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• Categoría: Faros
Todos los faros son bonitos y transmiten ese halo de romanticismo… ¿quién, si tuviera la posibilidad, se resistiría a subir a lo más alto, a la linterna del faro situado junto a la fortaleza templaria del Papa Luna?
El faro de Peñíscola no es visitable, pero tuvimos la inmensa suerte de que el responsable del faro nos hiciera una visita guiada con explicaciones y poder subir hasta lo alto de la torre. A él, lógicamente, tratándose de su lugar de trabajo, le parecía de lo más anodino y normal, pero para nosotros resultó una experiencia muy gratificante, todo un lujo para añadir a nuestra agradable visita a Peñíscola.
Nos contó que el faro se construyó el año 1.892 y se inauguró en 1.899. La torre tiene una altura de 11 m. Al lado de ella, el edificio sirvió como vivienda del farero hasta el año 2.013. La casa contaba con dos plantas, algo inusual en las construcciones de aquella época.
Es muy curioso saber que lo que fue el antiguo aljibe medieval de agua, en parte excavado en la roca, fue transformado en almacén de pólvora en el siglo XVIII. Más tarde en el proyecto de reforma del año 1.932 fue de nuevo reconvertido en depósito de agua para la vivienda*.
* Los espacios del faro de Peñíscola (Castellón), una visión del conjunto tras su restauración
En sus comienzos se utilizaban fogatas. También funcionó con parafina, un derivado del petróleo. Más tarde, en 1.920 se reformó la óptica y en 1.929 fue electrificado. Su alcance de luz es de unos 42 Km.
La profesión de Farero o Torrero ha cambiado mucho, tanto como su nombre, ahora son “Técnicos de Sistemas de Ayudas a la Navegación” ya no viven en los faros, ni queman aceite de oliva o petróleo, la tecnología ha transformado totalmente la profesión pero el fin es el mismo… mantener la luz.
El año 2.017 sufrió su última transformación para convertir el edificio anexo a la torre en centro de recepción de visitantes del castillo.
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