La Basílica de San Marcos es un templo de influencia bizantina. Se construyó siguiendo el modelo de la basílica de los Doce Apóstoles de Constantinopla. Se empezó a construir en el año 828 para guardar las reliquias de San Marcos que trajeron desde Alejandría. El interior es impresionante con las cúpulas y muros recubiertos de mosaicos sobre fondo de oro y los suelos también íntegramente recubiertos de mosaicos.
Información práctica sobre la Basílica de San Marcos en Venecia
La entrada a la basílica es gratuita pero se paga por entrar al museo, donde están los Caballos de San Marcos, la Pala de Oro y numerosos objetos, fruto sobre todo de rapiñas. No se puede entrar con mochilas, hay que dejarlas en una consigna cercana gratuita.
Algunos elementos de la fachada de la Basílica de San Marcos
La fachada de la Basílica de San Marcos es mucho más que una simple estructura arquitectónica. Es una experiencia sensorial que estimula la vista, la imaginación y el espíritu.
Estos nichos de la basílica están adornados con mosaicos de oro y narran el traslado del cuerpo de San Marcos. En éste de la puerta principal se representa el Juicio Final.
Dos mercaderes, Buono Tribuno da Malomocco y Rustico da Torcello robaron el cuerpo del santo de la Tumba de Alejandría en Egipto y lo trajeron a Venecia para donárselo al dux. Cubrieron sus restos con manteca de cerdo y así pudieron sacarlo de Alejandría, por eso en el mosaico se ve a un musulmán tapándose la nariz ante el olor a cerdo, animal impuro para su religión. Obra de Leopoldo del Pozzo, a partir de cartones de Sebastiano Ricci.
Mosaico: El cuerpo de San Marcos recibido por los venecianos. Obra de Leopoldo del Pozzo, finales del siglo XVII.
El Dux Domenico Selvo pidió a los mercaderes que trajeran de Oriente mármol y piedras preciosas para decorar la basílica. Con estos materiales se realizaron los mosaicos que adornan las cúpulas y las bóvedas.
En el Arco de San Alipio se representa el aspecto de la basílica original. Es el único nicho que conserva el mosaico del siglo XIII. Como curiosidad, en el mosaico aparecen ya los famosos caballos.
Se empezó a construir en el año 828 para guardar las reliquias de San Marcos que fueron traídas de Alejandría.
La basílica fue destruida en 975 en un motín y reconstruida en el siglo XI por arquitectos y obreros de Constantinopla.
Hay una terraza con una cuadriga, realizada en cobre dorado, es una copia, la original está en la Galería de la Basílica, en el primer piso del interior del templo.
Los cuatro Caballos de San Marcos representan la fuerza del estado y son posiblemente griegos de los siglos IV – III a. C. Los trajeron desde Constantinopla en 1.204, después de la conquista de esta ciudad durante la Cuarta Cruzada.
Napoleón se llevó los caballos originales a París. Más tarde, durante el mandato austríaco tras la caída de Bonaparte, los devolvieron a Venecia. Llevan más de 800 años en la ciudad y la tienen el mismo simbolismo de poder que el león alado.
El remate superior de la basílica de San Marcos es gótico florido veneciano. Estatua de San Marcos flanqueado por ángeles y bajo él, el león alado.
Sobre la entrada principal, un arco de medio punto ricamente decorado con relieves escultóricos.
Hay mármoles de todos los colores traídos de lejanas tierras.
La Basílica de San Marcos se planificó como una prolongación del Palacio Ducal.
Fachada sur que da a la Piazzetta. A la izquierda se ven ‘los moros’ de la Torre dell’Orologio.
En la época de la República Veneciana, los comerciantes afortunados, después de hacer un buen negocio tenían que pagar por ley un tributo para embellecer la basílica. Esa es un motivo por el que el edificio presenta tal mezcla de estilos diferentes.
Los Tetrarcas o Mori, proceden de Siria o Egipto, siglo IV. Están situados en la esquina entre la fachada principal y la puerta de la Carta o del papel. El material que utilizaron es el pórfido, roca ígnea plutónica denominada así por los romanos debido a su color, su nombre significa púrpura y fue usada como signo de distinción. Más información sobre los tetrarcas, aquí.
Las cinco cúpulas de la basílica se levantan donde se cruzan los brazos de la planta en cruz griega. Hacia el año 1.260 recubrieron las cúpulas con otras cúpulas más grandes, por lo que la forma interior no coincide con la exterior.