Covadonga • Asturias • España
El santuario de Covadonga es un lugar muy especial y bello, rodeado de altas montañas que lo envuelven y lo protegen. Su nombre viene de Cova Dominica, que significa cueva de la Señora.
Aunque la carretera hasta allí es de libre acceso desde Cangas de Onís, nosotros decidimos utilizar el autobús para llegar hasta los lagos y al regreso bajar en el santuario. Allí aprovechamos también para comer en un bonito restaurante a la orilla del río.
El inconveniente de utilizar el autobús es que no puedes bajarte en el famoso mirador de los Canónigos que se encuentra a unos dos kilómetros antes de llegar a Covadonga.
Qué ver en Covadonga
La campanona
Nada más entrar en la rotonda, frente al museo del Real Sitio de Covadonga, unas escaleras conducen hasta la famosa y enorme campana que tiene tres metros de altura y pesa cinco mil kilos.
Tiene unos preciosos bajorrelieves que narran historias de tema religioso y pagano.
La fuente de los Siete Caños
Bajo la Santa Cueva, junto a las escaleras que conducen hasta ella, hay un precioso estanque y a su izquierda esta fuente que, por supuesto tiene su magia y su leyenda como reza la famosa copla:
La Virgen de Covadonga
Tiene una fuente muy clara
La niña que de ella bebe
Dentro del año se casa
Eso sí, para que se cumpla, la moza en cuestión tiene que beber de los siete caños. No sé si será verdad, pero siempre hay cola para beber. ¿Será solo por la ola de calor?
La capilla de la Santa Cueva
El abrigo natural que ofrece la roca acoge la curiosa capilla ermita conocida como la Santa Cueva en la que se encuentra la pequeña imagen de la Virgen conocida como la Santina. Es como una iglesia al aire libre que casi siempre está llena de gente, pero el ambiente es de silencio, recogimiento y respeto.
En un hueco en la roca, reposan en la actualidad los restos del rey don Pelayo, los de su esposa y los de Ermesinda, hermana del rey. En el sepulcro se encuentra esculpida la siguiente inscripción:
“AQVI YACE EL SEÑOR REY DON PELAIO, ELLETO EL AÑO DE 716 QUE EN ESTA MILAGROSA CUEBA COMENZO LA RESTAVRACION DE ESPAÑA BENCIDOS LOS MOROS; FALLECIO AÑO 737 Y ACOMPAÑA SS M/gEr Y ErMANA”.
Al dejar la Santa Cueva, atravesamos bajo la montaña por esta cueva natural y bordeamos la Colegiata de San Fernando, del siglo XVI que es el edificio más antiguo del lugar.
La Basílica
El edificio, de un cálido color rosado por la piedra caliza utilizada, se construyó a finales del siglo XIX por Roberto Frasinelli, conocido como «el alemán de Corao» porque se quedó a vivir en Corao, en el concejo de Cangas de Onís.
Todo el conjunto arquitectónico de la basílica y la cripta subterránea con la famosa virgen de marfil, transmiten una armoniosa belleza y serenidad tanto en el exterior como en su interior.
A la izquierda mirando la fachada de la basílica hay una enorme estatua de Don Pelayo que nos recuerda la importancia histórica de Covadonga. El año 718 se supone que venció a los musulmanes en una milagrosa batalla con ayuda celestial incluida. Dejando a un lado las creencias, mitos y tradiciones, lo que sí es cierto es que este personaje tuvo el acierto de unir a los diferentes clanes y tribus en una causa común. Se convirtió en el primer rey del reino astur y estableció en Cangas de Onís la primera capital de un reino cristiano no sometido e independiente del islam.
El Parque del Príncipe y la cascada sagrada
A los pies de la basílica se extiende un hermoso parque, jardín, bosque… no sé muy bien cómo llamarle, atravesado por el río Covadonga. Encontraremos fuentes, puentes y hasta una espectacular cascada.