Ciutadella • Menorca • España
Ciutadella es una ciudad muy agradable, con un marcado aspecto medieval. Me gustó madrugar y recorrer las calles todavía desiertas de su centro histórico, la suave luz sobre la catedral que se recortaba en el intenso azul del cielo.
Disfruté callejeando contemplando las casas en tonos de tierra, amarillos, ocres y los viejos palacetes. El singular mercado parecía un tablero de ajedrez. Y las tiendas empezaban a abrir y a colocar su colorido género de quesos, ropas o frutas, en la calles.
Me encantó su puerto adentrándose en la tierra en el que cuentan que de vez en cuando el mar juega y provoca la peculiar rissaga*.
Al atardecer fui feliz saboreando un helado por sus calles llenas de gente paseando relajadas, niños corriendo.
Y al llegar la noche aún guardo el recuerdo de una exquisita cena al lado del mar, contemplando en lo alto las viejas piedras del Ayuntamiento iluminadas y los barcos meciéndose en el agua.
Y sobre todo, me maravilló lo amable y tranquila que es la gente de Ciutadella.