Estas son para nosotros las mejores playas y calas de Formentera… nos gusta ponernos las gafas y el tubo para disfrutar del agua transparente y de los fondos llenos de vida marina… bueno, no están todas… en la próxima escapada… más.
Cerca del Puerto de la Savina
Es Cavall d’en Borrás
Se encuentra al norte de la isla. No tiene tanta fama como Ses Illetes, pero está muy cerca del puerto de La Savina. Desde allí, en apenas dos kilómetros se puede llegar hasta esta playa andando, en bicicleta o bordeando L’estany Pudent por la carretera. Las maravillas de este sitio son el bosque de sabinas que encontramos aquí, la maravillosa vista de Ibiza y el Peñón de Es Vedrà y finalmente la arena blanca de la playa y que siempre tiene aguas tranquilas y resguardadas del oleaje.
Caminando hacia el sur encontramos un puente que atraviesa un canal de agua, Sa Sequi. Este paso se abrió para comunicar el estanque Apestoso, estany Pudent, con el mar y dar salida a esas aguas estancadas.
Playas en Illetes
Espalmador
Estamos en el extremo norte de Formentera. Únicamente accesible desde el mar, llegamos hasta allí en una excursión en barco. El sitio es precioso y el agua, espectacular y, aparte de los barcos que haya allí fondeados, no encontrarás mucha gente debido a lo lejos que está.
Nosotros llegamos hasta aquí con una excursión en barco que alquilamos en La Savina, en el Centro Náutico Formentera.
Ses Illetes
Sencillamente, nos fascinó. Fuimos allí varios días con el coche.
Esta larga y estrecha zona tiene al oeste la playa de Ses Illetes y unos metros a la derecha, la playa de Llevant.
Desde el control de tickets encontramos varios sitios de aparcamiento para los vehículos. Si dejas el coche en el primero, accedes a la primera playa, donde están las islitas, Conill y Des Forn. Es preciosa, muy familiar y siempre se llena de gente. A nosotros nos gustaba llegar al último parking, que está al lado del restaurante Es Ministre y a partir de aquí empezar a caminar hasta donde nos apetecía o simplemente hasta que nos cansábamos de andar.
Toda esta punta de arena que discurre en dirección norte hacia Ibiza recibe el nombre de Es Trucadors y termina en el Paso de Espalmadors. Cualquier lugar es ideal para el baño. Los barcos te dirán en qué lado tenemos aguas tranquilas. Allí donde estén fondeados, las aguas estarán en calma. En el otro costado, seguramente habrá viento, olas o mala mar.
No es nada aconsejable intentar pasar a la isla de Espalmadors andando o nadando porque, aunque parezca poca distancia y que tiene poca profundidad, las corrientes son muy fuertes y ha habido gente que ha perdido la vida allí.
Es tanta la gente que va, que han colocado una barrera en la única carretera de acceso y hay que pagar 6 € por coche y 3 € por moto. Me parece muy bien porque esa medida ayuda a controlar el número de vehículos que acceden. Vehículos eléctricos, bicicletas y, por supuesto, los residentes en Formentera están exentos de pago. Lo ideal es ir muy pronto, antes de las 9:00, o después de las 17:00. De esta forma te evitas las colas, el exceso de sol y también el pago. Luego puedes irte a la hora que quieras.
Playa de Llevant
Suele estar menos ocupada que su vecina, Ses Illetes. Aunque los días que sopla el viento de Levante la convierten en una de las más salvajes. De todas formas, como decíamos al hablar de Ses Illetes, basta mirar dónde están fondeados los barcos para saber dónde estará tranquilo el mar y elegir el lado de Ses Illetes o el de Llevant.
Vídeo de Ses Illetes
Playas en Es Pujols
Sa Roqueta
Por la carretera de Ses Illetes, antes de llegar a Es Pujols, vemos el cartel anunciador hacia Sa Roqueta. Tomamos este corto desvío y enseguida llegamos a esta espectacular y maravillosa cala de arena flanqueada por rocas afiladas. Fue nuestro último baño en Formentera, al atardecer, a esa hora en la que la mayoría de la gente ya se ha ido o están marchando y encuentras no solo una playa maravillosa, sino también una tranquilidad y una paz indescriptibles.
