El Real Monasterio de Santa María de Poblet es un monasterio cisterciense. Su construcción fue impulsada y patrocinada por Ramón Berenguer IV, conde de Barcelona, quien lo entregó a los monjes bernardos de la abadía de Fontfroide en el año 1.149. Alcanzó su máximo esplendor en el siglo XIV. Llegó a ser un recinto autosuficiente donde había huerta, enfermería, farmacia, cementerios, plantas aromáticas, molinos, panaderías…

El monasterio es enorme y está dividido en recintos. En el tercer recinto se encuentra la Puerta Barroca de la Iglesia. Esta parte era donde estaba la clausura. Cerca está la Puerta Real, del siglo XIV, entre dos torres que son muy parecidas a las Torres de Serranos de Valencia. A ambos lados se ven dos timbres o sellos del rey Pedro IV. En uno de ellos puede leerse en latín y con caracteres pequeños «Esta obra comenzó en tiempo de Pedro, rey de Aragón.»

Al atardecer nos acercamos a la iglesia para escuchar a los monjes cantar las vísperas. Se trata de una experiencia íntima y preciosa, que, aunque no seas religioso, te tranquiliza el alma.

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