Paseando por Corcomroe Abbey… una abadía de finales del siglo XII, solitaria, aislada y misteriosa, situada en un valle cerca de las grises colinas rocosas del Burren. Sus monjes hicieron de ella un lugar autosuficiente libre de contacto con la sociedad gracias a las fértiles tierras del valle, ajena a vicisitudes y luchas externas, los monjes continuaron cultivando sus tierras durante 400 años.
Corcomroe Abbey fue fundada para los monjes cistercienses alrededor de 1194-95 como una casa hija de la Abadía en Inisloughnaght, Co. Tipperary. La iglesia fue construida a principios del siglo XIII y consta de una nave con un pasillo en el lado sur.
La orden del Císter llegó a Irlanda en 1142 y buscaron lugares aislados y despoblados para levantar sus monasterios. Corcomroe se encuentra en un pequeño y fértil valle rodeado de roca. En un tiempo fue conocida como Sancta Maria de Petra Fertilis, «Santa María de la Roca Fértil», en referencia al suelo rocoso pero fértil del Burren.
Fue fundado en este remoto valle, en 1194 por Donal Mór Ua Briain, Donald O’Brien, rey de Thomond, quien construyó muchas iglesias. Uno de los benefactores del monasterio fue el rey Conor O’Brien (muerto en 1268), cuya efigie está dentro de la iglesia y es nieto del fundador.
Los capiteles están tallados con representaciones realistas de plantas como el lirio de los valles, la amapola, la mortífera belladona y la dedalera. Como ninguna de estas plantas es nativa del Burren, se supone que reflejan el contenido del jardín monástico del siglo XIII.
En 1628 fue elegido el último abad, John O’Dea, un cisterciense del Colegio Irlandés de Salamanca (España)… es una curiosidad, desde luego.
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