Cangas de Onís • Asturias • España
Cangas de Onís, como reza el eslogan de la ciudad, es historia y naturaleza que pudimos apreciar desde el primer momento de nuestra llegada. Es historia que se remonta a los tiempos antiguos Prehistóricos y naturaleza que te sobrecoge a cada paso.
Alojarnos en Cangas fue muy buena elección porque al estar situada un poco en el interior de Asturias, queda cerca de muchos lugares interesantes. La costa y las playas, apenas a 25 km, el Santuario de Covadonga, justo al lado, los Lagos de Covadonga solo a 21 km y el Parque Nacional de los Picos de Europa comienza a escasos 13 km de Cangas.
Nuestro primer paseo por Cangas de Onís lo dirigimos hacia la oficina de Información y turismo. Está en una preciosa casa de Indianos nada más pasar el puente y nos informan con toda amabilidad de todo lo que hay que ver en la ciudad.
Qué ver en Cangas de Onís
El puente romano o el puentón
La entrada a Cangas de Onís desde el norte es este maravilloso puente con su inmenso arco del que desde 1.939 cuelga una réplica de la Cruz de la Victoria, un recuerdo permanente de aquella mítica batalla de Covadonga.
El puente une los concejos de Parrés y Cangas. La construcción actual es del siglo XIII y se asienta sobre otro más antiguo de origen romano. Hay muchos indicios que así lo prueban, el más importante es que por aquí pasaba la calzada romana que unía Lucus Asturum junto a Oviedo y Portus Victoriae, la actual Santander y lógicamente, si había una calzada, tenía que haber un puente.
El lugar está muy animado por la cantidad de gente que hay bañándose en el río. Los más jóvenes no paran de lanzarse al agua desde sus contrafuertes y las rocas de la orilla. Incluso hay quien se atreve y se tira desde la barandilla de piedra en lo más alto de su arco apuntado.
Iglesia de la Santa Cruz
No es nada habitual conservar un dolmen prehistórico en el interior de una iglesia, pero este es el caso en la iglesia de la Santa Cruz. Su nombre viene porque el rey Favila, ese al que mató un oso, hizo construir una ermita sobre este dolmen para conservar la cruz de madera de roble que su padre Don Pelayo llevó en la batalla de Covadonga.
Dicen que este sería el primer templo cristiano que se levantó en Asturias tras la invasión árabe. Ese tempo original fue destruido totalmente primero en 1.632 y después durante la guerra civil cuando las autoridades republicanas decidieron dejar el dolmen a la vista como era su estado original. La lápida de consagración es el único resto que queda de aquella iglesia de Favila del año 737. La construcción actual es de 1.959.
Al entrar en la iglesia, una chica nos sitúa alrededor de la barandilla desde la que podemos observar el dolmen dentro de la cámara en el nivel inferior. Nos da muchas explicaciones detalladas pero no nos permite hacer fotos. Nunca entenderé esta norma.
El dolmen de más de 5.000 años de antigüedad, ha perdido su cubierta. Permanecen en pie cinco grandes piedras planas y dos más pequeñas. Lo más interesante es que por su cara interna aún son visibles restos de decoración, algunas pinturas rojizas y varias líneas grabadas en la superficie de la piedra.
Iglesia de la Asunción
Siguiendo recto desde el puente romano, recorreremos la Calle Turista y después de calle San Pelayo. Están repletas de restaurantes, sidrerías y demás sitios de buen comer y buen beber. Al llegar al cruce con la calle Evaristo Sánchez, la continuación de calle San Pelayo recibe el nombre de calle del Mercado.
Esta calle del Mercado es uno de los lados de una bonita plaza triangular. El otro lado es la Avenida de Covadonga. En la base de este triángulo se levanta esta iglesia de la Asunción y en su vértice superior la estatua de Don Pelayo guerrero en un pequeño jardín.
La iglesia, completamente reformada en el siglo XVIII, presenta una llamativa fachada de piedra rojiza con un campanario situado a tres alturas.
Palacio Pintu y Plaza del Mercado
Si nos situamos frente a la fachada de la iglesia de la Asunción, a la izquierda veremos el Palacio Pintu y la plaza del Mercado.
El nombre de Pintu le viene por el color brillante de su fachada. El edificio actual es de 1.940 y se construyó siguiendo las formas del antiguo palacio del siglo XVII que se levantaba aquí y que fue destruido en la guerra civil. De ese edificio solo se conserva el escudo familiar que alguien se preocupó de colocar en la fachada. Este escudo muestra la siguiente inscripción:
«Los Barelas y los Bermúdez, Ulloas y Villalobos, tan antiguos en Galicia como en Castilla los Godos / Por mi ley y por mi rey moriré».
Actualmente es sede de la Delegación de Hacienda. Bajo sus soportales hay un mercado moderno ya que aquí, desde hace más de 200 años, todos los domingos se celebraba mercado.