Itinerario del viaje a Japón
Día 1 España – Tokio
Volamos con Iberia. Lo único bueno es que se trata de un vuelo directo, Madrid – Tokio. Lo malo es que Iberia cada vez trata peor a los clientes. El espacio dentro del avión es cada vez más reducido. Verdaderamente parecemos sardinas en lata. Está claro que el ejemplo de alguna compañía de bajo coste ha cundido y se han apuntado al ahorro a costa de la comodidad de los pasajeros. Además, la comida deja mucho que desear sobre todo en cantidad. Las últimas filas no pueden ni elegir entre las dos opciones que ofrecen en la comida una porque se les acaba antes.
En fin, salimos a las 12:30 de la mañana, hora española y tras casi 15 horas de vuelo, aterrizamos en el aeropuerto de Narita, Tokio a las 9 de la mañana del día siguiente, hora de Japón, con más de media hora de adelanto sobre el horario previsto pero cansados y sin haber podido dormir.
Día 2 Tokio
Nuestra guía es Laura, una española simpática y competente que lleva en Japón muchos años y ya ha formado allí su familia. Habla japonés con fluidez y entiende perfectamente tanto las costumbres locales como las españolas. Por cierto, aunque ahora está trabajando con nosotros para otra agencia, ella tiene su propia agencia, que se llama japonconguía.
Lo primero es lo primero y antes de ir al hotel, a pesar del cansancio del viaje, toca empezar la visita a esta enorme ciudad. Nos lleva a pasear por la isla de Odaiba y comemos en un restaurante local.
Odaiba es una isla artificial que se creó con fines defensivos. Daiba significa plataforma para el cañón, aunque nunca llegó a utilizarse.
Continuamos la visita con un recorrido panorámico en autobús. Vemos sin detenernos, la Torre de Tokio, un punto de referencia moderno que contrasta con la arquitectura tradicional japonesa.
En el itinerario se hablaba de conocer el Teatro Kabukiza, hogar del arte kabuki, teatro típico japonés, pero no llegamos a verlo.
Después nos adentramos en el barrio de Ginza, célebre por sus edificios lujosos con pequeñas boutiques y grandes centros comerciales de ropa y productos de lujo en general.
La otra visita de este largo día fue la del majestuoso Palacio Imperial, la residencia oficial del Emperador de Japón, donde disfrutamos del parque. Allí vimos la estatua del célebre samurai Masashige Kusunoki, que mantuvo su lealtad al emperador.
Por fin, a media tarde nos dirigimos al Hotel para descansar un poco. El hotel es el Tokyo Dome Hotel, un establecimiento con una calidad realmente excelente. Nos sorprendió el tamaño enorme de las habitaciones, algo poco frecuente en Japón.
Día 3 Tokio
Desayunamos en el hotel y dedicamos el día entero a conocer Tokio.

Nos dirigimos en primer lugar a Akihabara Yodobashi, unos grandes almacenes donde se puede encontrar cualquier producto electrónico.

Pasamos rápidamente por Kappabashi, con multitud de tiendas y comercios con productos de cocina y todo lo relacionado con la gastronomía.

Continuamos hacia Asakusa, donde visitamos el Templo Sensoji, el más antiguo de Tokio, fundado en el año 628 d. C. Recorremos la calle comercial Nakamise, repleta de tiendas tradicionales, nos maravillamos con la imponente Puerta Kaminarimon, que destaca por su enorme linterna roja.




Después del bullicio del templo Sensoji, tenemos entradas reservadas para subir al Tokio Sky Tree. Gracias a eso, pudimos acceder a los ascensores sin hacer apenas cola. Las vistas panorámicas desde las dos plataformas, Tembo Deck y Tembo Galleria, a 350 metros y 450 metros sobre el suelo, respectivamente, son impresionantes.
Por la noche dejamos una maleta por persona en el vestíbulo del hotel para que las trasladen a Kioto. Nos quedamos con una maleta o mochila donde llevaremos la ropa para las siguientes dos noches y tres días que pasaremos en Kanazawa y Takayama antes de llegar al hotel de Kioto.
Día 4 Tokio → Kanazawa

Desayunamos en el hotel de Tokio y partimos en el tren bala Shinkansen hacia Kanazawa, famosa por mantener barrios de geishas. Llegamos justo para disfrutar de un almuerzo en un restaurante local.



