Siguiendo la tradición desde 1886 y con mucho sentimiento los calamochinos cada año repiten su emocionante y particular homenaje al glorioso Patrón San Roque. Los días 16 y 17 de agosto, jóvenes y no tan jóvenes emprenden su particular peregrinaje bailando.
Cada cual tiene su sitio en la fila, los más veteranos bailadores se sitúan cerca del santo y los más jóvenes abren la marcha. Ni el cansancio, ni el sueño hacen mella en el fervor y el orgullo de realizar un acto que puede considerarse el símbolo más característico e íntimo del sentir calamochino.
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Vídeo del Baile de San Roque