¡Pero qué bien lo pasamos en Binibèquer Vell!
El complejo arquitectónico de Binibèquer es sorprendente y muy original. Algunas guías turísticas dicen que «es lo menos auténtico de la isla». Sin embargo, resulta un conjunto encantador que llama la atención y muy bello. Solo tiene cuarenta años y ciertamente no es un pueblecito de pescadores, pero mi impresión personal resultó muy grata.
Además de la sorprendente arquitectura, Binibèquer cuenta con tiendas, boutiques, restaurantes y hoteles. Y si hace calor, como suele ser lo normal en verano, puedes hacer una visita al restaurante Es Furat. El local cuenta con una magnífica piscina alrededor de la cual están situadas las mesas. Te aseguro que con el refrescante baño disfrutarás el doble con la cerveza y la comida.
Una pequeña cala en Binibèquer
Después de una paellita y un baño en la piscina del restaurante, bajamos por un sendero entre las casas que serpenteaba hasta el mar para llegar a una pequeña calita rocosa. Las rocas están preparadas con pequeñas plataformas, alguna escalera y un fondo precioso para disfrutar con el tubo y las gafas haciendo snorkel.