Después de comer, visitamos el famoso jardín Kenrokuen, considerado como uno de los más bonitos de Japón. El día amenazaba lluvia y cayó con ganas. El jardín es impresionante y la tormenta, aunque resultó muy incómoda, le dio un aspecto especial y diferente a este hermoso jardín.
Una de las visitas en Kanazawa es la Casa de Geishas Ochaya Shima. Mientras la mitad del grupo toma un té, la otra mitad visitamos la casa museo donde las maiko vivían y se formaban en las artes para convertirse en las maravillosas artistas que son las geishas.
Finalmente dimos un paseo por Higashichaya, un barrio histórico conocido por sus calles pintorescas y sus bien conservadas casas de té del periodo Edo.
Por fin nos dirigimos al hotel en Kanazawa, el Daiwa Roynet Hotel Kanazawa Miyabi.
Después de cenar aún nos quedó tiempo para llegar en un hermoso paseo hasta Nagamachi, el barrio samurai cercano al castillo de Kanazawa donde vivían los samurais. A pesar de lo cansados que estábamos, valió la pena recorrer esas pocas calles con sus casas tradicionales ancladas en el tiempo. Muy bello.
Día 5 Kanazawa – Shirakawago – Takayama

Desayuno en el hotel y partimos hacia Shirakawago, un encantador pueblo, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Es famoso por sus antiguas casas de estilo Gassho-zukuri, reconocidas por sus tejados de paja, diseñados para soportar grandes cantidades de nieve durante el invierno.
El pueblo es maravilloso y el día acompaña con un sol maravilloso.
Dejamos Shirakawago y nos vamos a Takayama, una ciudad que ha conservado su arquitectura tradicional con calles estrechas y casas de madera.
Al igual que en Shirakawago, los cerezos junto al río están en plena floración. Hacía viento, por lo que hemos visto caer los pétalos y tanto el suelo como el agua del río tenían una alfombra de un blanco rosáceo muy bonito. Aquí le llaman el hanafubuki a cuando caen los pétalos y los niños juegan a cazarlos en el aire.
Recorremos Kami-Sannomachi, el casco antiguo de Takayama, conocido por sus casas y tiendas, que han sobrevivido al paso del tiempo, desde la era Edo.

Entramos a ver Takayama Jinya, la antigua sede del gobierno militar de Takayama para conocer más sobre la sociedad y la vida durante el período Edo (1.603 – 1.868). Este edificio histórico es el único de su tipo que queda en Japón.
Matamos el gusanillo del hambre con unas croquetas que nos comimos en la calle y, ¿cómo no?, entramos en la fábrica de sake para degustar algunos de sus productos.
Terminamos el día con otra maravillosa cena en un restaurante local y nos fuimos al hotel en Takayama para descansar, el Hida Hanasatonoyu Takayama Ouan.
Día 6 Takayama – Arashiyama – Kioto
Otro potente desayuno en el hotel para tomar fuerzas y ponemos rumbo a Arashiyama. Aquí visitamos los jardines del Templo Tenryuji, (el templo del Dragón Celestial), originalmente de 1.339. Forma parte de los «Monumentos históricos de la antigua Kioto», declarados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.

No pudo faltar la visita al bosque de bambú de Sagano, aunque, debido a la gran afluencia de gente que había en el camino, nuestra guía decidió que no valía a pena recorrerlo y tras las fotos de rigor, nos dirigimos de vuelta a Kioto.
Nuestro alojamiento es el Richmond Hotel Premier Kyoto Ekimae, justo al lado de la estación de tren.
Día 7 Kioto – Nara – Kioto

Tras el reconfortante desayuno, hoy toca admirar el Pabellón Dorado Kinkakuji, uno de los emblemas de Kioto con sus dos pisos superiores cubiertos de pan de oro.
Después nos fuimos a Nara donde llegamos justo para disfrutar de un almuerzo en un restaurante local.
Nara, fue la primera capital de Japón y posee una arquitectura increíble, con hermosos templos y pagodas. El templo más importante es el templo de Todaiji, donde se encuentra la mayor figura de Buda de bronce del mundo. Mide 16 metros de altura y pesa 437 toneladas. También hay dos estatuas de Buda de 8 metros de altura a la entrada del templo.

En el paseo por el gran parque de Nara, nos sorprendemos con la presencia de los más de mil ciervos llamados Shika que viven allí. Son mansos, pero no dejan de ser animales salvajes. Es realmente genial verlos moverse libremente por el parque. La gente los alimenta con unas galletas que venden especiales para ellos y también lo hicimos nosotros. Hay que tener cuidado porque cuando varios de ellos te rodean y se disputan el alimento, tratan de conseguirlo a toda costa y son frecuentes los mordiscos. Algunos compañeros se llevaron algunos moratones que esos mordiscos por encima de la ropa les dejaron en la piel. Cuando esto ocurre, hay que darles rápidamente toda la comida y enseñarles las manos vacías. Entonces se calman y tranquilamente van a buscar a otra víctima.

