus parcelas, considerándolas como una especie de paraíso personal.

Además de este carácter simbólico, las parcelas cumplían una función utilitaria, ya que protegían las cosechas hortofrutícolas del frío, los robos y de los animales y el ganado. Las tapias, realizadas con piedras sin tallar trabadas con barro y piedras pequeñas forman una red de estrechos callejones de gran encanto, por los que se puede disfrutar de un agradable paseo por la naturaleza.

Los huertos son también un ejemplo de gestión comunal ya que se alimentan a través de una balsa que recoge las aguas de la lluvia y de la fuente de la Ermita y las distribuye a través de un sistema de acequias.

Los huertos se sitúan en el límite del pueblo. Son accesibles utilizando las carreteras que rodean el mismo. Para los que prefieren callejear por el casco urbano, el acceso es sencillo caminando desde la calle Caballeros, junto al Ayuntamiento.

El interesante Jardín Etnobotánico.

El jardín está enclavado en una zona con vistas a la sierra de Javalambre, rodeado del muro de piedra original, encalado, y los antiguos cipreses que aportan el recuerdo de lo que fue.

Este espacio ofrece una colección de plantas autóctonas, de uso medicinal, culinario, ornamental y tradicional.

La finalidad del jardín es de ser un espacio didáctico y de entretenimiento para que las personas puedan conocer la flora autóctona de nuestro territorio y sus usos.

La repercusión de este proyecto, ha tenido reconocimiento dentro del III Concurso de Cementerios en la categoría de mejor iniciativa medioambiental de ámbito nacional del 2016, de la Revista Adiós Cultural, siendo galardonados con el Primer Premio.

El etnobotánico de Aras de los Olmos está situado en el antiguo cementerio municipal, en desuso desde el año 1955 y que se encontraba descuidado y abandonado por el paso de los años, por ello la iniciativa de volver a darle vida convirtiéndolo en un jardín. La primera fase del proyecto, fue adecuar el cementerio para uso de jardín, con una subvención de la Generalitat Valenciana. Y en el 2014, se concluyó con la segunda fase, que obtuvo la financiación gracias al Área de Medio Ambiente de la Diputación de Valencia. Además se contó, a parte de la aprobación de los vecinos, con la dirección técnica del Jardín Botánico de la Universidad de Valencia y con un grupo de voluntarios amantes de la botánica, que son los que llevan el mantenimiento y su puesta en valor.

Cuenta con todo tipo de plantas autóctonas, muchas de ellas amenazadas. Por ejemplo: Paeonia Officinalis, Cornus Sanguinea, Acer Monspessulanum, Juniperus Thurifera, Ulmus Minor…

Se colabora con otros grupos de trabajo para la recuperación de especies, tanto de flora como de fauna, se realizan talleres para los más pequeños del municipio, para que aprendan y valoren los recursos naturales de su entorno y se creó un vivero para la reproducción de planta autóctona. Además los voluntarios del jardín, previa cita, organizan visitas guiadas al jardín etnobotánico, donde se explica la flora del territorio y el uso y propiedades de las plantas.

El Jardín Etnobotánico de Aras de los Olmos, es un espacio didáctico y divulgativo que pretende dar a conocer el conjunto de plantas autóctonas de uso medicinal, culinario y ornamental.

Conoce la flora autóctona del territorio y sus usos, la entrada al jardín es libre.

La Ermita de Santa Catalinaen lo alto de una muela y del siglo XVII.

En este lugar nos encontramos con un paraje dominado por un conjunto formado por dos edificaciones, la Ermita de Santa Catalina y la Hospedería, además de una fuente de aguas manantiales que nace en la propia montaña. Junto a esto se encuentra una explanada, con un paellero y con mesas y bancos donde podemos disfrutar de una agradable comida a la sombra de los árboles, mientras los niños y niñas se divierten en el parque.

Todos los años se celebran en este santuario romerías en honor a San Marcos (el 25 de abril) y a Santa Catalina (el 25 de noviembre).

En estas romerías los habitantes del pueblo sacan en procesión las imágenes de los santos, acompañados por la banda de música. Este acto es herencia de la tradición antigua, cuando los habitantes de los pueblos recorrían las calles con las imágenes de los santos, para pedirles que cesara la sequía y hubiera buenas cosechas.

