El Baile de San Roque se realiza siguiendo la tradición, nada menos que desde el año 1.886. Con mucho sentimiento los calamochinos cada año repiten su emocionante y particular homenaje a su glorioso Patrón San Roque. Los días 16 y 17 de agosto, jóvenes y no tan jóvenes emprenden su particular peregrinaje hasta la ermita bailando.
Cada cual tiene su sitio en la fila, los más veteranos bailadores se sitúan cerca del santo y los más jóvenes abren la marcha. Ni el cansancio, ni el sueño hacen mella en el fervor y el orgullo de realizar un acto que puede considerarse el símbolo más característico e íntimo del sentir calamochino.
Los bailadores forman dos largas filas delante del santo.
Origen del baile de San Roque en Calamocha
La tradición de este baile viene desde el año 1.886 porque el año anterior Calamocha no sufrió la epidemia de cólera que se extendía por otras poblaciones. Otros dicen que sí tuvieron epidemia y acudieron a la ermita a pedir ayuda al santo. Cuando terminó la enfermedad, decidieron realizar este acto. Desde entonces este pueblo realiza esta procesión con este baile alegre para agradecer a su patrón la salvaguarda de la enfermedad.
Los «dichos»
De vez en cuando hacen una parada para recitar los famosos «dichos», como este, por ejemplo.
¡VIVA SAN ROQUE!
Glorioso patrón San Roque
te pido con devoción
que a todos los bailadores
les eches tu bedición.
A los que son aún pequeños
los debes de dispensar,
que como son principiantes
no saben muy bien bailar.
También les darás salud
para llegar a mayores,
y en su día puedan ser
unos buenos bailadores.
¡VIVA SAN ROQUE!
Los dichos pueden ser poemas o también prosa poética que compone la gente. Tienen longitud variable y serán de cualquier temática que a esa persona le nazca. La métrica y la rima son importantes en la poesía, pero en los dichos, no. Hay completa libertad. Como dicen ellos, lo que cuenta es el sentimiento. Quien sale a decir un dicho, se le conoce como el «dichero». Y siempre se empieza y se termina con un emotivo: ¡Viva San Roque!
Dos largas hileras de bailadores y bailadoras
Los bailadores tienen que estar en forma, pues se pasan bailando casi dos kilómetros hasta llegar a la ermita.
La bajada a la ermita de San Roque.
Volviendo de la ermita también bailando.
Se organizan turnos improvisados para llevar al santo.
Hay bailadores con muchos años de tradición.
El palitroque
El bailador de más edad lleva el palitroque, que viene a ser el que manda en la procesión. Cuando alguien va a recitar un dicho, esta persona recogerá el palitroque, lo cual le da protección, pues es como un talismán. Si el dichero se mete con alguien, el aludido solamente podrá responder con otro dicho.
El sitio en la fila lo da los años que uno lleve bailando.
Los bailadores necesitan avituallamiento, sobre todo, bebida.
Muchos padres acompañan a sus hijos.
En la calle Mayor ante el Palacio de los Tejada.
Frente al Palacio de los Vicente Espejo.
Los niños empiezan muy jóvenes.
Casi no hay sitio para todos en la plaza.
Hay bailadores de todas las edades.
San Roquico se celebra el día 17 de agosto.
San Roque va detrás de San Roquico.
Los jóvenes lo tienen muy claro.
Desde 1.980 también bailan las mujeres. No hace mucho tiempo, pero al fin se impuso la modernidad.
El día 17 no llegan hasta la ermita.
Los que ya no bailan siguen aconsejando a los más jóvenes.
La afición empieza muy pronto
Los más pequeños van aprendiendo sobre la marcha.
Este fue el bailador más joven: tres añitos.
Formación ante la iglesia.
El momento más emocionante.
Ya está llegando el santo.
Algunos privilegiados tienen el honor de entrar al santo a la iglesia.
Y no estamos nada cansados
Mi abuelo Santiago también participó en el baile de San Roque
Y con mucho orgullo, este señor tan alto de la camisa blanca y la chaqueta a rayas, era mi abuelo Santiago que tocaba la caja frente al santo hasta que fue bien mayor.
Vídeo del Baile de San Roque