Visitamos también el santuario Kasuga, uno de los más importantes de Japón para las personas que siguen la religión sintoísta. Se fundó a la vez que Nara y la gente lo conoce como «el santuario de las linternas», porque tiene cientos de linternas iluminadas, que te acompañan a lo largo del camino por el bosque hasta su entrada.
De vuelta a Kioto disfrutamos de una cena con la actuación de una maiko (aprendiz de geisha), una experiencia inolvidable. Era una joven de 19 años que cantó y bailó para nosotros y después pudimos conversar con ella. Para nosotros fue uno de los momentos importantes del viaje.
Día 8 Kioto

Desayuno en el hotel y rumbo a Fushimi Inari, el santuario sintoísta conocido por sus miles de torii rojos que forman túneles a lo largo de un sendero hasta la cima del Monte Inari. Es uno de los santuarios más emblemáticos de Kioto y ofrece vistas espectaculares de la ciudad desde la cima.

Tras esta mágica visita, nos trasladamos al barrio de Gion, conocido por preservar la cultura tradicional japonesa. Con sus antiguas casas de madera, calles empedradas y la posibilidad de encontrarse con geishas y maikos, Gion ofrece una ventana al pasado feudal de Japón.
Tarde libre para sumergirnos en la cultura y la historia de la ciudad a nuestro ritmo.

