Para los que buscan comodidad, Cala Galdana es una de las playas de Menorca que debes elegir. Completamente urbanizada, dispone de servicios y atracciones de playa. Para nosotros su principal atractivo consiste en los pinos que todavía se conservan en la misma arena. En concreto, hay uno en el extremo izquierdo de la foto cuyo tronco crece muy inclinado, casi en horizontal. Sus ramas llegan literalmente hasta el agua, por lo que ofrece una sombra exquisitamente maravillosa.
Es una playa eminentemente familiar, muy amplia y además de los servicios típicos de playa (tumbonas, tiendas, quioscos, restaurantes…) también se pueden alquilar canoas, patines, practicar buceo y hasta parapente. Tal vez sea la playa más explotada turísticamente hablando. Tiene una gran extensión de poca profundidad del agua y está muy resguardada, por lo que es muy adecuada para familias con niños. Es muy fácil llegar hasta aquí, pero, claro, no esperes encontrarla vacía y tranquila.
La gran amplitud del arenal en forma de semicírculo perfecto mide más de 400 metros. Está bordeado de altos acantilados cubiertos de pinos. Un torrente desemboca allí cerca y el agua es limpia y cristalina. Todo ello convierte a cala Galdana en un lugar excepcional. Tal vez el hotel se construyó demasiado cerca del agua y demasiado grande. Eran otros tiempos. El resto de la urbanización sí que se ha construido respetando un poco más el paisaje.
En el lado oriental hay un mirador desde el que se puede contemplar toda la extensión de esta cala maravillosa y el río Galdana en su desembocadura.