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La Catedral de Toledo es de estilo gótico, empezó a construirse en 1.226, reinando Fernando III el Santo y se terminó en el siglo XV, 1.493, en tiempos de los Reyes Católicos. La sacristía es un pequeño museo lleno de obras de grandes pintores, Goya, Morales, Van Dyck, Tiziano, Rafael… y el Greco, retratos de apóstoles, el Expolio, curioso con sus vestiduras de s. XVI… Vale la pena verla.

Tiene cinco puertas, entre ellas, la Puerta del Reloj, que fue la primera que se construyó y la Puerta de los Leones, la última, se realizó hacia 1.460, con conocidos escultores como Pedro y Juan Guas y Juan Alemán. El reloj, construido en el s. XVIII por Manuel Gutiérrez, es uno de los pocos relojes de una sola manilla que existen en el mundo.

El Transparente, el enorme grupo escultórico sobre el altar mayor, lo hizo el gran escultor del barroco Narciso Tomé en 1729 y 1732. De estilo barroco y churrigueresco.

La entrada a la catedral vale 7 € (2.008) y no te dejan hacer fotos ni vídeo (mal rollo). De todas formas merece la pena entrar. Ves varios estilos arquitectónicos juntos, los cuadros, las tallas de las sillería alta del coro, hechas por Alonso Berruguete y Felipe de Borgoña (o Vigarny)… La catedral se levantó sobre otra iglesia de época visigoda (578) y en época musulmana también estuvo la Mezquita Mayor de Toledo.

No te pierdas la Catedral iluminada de noche.

Cuenta la leyenda… La Ajorca de oro de Gustavo Adolfo Bécquer