Navaconcejo • Valle del Jerte • Cáceres • España
Navaconcejo es una pequeña villa en el valle del Jerte que cuenta con 2.000 habitantes, lo que la convierte en uno de los pueblos más grandes del valle. Extiende su casco urbano a ambas orillas del río Jerte. Era un Concejo Medieval, de ahí su nombre “Navas del Concejo”. En el s. XV, un pueblo cercano ‘Peñahorcada’ fue destruido por la crecida del río y sus habitantes fueron acogidos en Navaconcejo. A finales del siglo XVII el Concejo compra el título de villazgo, que le proporciona independencia.
La gente es muy amable y habla contigo de una forma natural para enseñarte su pueblo. Así, conocimos a unas simpáticas señoras que nos mostraron algunas casas peculiares y nos contaron historias del pueblo. Todavía quedan algunas casas típicas de la zona con sus aleros y voladizos, aunque, lamentablemente, son pocas. Nos dijeron que cuando eran pequeños todas las casas tenían ese inmenso alero y si llovía podían ir al colegio sin mojarse. Pero cuando la industria de la cereza se hizo más fuerte, muchas de esas viejas casas se abandonaron por «casas más preparadas«. Ahora algunas de ellas se están restaurando y están quedado muy bien, aunque la arquitectura urbana ha perdido casi todo el encanto que le daban esas casas tradicionales. El mayor encanto del pueblo se lo da el río Jerte con sus aguas limpias y juguetonas, que lo atraviesa de punta a punta.
También nos enseñaron la Casa de la Inquisición en la calle Larga o calle Real, que tiene un escudo de piedra en el balcón y de la que se cuentan numerosas leyendas.
En la plaza Mayor destaca la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción que es del siglo XVI. Cerca de la iglesia encontramos la Casa de la Cultura antigua Fábrica de Sayales, también del siglo XVI, edificio renacentista donde los monjes franciscanos fabricaban sus sayales…
También puedes ver en Navaconcejo dos ermitas barrocas, la ermita del Santísimo Cristo del Valle y la ermita de San Jorge, con un retablo del s. XVIII.
La noche se nos echaba encima y volvimos a nuestro alojamiento en Casas del Castañar. Lástima, la visita no dio para más, no lo vimos todo, pero nos quedamos con la naturalidad y amabilidad de su gente.
En sus alrededores destacan la Garganta de Las Nogaledas, con muchas cascadas y el Mirador del Cerrillo. Los amantes del senderismo encontrarán en esta localidad nada menos que 19 rutas señalizadas. Toda una maravilla natural.
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