Ho Chi Min

La actual Ho Chi Min, hasta el siglo XVII solo fue una pequeña aldea conocida como Prey Nokor y pertenecía al reino de Camboya. Cuando la conquistaron los vietnamitas pasó a ser la residencia de la dinastía imperial Nguyen que gobernó los siglos XVII y XVIII.

Durante el XIX, los franceses dejaron una profunda huella en el aspecto de la ciudad que pasó a parecerse mucho a la ciudad de París. Una lectura imprescindible para conocer Saigón durante los años del dominio francés y la lucha de los vietnamitas por su independencia es la novela «El americano impasible» de Graham Greene. Más como periodista que como novelista, el autor narra la situación de la Indochina de los años 50 que desembocará en la guerra de Vietnam.

Primer día en Saigón, la actual Ho Chi Min

Salimos del aeropuerto de Hue a las 8:15 de la mañana y llegamos a Saigón a las 9:55. En primer lugar nos llevaron a visitar los famosos túneles de Cu Chi. Después la comida y por la tarde paseo a pie por el centro de la ciudad para ver los principales edificios de estilo colonial, el Ayuntamiento, la Oficina de correos y el Palacio de la Reunificación.

Los túneles de Cu Chi

tuneles de cu chi vietnam

A nosotros personalmente no nos gustó nada este lugar que es uno de los más promocionados para el turismo junto al Museo de la guerra por su interés histórico, pero sobre todo por la carga propagandística que le ponen. Sin duda, pueden presumir de haber vencido al mayor ejército del mundo en aquel entonces.

Se encuentra a pocos kilómetros de Saigón. Esta inmensa red de túneles sirvió como lugares de residencia para mantenerse ocultos y escapar de los bombardeos. Además constituyó una enorme vía de comunicaciones oculta por la que transportaban armas, soldados y víveres hasta las zonas controladas por el enemigo en el sur.

El vídeo que ponen al principio es realmente muy antiguo y parece el Nodo de la época. Después te muestran cómo vivían los soldados en condiciones realmente duras.

También se puede disparar armas comprando la correspondiente munición, lo cual resulta desagradable y ensordecedor cuando te acercas un poco a esa zona.

El ayuntamiento

En origen su función fue la de acoger la sede central de la Administración francesa de Indochina. No se puede visitar su interior porque ahora es el Ayuntamiento, pero su arquitectura y los alrededores son realmente interesantes.

que ver en ho chi minh, ayuntamiento

El palacio de la reunificación

Fue el lugar que marcó el fin de la guerra cuando un tanque nordvietnamita atravesó sus puertas. Se pueden recorrer sus dependencias y jardines, pero nosotros solo lo contemplamos desde fuera. Hoy día no tiene ninguna función para la ciudad, salvo el de recuerdo histórico.

palacio de la reunificacion en ciudad ho chi minh

La catedral de Notre Dame de Saigón

Tuvimos la mala suerte de no poder contemplar su espléndida fachada roja porque estaba totalmente cubierta de andamios para su restauración. Se construyó con materiales traídos de Francia en el siglo XIX y todavía se utiliza como lugar de culto para la minoría católica de Vietnam.

catedral de notre dame de saigon

La oficina de correos

Estamos ante uno de los edificios más bonitos de Saigón y todavía sigue funcionando como oficina de correos. Nos enviamos a casa una postal con la fachada de la catedral y la recibimos justo dos meses después.

oficina de correos de saigon

El museo de los vestigios de la guerra

Alberga en su interior una colección muy descriptiva y visual de los horrores de la guerra de Vietnam. Es un lugar duro de visitar, por supuesto, nada adecuado para niños por muy vistosos que sean los tanques y los aviones de la entrada.

La sala de las consecuencias en la población de la utilización del agente naranja es realmente terrorífica. Mucho que pensar en la capacidad infinita de barbarie del ser humano.

museo de los vestigios de la guerra en ho chi minh city

El mercado de Ben Thanh

Es uno de los mercados más grandes de la ciudad y a nosotros nos pareció descomunal. Infinidad de puestos alineados en pasillos interminables y muy estrechos.  Allí hay absolutamente de todo, joyería, ferretería, alimentación, comida, ropa… hasta animales. Dicen que si no encuentras lo que buscas, no existe en la ciudad.

Abre muy temprano y cierra hacia las 6 de la tarde, pero entonces comienza el mercado nocturno. Simplemente, muchos de los puestos, sobre todo los de comida se trasladan fuera y el ajetreo continúa.

El edificio es de construcción francesa, de 1.914 y de las puertas de entrada, destaca la de la torre con el reloj orientado a tres de sus lados. En las otras entradas principales hay esculturas de gallos, patos o pescados que indican a los compradores dónde encontrar esos productos.

Aunque no estemos acostumbrados a ello, hay que regatear siempre, excepto en los puestos de comida. Compramos una batería portátil y un chico jovencito nos propuso un precio. Cuando ya empezamos el diálogo para tratar de bajarlo, llegó el jefe, un señor que inmediatamente nos dijo que costaba casi el doble de lo que nos había dicho su empleado. Ante tamaño descaro, como no daba su brazo a torcer, nos fuimos. Volvimos al cabo de un rato. El jefe no estaba y llegamos a un acuerdo con el chico por algo menos de lo que él nos había pedido. Al final, todos contentos.

mercados de ho chi minh

Advertencias de seguridad

Aunque nosotros no tuvimos ningún incidente y tampoco vimos nunca nada extraño, sin embargo las guías advierten que Ho Chi Min es la ciudad con más ladrones del país. También es cierto que íbamos siempre acompañados por un guía y dentro de los circuitos turísticos.

Hay que tener especial cuidado en la zona del río donde los ladrones operan montados en la moto. No hay que dejar que cuelgue de uno nada de lo que uno no quiera desprenderse.

Cuidado con los carteristas, mujeres a menudo con bebés, niños auténticos maestros en birlar carteras.

No dejar nada en el suelo ni equipajes desatendidos.

Chicos y chicas que se acercan, dan un abrazo y susurran si quieres pasarlo bien, luego se van y se han llevado tu teléfono o la cartera.

Refrescos gratis ofrecidos por un amable compañero de autobús, resulta ser una droga.