El campanile de San Marcos, impresionante con sus 98’5 metros de altura total es el edificio más alto de la ciudad. Lo construyeron en el siglo IX sobre restos romanos y se terminó en el siglo XII. Su aspecto actual es del siglo XVI, ya que tuvo que ser reparado en numerosas ocasiones, como la del terremoto de 1.511. En lo más alto tiene una veleta de color dorado, representación del arcángel San Gabriel.
La torre original, de 1.173, además de campanario ejercía las funciones de faro para los barcos.
Fue una lástima no haber podido subir a lo alto de la torre, pero la cola era enorme. También ofrecen a la venta «entrada sin colas», pero no te garantizan que no la haya. Dicen que en días claros se ven hasta las Dolomitas.
El 14 de julio de 1.902 el campanario se desplomó, dicen que por las grietas que provocó la instalación de un ascensor. No hubo víctimas ya que la plaza estaba completamente vacía. Diez años más tarde ya lo habían reconstruido en el mismo lugar y respetando totalmente su estructura y su aspecto anterior: «Dov’era e com’era».