Ruta por Portugal: Día 12: Oporto 1 • Oporto 2 • Oporto 3
Contemplar Oporto desde el otro lado del río, con esa belleza decadente, las casas coloridas sin estridencias y con una copa de Oporto blanco, es un momento ciertamente especial.
Qué ver en Oporto: Llegamos a media mañana a Oporto, venimos de Aveiro y la entrada en coche es espectacular, entramos por Vila Nova de Gaia y al otro lado del río Duero, vemos Oporto, la zona de la Ribeira con sus casas de colores y el barrio alto con la catedral… cruzamos por el Puente Luis I.
Primero hay que guardar el coche en el garaje de hotel. En esta zona no se puede conducir, es un caos total de callejuelas y gente. Nuestro hotel tiene una ubicación perfecta en la Praça da Ribeira, y una vistas geniales.
Decidimos dar una vuelta en un bus turístico para hacer la primera toma de contacto y descansar del viaje mientras nos cuentan cosas. Luego fuimos a comer a la zona de las bodegas en Vila Nova de Gaia. No nos gustó, la comida mala, tienes que elegir bien el sitio porque está demasiado masificado, no olvidemos que es agosto. Eso sí, la vista, muy agradable.
Visitamos una bodega y probamos la experiencia de hacer una cata más amplia de la normal incluida en la entrada. Nos gustó mucho, pues no conocíamos el amplio abanico del vino de Oporto.
Y ahora a montar en barquito. Hay mucha gente para los paseos en barco y tenemos que esperar a que salga el siguiente. Es un paseo muy recomendable pues ver las dos ciudades desde el río es precioso. Te llevan casi hasta la desembocadura donde ya las casas son más nuevas. Muy bonito.
Y después, a pasear por la zona de la Catedral, subimos en Ascensor da Ribera, que está a los pies del Puente Luis I y vimos toda la zona vieja, contemplando la ciudad desde el mirador de la catedral. Como la catedral ya está cerrada, ya no hay apenas gente en el barrio. Vemos el sol en la orilla opuesta del río, pero la zona donde estamos está en sombra y las callejuelas impresionan un poco. Estamos absolutamente solos, ves las casas abandonadas, con los cristales rotos… si fuera invierno sería un poco lúgubre, para rodar una peli de miedo. Es una lástima que el barrio esté tan abandonado, sería precioso.
Bajando hacia la Ribeira, encontramos un pequeño restaurante y cenamos allí, luego un paseo por Cais de la Ribeira viendo el Duero, los barquitos y las luces de la orilla de enfrente, una maravilla, y a dormir prontito que mañana hay que ver más y Oporto tiene muchas cuestas.
Paseando por Oporto
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