Aunque no se tiene constancia exacta de su construcción, ésta probablemente data del siglo XVII. El emplazamiento de este lugar de culto viene determinado por la creencia popular, que cuenta que un joven pastor llamado Marcos, mientras apacentaba el ganado encontró la pequeña imagen de la Virgen Catalina, junto a la fuente natural envuelta entre pinos y romeros. Tras varios intentos de llevarse la imagen a su casa en Santa Cruz y que ésta regresara al día siguiente al mismo lugar, el pastor contó el suceso al párroco y los habitantes del pueblo, quienes la erigieron como patrona y le construyeron un santuario en el lugar donde la Santa quería reposar.

El santuario erigido por los habitantes puede ser visitado actualmente, para ver la pequeña imagen de la patrona. Se trata de una ermita de nave única cubierto con bóveda de cañón segmentada a través de arcos fajones, y con una cúpula previa al altar que contiene unas pinturas al fresco con alegorías referentes a la virgen y mártir Catalina.

En el lado derecho del altar se encuentra una capilla donde se emplazan los exvotos, figuras de cera que los habitantes de Aras ofrecían a la virgen como muestra de devoción. Además destacan elementos decorativos en esgrafiado, de manera similar a los que se pueden observar en la Iglesia de Nuestra Señora de los Ángeles que se encuentra en el pueblo de Aras.

En el exterior, una puerta con una escultura de la Virgen nos da paso al edificio, mientras que en el tejado podemos observar una espadaña, elemento típico de la arquitectura religiosa popular que cobija la campana con la que se llama a misa y a la oración.

La aldea de Losilla de Aras

Muy cerca vas a encontrar una pequeña aldea, la de Losilla de Aras, ¡desde allí llegarás a un mirador precioso desde el que admirar una fantástica caída de agua sobre el río Arcos! Otros puntos de interés en la aldea son su fuente de agua natural y el antiguo molino de una central eléctrica.

El Castillejo de la Muela.

En Aras de los Olmos también podrás encontrar el yacimiento íbero, Castillo de la Muela. Se trata de un poblado fortificado ubicado en la Muela de Santa Catalina, a unos 1.250 metros sobre el nivel del mar, dominando el amplio valle de Aras de los Olmos. El yacimiento data de los siglos XII – VI A. C., de forma que podemos encontrar un poblado y su fortaleza, además de una muralla de piedra.

Cómo llegar

Se llega por la carretera CV-35 en dirección Losilla. Desvío a la derecha hacia la Ermita de Santa Catalina y los Observatorios Astronómicos. Se puede acceder a través de los senderos PR-CV 188 y PR-CV 130 y es obligatorio aparcar fuera de la protección del yacimiento.

Presenta ocupaciones desde el Bronce Final al Ibérico Pleno y los restos más visibles corresponden a los del recinto amurallado.

Réplica del sinosaurio Losillasaurus Giganteus

El Losillasaurus (“Lagarto de Losilla») es el dinosaurio más grande encontrado en el territorio valenciano, que medía entre 25 y 30 metros de longitud, llegando a pesar 25 toneladas.

Vivió a finales del período Jurásico, hace aproximadamente 145 millones de años, en el Titoniense, lo que hoy es Europa.

Podemos encontrar una réplica corpórea, a tamaño real, del magnífico ejemplar en Aras de los Olmos.

Ruta Geológica de Losilla

La Ruta Geológica de Losilla cuenta en todo su recorrido con paneles informativos y 5 mesas interactivas para obtener información sobre la historia de la ruta:

  • Mesa 1: la importancia del factor tiempo.
  • Mesa 2: un registro ordenado en capas.
  • Mesa 3: en el fondo del mar.
  • Mesa 4: dinosaurios en la llanura.
  • Mesa 5: el hallazgo de una nueva especie.

Salida desde Losilla por el sendero PR-CV 323 en dirección Oeste, hacia el barranco de Escaiz. Se continúa por el sendero avanzando aguas arriba de dicho barranco hasta el punto de confluencia con el sendero GR 37. Se avanza por el GR 37 hasta el punto de confluencia con el camino de la Puebla. Se avanza por este camino en dirección Este, hasta el pueblo de Losilla, cerrando así la ruta circular.

La duración total de la ruta es de 1 hora aproximadamente, con una distancia de 5 km.

A lo largo de la ruta se pueden encontrar paneles informativos y un total de 5 mesas interactivas, en las que se puede encontrar la siguiente información:

  • Mesa 1: la importancia del factor tiempo
  • Mesa 2: un registro ordenado en capas
  • Mesa 3: en el fondo del mar
  • Mesa 4: dinosaurios en la llanura
  • Mesa 5: el hallazgo de una nueva especie