Mezquita de Córdoba

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La mezquita de Córdoba. Como dijo Antonio Gala, la Mezquita «fue el corazón de Córdoba cuando Córdoba fue el corazón del mundo».

La mezquita se compone de dos partes, la zona de oración y el patio donde se encuentra el alminar que es la torre desde donde se llama a los creyentes. La zona de oración es un bosque de 850 columnas de mármol, jaspe y granito sobre las que se apoyan 365 arcos de herradura bicolores. Da la medida del esplendor del arte de los califas en su apogeo.

A medida que la población de Córdoba aumentaba, fue creciendo la necesidad de que la mezquita pudiera albergar más fieles. Así, desde tiempos de Abderramán I sufrió sucesivas ampliaciones con Hisham I, Abderramán II, Abderramán III. La más importante tuvo lugar en época de Alhakén II y sería Almanzor quien la completaría.

De la catedral que hay en su interior, casi que no comento nada. Como dijo Titus Burckhardt, «es como una enorme araña en el centro de su tela».

La mezquita de Córdoba con Abderramán I

La primera mezquita la edificó Abderramán I más o menos en el 780, sobre una anterior iglesia visigoda. Se puede ver en el subsuelo algunos restos y columnas.

Los materiales utilizados en la primera fase son de acarreo o sea, de reciclaje, capiteles romanos y visigodos, por eso son diferentes. Hay un arco bajo de herradura y sobre él uno de medio punto que sujeta el techo, así conseguían más altura con las columnas bajas que tenían, eran sólidas pero les faltaba longitud. Este invento funcionó y fue copiado en muchas construcciones posteriores, estaba basado en los acueductos romanos. La innovación principal era que los arcos inferiores están colocados libremente sobre el espacio sin mampostería de relleno.

Arcos dobles en la mezquita de Córdoba Las dovelas de los arcos tienen su color original, alternan las rojas de ladrillo con las amarillentas de caliza. En sucesivas ampliaciones esto ya no se hizo así y se pintaron.

El resultado es un inmenso y magnífico bosque de columnas coronado de doble arquería que recuerda a un palmeral. Esta mezquita no está orientada hacia la Meca sino hacia el sur como la Mezquita de Damasco, también de los Omeya.

Abderramán I, fundador de la mezquita y de la dinastía de los Omeya en España, plantó en su jardín la primera palmera para recordar su niñez en Siria, de donde había salido huyendo de los Abbasies. Luego creó su propio imperio. Su hijo Hisham I, construyó un pequeño alminar.

Abderramán II. Primera ampliación

Abderramán II llevó a cabo la primera ampliación aunque sus sucesores Muhammad I y Abd Allah, las terminaron. Duplicó la sala de oración hacia el sur.

Se hicieron los primeros 8 capiteles de pencas, una abstracción y esquematización de los capiteles corintios del mundo romano y que derivarán en los capiteles de avispero que se pueden ver en Medina Azahara (Medinat Al-Zahra). Las dovelas de los arcos siguen alternando los materiales originales, ladrillo y caliza.

El mihrab y la macsura Abderramán II. El mihrab y la macsura

El mihrab se agrandó, ya no era un pequeño nicho en el muro. De este mihrab se conservaron las 4 columnas que son las que actualmente se ven, dos negras y dos rosas sobre las que se apoya el arco de herradura. Delante del mihrab creó una sala, macsura, cerrada por una verja de hierro, antes de madera, donde se situaba la corte del Califa.

El patio de los naranjos y al fondo, el alminarAbderramán III. El patio y el Alminar

Abderramán III agrandó la superficie del patio que había quedado desproporcionado con las anteriores ampliaciones. Construyó un alminar mayor y lo separó de la sala de oración hasta el lugar donde hoy se encuentra. Se conserva parte, dentro de la estructura actual. Desde el alminar el muecín llama a los fieles a la oración.