Es Pujols
Es una playa preciosa, de aguas transparentes y arena blanca y es una playa completamente urbana. Aquí visitamos el tradicional mercadillo colocado junto al mar y disfrutamos de un agradable paseo caminando por toda la zona al lado de la playa.
Además del encanto de la playa, Es Pujols es uno de los núcleos de población más turístico de la isla, con muchas tiendas, bares, restaurantes, apartamentos… En fin, la zona de marcha.
Costa des Carnatge
Cala en Baster***
Es para mí la cala más bonita de la isla. Su acantilado de arena caliza horadado por las cuevas que antaño servían para guardar las barcas de los pescadores con sus accesos de madera de sabina, resulta espectacular. Es rocosa y resulta ideal para hacer snorkel. Está muy apartada y no suele ir demasiada gente. No es la ideal para llevar a los niños por cuestiones de seguridad.
Es Caló: Ses Platgetes
Son tres arenales separados por zonas rocosas a los que podemos acceder desde Es Caló. Antiguamente se los conocía como Platgeta de Prop, Platgeta de Enmig i Platgeta de Més Enllà. No llegamos a bañarnos en ninguna de ellas, pero no por falta de ganas, sino de tiempo.
Puerto de Es Caló
Solo nos bañamos en el puerto de Es Caló y en la zona rocosa justo a su lado oriental. Nos encantó la transparencia del agua y cómo no, la espectacular estampa del varadero semicircular para guardar las barcas. Eso sí, el bañista no debe olvidar que se trata de un puerto y de vez en cuando llegan pequeñas embarcaciones, sobre todo desde los barcos fondeados a lo lejos.
Nos gustó mucho tanto el restaurante Can Rafalet para cenar y comer, como la cafetería para tapear, pizzas…
Playa de Migjorn
En la costa sur de Formentera, justo en la parte en la que la isla comienza a estrecharse, encontramos 4 km de costa que te van a enamorar. Es la playa de Migjorn, la más larga de la isla. Cuando sopla el viento norte, la gente acude a esta playa del sur que estará tranquila. En general en toda esta costa sur predomina la playa de arena, mientras que las del norte suelen ser más rocosas.
Hay instalada una pasarela de madera que recorre toda la playa de Migjorn que ofrece unos maravillosos paseos a la vez que quedan protegidas las dunas y la vegetación.
Muchas zonas mantienen en sus orillas esos montones de plantas secas de posidonia que el oleaje ha ido arrancando del fondo y acumulando. Hay gente que les da reparo, pues lo ven como acumulaciones de basuras, pero no tiene que darnos ningún reparo porque eso nos asegura que el fondo marino está vivo y no tiene contaminación.
Algunos de sus rincones de la playa de Migjorn en los que nos detuvimos fueron estos:
Caló d’Es Mort
Esta pequeña cala toda flanqueada por rocas y al abrigo de las olas es diminuta, pero sencillamente espectacular. Al ser tan pequeña, es fácil encontrarla abarrotada de gente.
La encontramos a mano derecha apenas hemos empezado la subida al pueblo de La Mola tomando el desvío del complejo urbanizado Maryland. Otra forma fácil de llegar, a parte de por mar, es aparcar en el Hotel Riu La Mola e ir caminando por la orilla del mar unos 15 minutos.
En esta cala no hay nada, tendrás que llevarte tu agua y tu comida. Nosotros llegamos hasta aquí en una piragua que alquilamos bajando por el acceso del hotel Riu La Mola.
Playa d’Escupinà o Es Copinar
Pasando con la piragua vimos en la playa un chiringuito de lo más auténtico, el Kiosko Bartolo. Puede que tenga malas críticas en la web por un poco antipáticos, pero conseguir mesa y tomarse simplemente una cerveza, una tortilla o una hamburguesa frente a ese maravilloso mar, es uno de esos momentos sencillos y a la vez inolvidables.