Hay muchos lugares que merece la pena visitar, como Kiyomizu-dera, un famoso templo con una plataforma de madera que ofrece vistas panorámicas de Kyoto. Se encuentra a unos 40 minutos en transporte público. Además, Ninenzaka y Sannenzaka son calles históricas llenas de tiendas y cafés tradicionales.
Día 9 Kioto – Izukogen
Desayunamos en el hotel, mientras nuestro equipaje vuelve de camino a Tokio.
Vamos a Izukogen, situada entre el monte Fuji y el océano Pacífico. Es una región montañosa famosa por sus onsen (aguas termales), frondosos bosques y la espectacular costa de Jogasaki.
Una vez allí, recorremos la zona de Izukogen y caminamos por el sendero de Jogasaki, conocido por sus acantilados y vistas al mar.
Esta vez el alojamiento es un ryokan, el Ryokan Hanafubuki, Izu Kogen un alojamiento de auténtico estilo japonés. Durante el tiempo libre nos relajamos en el jardín del ryokan y nos damos un baño de aguas termales “onsen”.
La cena será fue experiencia gastronómica Kaiseki en el ryokan, un exquisito banquete que incluyó una variedad de platos preparados con ingredientes locales y de temporada.
Día 10 Izukogen – Tokio
Desayuno y despedida de este maravilloso ryokan y nos vamos de vuelta a Tokio. Aunque en el programa teníamos tarde libre para explorar la ciudad a nuestro ritmo, nuestra guía se ofrece a acompañarnos a recorrer alguna zona menos turística de Tokio.
Nos va a llevar a conocer la calle Yanaka que da su nombre a todo el barrio y al enorme cementerio que hay allí. Para ello, tomamos el metro en la estación de Suidobashi (línea amarilla), cambiamos en Akibahara (línea verde) y vamos por Okachimachi, Ueno y Uguisudani hasta la estación de Nippori.
Nada más salir del metro vemos el cementerio y bajamos hasta la calle Yanaka. Hay mucha gente y está repleta de comercios, bares y puestos de comida. Pues, sorpresa, en medio de esa multitud, en esta ciudad de casi 40 millones de habitantes, nos cruzamos con Fabiano y Mar, dos miembros del maravilloso grupo que se formó durante el viaje a Egipto.
Pasamos por el templo Nezu que esta época del año está repleto de visitantes porque las azaleas han explotado en flores y el espectáculo visual es impresionante. Hay una cola enorme para entrar al jardín y pasear entre las flores. Nosotros nos limitamos a pasear por el exterior y recorrer la enorme cantidad de puestos de comida y entretenimiento que hay. Parece una feria, comenta alguien, y así es, un poco más adelante encontramos el típico puesto de tiro al blanco con escopetillas de feria.
Continuamos el paseo por la llamada calle de la serpiente, llamada así por las curvas que tiene. Aquí ya no hay apenas turistas.
Finalmente, cena de despedida en un restaurante local. Buffet libre con carne, verduras, bebida y helado. El ambiente se animó bastante y lo pasamos realmente bien. La carne es el shabu-shabu. Está cortada en finas lonchas y cada uno se la cuece en una olla con agua hirviendo que hay en la mesa. Tiene dos salsas para sazonar los ingredientes. Como la carne es tan fina, dicen que hay que cogerla con los palillos y sumergirla dos veces muy rápido mientras dices, shabu, shabu.
Día 11 Tokio – España
Desayuno en el hotel.
Traslado en autobús hasta el aeropuerto de Tokio Narita y vuelo con Iberia de regreso a España. Las mismas impresiones que a la ida: incomodidad y estrechez de los asientos y comida realmente escasa.
Recomendaciones oficiales para el viaje
Recomendaciones de viaje a Japón del Ministerio de Asuntos Exteriores
Moneda en abril de 2025
1 € = 162 yenes
3 € = 500 yenes
5 € = 818 yenes
6 € = 1.000 yenes
10 € = 1.627 yenes
20 € = 3.254 yenes
25 € = 4.092 yenes
50 € = 8.135 yenes
100 € = 16.270 yenes
Filosofía
«La vida se compone de pequeñas felicidades insignificantes, semejantes a diminutas flores. No está hecha solo de grandes cosas, como el estudio, el amor, el matrimonio y la muerte. Cada día ocurren otras pequeñas, tantas que no podríamos tenerlas presentes ni contarlas y tras ellas se esconden la simiente de una felicidad apenas perceptible, que el alma respira y gracias a la cual vive».
Del libro: «Un viaje llamado vida», de la escritora Banana Yoshimoto (1.964)
Restaurantes en Japón
La mayoría de los restaurantes, excepto los izakaya, están especializados en un solo plato, por lo que hay que decidir antes qué queremos comer.
Casi todos los restaurantes tienen menú de mediodía, bastante económico, llamado teishoku. Si van en la caja para llevar, se llaman bento.
Generalmente se paga a la salida en la caja, no en la mesa y no admiten propinas.
Los Shushi-ya y Kaiten-zushi son establecimientos especializados en sushi y sashimi. El sushi es una pequeña loncha de pescado sobre una base de arroz o envuelto en un alga. El sashimi es el pescado solo, sin el arroz.
En los Kaiten-zushi el sushi va dando vueltas sobre una cinta y los clientes cogen el plato que les apetece. Cada uno tiene un color diferente dependiendo del precio.
Soba-ya, restaurantes que sirven principalmente soba y udon. Ambos son fideos, los soba son de color marrón y más delgados, y los udon son fideos gruesos. Se pueden servir con caldo en un cuenco, o fritos (yakisoba).
Ramen-ya, especializados en la sopa ramen, pero también sirven otros platos como yaki-meshi, arroz frito o las empanadillas chinas, gyozas.
Okonomiyaki-ya, especializados en la pizza japonesa. El propio cliente se la cocina en una plancha en la mesa con los ingredientes que le apetezcan.
En los Yakitori-ya se sirven los yakitori, pinchos de pollo a la parrilla.
El frito de pescado, marisco y verduras lo encontraremos en los Tempura-ya.
Tonkatsu-ya, escalope de cerdo que generalmente va acompañado con un menú de arroz y sopa misu.
Si queremos comer la deliciosa anguila a la brasa sobre carbones, tendremos que ir a un Unagi-ya.
Los Sukiyaki-ya sirven sukiyaki y shabu-shabu. El sukiyaki es carne cortada en finas lonchas y te la preparas en una sartén a tu gusto. Viene acompañada con verduras y tofu. El shabu-shabu se cuece en una olla también con dos salsas para sazonar los ingredientes.
Los restaurante de lujo con gastronomía refinada y un precio bastante elevado, son los Kaiseki Ryori.
Los izakaya, las tradicionales tabernas japonesas, son establecimientos equivalentes a nuestros bares de tapas en los que se puede comer un poco de todo y tomar mucha cerveza.
También hay restaurantes familiares que disponen tanto de comida japonesa como occidental. Se llaman Shokudo o Famiresu.
Si te animas a comer el famoso pez globo, altamente venenoso, llamado fugu, tendrás que encontrar los carteles o señales del pez globo en su puerta. Su veneno no tiene antídoto. Paraliza los músculos y mata por asfixia en unas horas. Los cocineros tienen que estudiar tres años para poder cocinarlo sin riesgo y los establecimientos tienen que disponer de una licencia especial.
Casi todos los restaurantes disponen de té verde (ochá) y se suele servir gratuitamente. El café, sin embargo, suele ser caro.