El 1 de marzo de 1493, Martín Alonso Pinzón llegó al puerto de Baiona desde América, por ser éste, uno de los pocos puertos fortificados. Así Baiona se convirtió en la primera villa que supo del descubrimiento del Nuevo Mundo. Por eso la primera semana de marzo celebran aquí una fiesta medieval que se llama La Arribada.
Me gustó ver la reproducción de la Carabela La Pinta, hecha a tamaño real y parece mentira que pudieran llegar con ese barquito hasta América y como nos dijo el señor que está allí: «Que pudieran llegar y ¡que volvieran!». Un señor muy amable al que le puedes preguntar lo que quieras sobre el barco. Por cierto, dormían todos juntitos en cubierta, ¡qué frío!. El timón lo dirigían agachados tal como se ve en la fotografía, menudo lumbago de aquí al Nuevo Mundo. Y de allí nos trajeron el maíz, tomates, hojas de tabaco, patatas, loros y bichitos varios y un montón de cosas más. Curiosa visita.
En 1585 el pirata inglés Francis Drake, al mando de 1.500 hombres atacó la comarca con 7 barcos. Los hombres de la villa mandados por el Conde de Gondomar consiguieron expulsar al pirata que se fue con tan solo 5 barcos.
Otra de las cosas que nos gustó de la villa, a parte de sus paisajes maravillosos, sus playas entre rocas, su mar azul… fue el arroz con bogavante… y después una siesta en la playa, a la sombra.
El Castillo de Monterreal está muy restaurado, hay un parador de turismo dentro, puedes pasear a su alrededor por un camino de un par de kilómetros viendo los paisajes y si quieres, pagas para entrar.
En pleno paseo marítimo, al ladito de las playas hay un mercado de antigüedades con objetos muy curiosos y muy bien conservados, las primeras máquinas de escribir, de fotos, tazas de porcelana… todo puesto realmente bonito y cuidado. Es una ciudad que merece la pena visitar, aunque sea bastante turística.
Vídeo de Baiona