Las catacumbas de San Pablo en Rabat, junto con las de Santa Ágata constituyen un enorme complejo funerario de más de 2.000 metros cuadrados de superficie. Tanto fenicios como púnicos ya utilizaron este lugar como cementerio.
Durante la ocupación romana las tumbas solían ser un pozo con una o dos cámaras funerarias a los lados. Poco a poco estas tumbas individuales se hicieron más grandes y se unieron a otras vecinas dando lugar a las Catacumbas de San Pablo en Rabat y a otras como la de Santa Ágata, San Agustín y otras. Las utilizaron desde el siglo IV d. C. hasta los siglos VII – VIII d. C.
Totalmente excavado en la roca, consiste en una enorme red de pasadizos y cámaras funerarias. Vemos también espacios con triclinios con una mesa central. Estos eran recintos donde se celebraban ritos y banquetes en honor a los difuntos.
Durante el período de dominación musulmana, se abandonó el recinto por las diferentes costumbres, pero parte del complejo volvió a ser utilizado a partir del siglo XIII para ser de nuevo olvidado más adelante. En 1.894 el arqueólogo maltés Antonio Annetto Caruana (1.830 – 1.905), una vez que ya se había descubierto un acceso, inició la excavación y limpieza del lugar.
Originalmente estaban decoradas con pinturas, pero hoy día quedan muy escasos restos ya que la humedad las ha hecho desaparecer. Se han encontrado objetos típicamente funerarios como recipientes de cristal para ungüentos y lámparas de aceite de arcilla, esenciales para la iluminación.
Resulta muy curiosa la piedra tallada con herramientas quirúrgicas. Muy probablemente se trata de la tumba de una familia en a que había algún cirujano.
Y otra curiosidad del lugar nos habla de la tolerancia de los habitantes de la isla. En todas las catacumbas hay signos evidentes de enterramientos de diferentes religiones, cristianos, judíos y también paganos, unos al lado de otros.
Mañana temprano vendremos a ver la Domus romana que hoy ya no nos da tiempo.
Vídeo de la Domus romana y las Catacumbas de St Paul