Playa Es Arenals
Desde el famosísimo chiringuito «Piratabus», mirando hacia el oeste disfrutamos de la puesta de sol. Si volvemos la vista hacia el este, tenemos la zona de Migjorn conocida como la playa Es Arenals. Paseando por esta playa vemos que es larguísima, toda de arena, también el fondo. La gente entra en el mar muchos metros sin encontrar aguas profundas, por lo que es ideal para familias con niños.
Sa Platgeta
Sa platgeta es otra zona de la playa de Migjorn que comparte las mismas características. Aquí solamente vinimos a cenar porque nos recomendaron mucho este sitio, el restaurante Sa Platgeta. Nos gustó mucho cenar bajo los árboles de sabinas, pero también la excelente relación calidad precio, así como el trato familiar y la amabilidad de su personal. No fue fácil llegar y después de una parada táctica y gracias a las indicaciones que nos dieron los del restaurante por teléfono, finalmente lo conseguimos.
Paseo en kayak por la costa Migjorn
Costa Oeste
Cala Saona
Cala Saona es una pequeña cala en forma de U, rodeada de acantilados y árboles. Tiene hamacas, alquiler de kayak, algunos restaurantes y un peculiar chiringuito construido con maderas que trajo el mar a la playa y que milagrosamente sigue en pie después de tantos años.
Es una de las más bonitas. Como en todas, se puede practicar el snorkel. Siempre está muy concurrida. Tiene un par de hoteles, pero el que más nos gustó fue el chiringuito de madera, el Kiosko Cala Saona literalmente colgado sobre la arena y desde donde se puede gozar de la mejor vista de la puesta de sol.
Cuando estuvimos allí, vimos llegar a la playa a Marcelo sobre una canoa alargada con dos paneles solares que había diseñado y construido él mismo. Nos explicó que estaba dando la vuelta a las Baleares para impulsar el proyecto «Apadrina la Ciencia«. Un hurra a su iniciativa.
Racó des Moro
Llegamos a ver esta zona gracias a la excursión en barco que hicimos por toda la parte este de la isla. Definitivamente es la mejor manera de disfrutar de estos roquedales y acantilados abruptos que ofrecen rincones espectaculares.
Can Marroig
Una tarde decidimos aventurarnos y buscar una zona de baño a la que llaman «Les piscinetes», como piscinas naturales, en Can Marroig. Para ello, llegamos con el coche hasta el aparcamiento bordeando L’Estany des Peix. Allí comenzamos una breve caminata que enseguida nos condujo al acantilado. Pero una vez frente al mar, dudamos si dirigirnos hacia el norte, a Punta Pedrera, o hacia el sur hacia la torre de defensa de Sa Gavina que vislumbrábamos a lo lejos y a la que llaman La Vigía de Poniente.
Decidimos atacar el sur y, sinceramente, no fue nada fácil encontrar un acceso hasta el agua. Atravesamos una zona que había sido explotación de cantera para la extracción de piedra, lo que daba al entorno un toque casi marciano.
Al cabo de un buen rato decidí bañarme un ratito entre unas rocas. Es cierto que había más peces que en las otras playas. También es cierto que la zona es salvaje, virgen… No hay prácticamente nada más que naturaleza en todo su esplendor y toda para nosotros. Estábamos más solos que la una. Pero más cierto es que no íbamos bien informados, ni bien equipados, ni tampoco queríamos hacer senderismo y ese fue uno de esos días en los que prefieres menos calor, más tranquilidad y menos aventura.
Una lástima que justo al lado del aparcamiento, el Centro de Interpretación de la Naturaleza estaba cerrado y no pudimos preguntar por las famosas piscinas.
En resumen, Can Marroig ofrece auténticas maravillas, pero si decides encontrarlas por tierra, hay que buscarlas con información, agua, protección solar, calzado adecuado y sobre todo con buen ánimo. Y siempre está el recurso de visitar esta agreste zona cómodamente con una excursión en barco.
Vídeo del paseo en barco por la Costa Oeste hasta la isla de Espalmador