El mihrab en la mezquita de CórdobaAlhakén II. El mihrab

La única función del mihrab es señalar la dirección de la Meca y dar resonancia a las palabras del imán. Pero en la religión musulmana no es necesario nadie para realizar el culto, donde esté un devoto rezando, ahí está el centro de la mezquita.

El embellecimiento del mihrab pertenece a la ampliación de Alhakén II. Es la parte más rica de la mezquita. El mihrab es un joyel de mármol, estuco y mosaicos bizantinos brillantemente coloreados sobre fondo de oro ejecutados por artesanos bizantinos y musulmanes, que trajeron las teselas de Bizancio. Alhakén II volvió a ampliar la mezquita hacia el sur.

Alhakén II. Las cúpulas

Inicialmente los techos eran planos cubiertos de ricas maderas talladas y policromadas.

La creación de las cúpulas en la mezquita son una de las características más importantes de la ampliación de Alhakén II.

Como la mezquita había sido muy ampliada, ya no tenía suficiente con la entrada de luz del patio, así con Alhakén II se realiza este lucernario con cúpula nervada decorado ricamente recubierto de mosaicos y que está sobre la macsura ampliada y enriquecida, por Alhakén II.

Las teselas que recubren la cúpula son de forma cuadrangular y apenas superan un centímetro en cada uno de sus lados. Están realizadas en pasta de vidrio, en caliza, en cerámica e incluso en mármol, y se han llegado a identificar diecinueve colores, entre los que destaca el oro, el rojo, el verde y el azul.

«En el año 965 se terminó la cúpula que dominaba el mihrab, trabajo que formaba parte de la ampliación de la mezquita. Fue en el mes de junio. Es este mismo año se llevó a cabo la instalación del mosaico que había enviado el rey de Bizancio. Al-Hakam le había escrito pidiéndole que le mandase un artesano, en imitación de los que había hecho el califa al-Walid ibn ‘Abd al-Malik en la construcción de la Mezquita de Damasco. Volvió la misión diplomática de al-Hakam con el artesano y con trescientos veinte quintales de teselas de mosaico que enviaba el rey de Bizancio como regalo. El califa ordenó albergar y tratar con toda generosidad al artesano, nombrando a un grupo de esclavos para que aprendiesen el oficio con él; se pusieron manos a la obra y pronto aprendieron e incluso superaron al maestro bizantino, de manera que éste volvió a su patria colmado de regalos por el califa, y los esclavos siguieron solos, demostrando que eran los más hábiles artesanos de la tierra». 
Cronista Ibn ‘Idari

Lucernario delante del mihrab en la mezquita de CórdobaAlhakén II. Arcos polilobulados

La cúpula es una imagen simbólica del poder divino, cuyo representante en la Tierra es el califa. Lucernario delante del mihrab. Año 985.

Aparecen los arcos polilobulados y entrecruzados, y en las columnas se alternan fustes rosas y azules. Los materiales ya no son de acarreo, sino labrados ex profeso, con capiteles de pencas.

Almanzor

Con Almanzor (Al-Mansur, el victorioso) tiene lugar la mayor ampliación de la mezquita, en el siglo X, y esta ampliación no se hará hacia el sur como las otras sino hacia el este porque la proximidad del río lo impedía, con lo cual fue necesario expropiar muchas casas. El mihrab con esta ampliación queda por tanto descentrado en la mezquita.

Aquí las dovelas de los arcos ya están pintadas. Y los capiteles son todos igualitos de pencas. El suelo original de la mezquita era de tierra pisada cubierto con esteras.

Entre las numerosas expropiaciones que se hicieron, cuentan que una señora tenía una palmera en el patio de su casa y no la quería abandonar a no ser que se le diera otra casa con palmera, a lo que finalmente accedió Almanzor.

(Leído en: «La Civilización Hispanoárabe», de Titus Burckhardt).

La fachada oriental de la mezquita es la más rica de todas, fue realizada en la ampliación de Almanzor.