Día 16 al 18: Qué hacer en Cayo Coco • Día 19: Volvemos a La Habana • Día 20: Paseo por La Habana
Volvemos a La Habana, último amanecer en Cayo Coco. ¡Haremos cola! para comer en Los Nardos, perteneciente al Centro Asturiano… tomaremos un daikiri en la terraza del Hotel Ambos Mundos donde Hemingway miró tantas veces el mar, disfrutaremos de la noche en la Plaza Vieja…
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La vuelta desde los Cayos la hicimos en avión hasta la Habana ya que Cayo Coco tiene aeropuerto. Ya traíamos los billetes comprados.
Llegamos a nuestra alojamiento en La Habana Casa Gloria. Consulado 110, en Habana Centro. Por fuera la fachada estaba un poco hecha polvo, pero por dentro todo muy bien y Marvelis, encargada del piso se portó genial con nosotros. Cuando llevas 20 días viajando y hasta cuando preguntas por un restaurante alguien está cobrando una comisión que vas a pagar tú, el que una persona tenga el detalle de hacerte un favor sin pedir nada a cambio, es muy de agradecer.
En los días previos antes de empezar a recorrer la isla hicimos unas rutas maratonianas para ver La Habana, 20 días después de recorrer la isla, nos sentimos imbuidos de la tranquilidad cubana y ya no hay ningún apremio, así que ahora simplemente paseamos disfrutando de todo despreocupadamente y viendo las cosas que salen a nuestro encuentro.
Hemos comido en Los Nardos en el Paseo de Martí y ha merecido la pena esperar la cola, hay comidas de todo tipo, y alimentos que no hemos visto en todos estos días. Además ya nos hemos acostumbrado a esto de hacer cola… sobre todo en las CADECAS para sacar dinero.
También hemos tomado algo en la terraza del Hotel Ambos Mundos. Esquina de la Calle Obispo y Mercaderes, a contemplar las vistas que tenía Hemingway, y entendemos por qué le gustaba tanto este hotel. Este hotel es famoso porque Hemingway residió de 1932 a 1939. Su habitación se conserva como la dejara el autor de ‘El viejo y el mar’ (1951) y funciona como un pequeño museo en medio del establecimiento. Y aquí escribió los primeros capítulos de “Por quién doblan las campanas”. Hemingway disfrutaba mucho de las vistas a La Habana Vieja y al Caribe, en el que pescaba con mucha frecuencia en su yate «Pilar».