El actual Parador de San Francisco se construyó en 1309 como palacio árabe de los Infantes de Muhammad III, tercer rey de la dinastía nazarí que gobernó entre los años 1302 y 1309 hasta que su hermano Nasr le obligó a dejar el trono. Por eso se le conoce como «El Depuesto».
Quedan pocos restos visibles del palacio árabe. Algunos de ellos son el mirador cuadrado con vistas al Generalife y algunas yeserías que decoran una cúpula con mocárabes. También la acequia que hoy corre por el Claustro, que era la antigua acequia real que atravesaba toda la colina.
Un poema árabe inédito en el convento de San Francisco
Un ejemplo notable del legado árabe es el poema de cinco versos que se encuentra en elegantes yeserías enmarcando los tres arcos del mirador del antiguo palacio árabe y que durante tanto tiempo ha pasado inadvertido.
En las páginas 23 a 41 del número 37 de la revista Cuadernos de la Alhambra, José Ag. Becerril Gómez y Juan Castilla Brazales han dejado un soberbio artículo en el que describen y explican estos excepcionales versos cuya traducción copiamos aquí:
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De extrema belleza son mi esplendor y mi pabellón.
En este la ampliación se ha añadido a la hermosura
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Gracias a él el reino se ha ennoblecido con el firme solio
Y con él se ha coronado el palacio con tan espléndido mirador
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Ha dispuesto [……………………………………………….]
su sabiduría que por mí se haya enaltecido la morada
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Y yo, enteramente yo, estoy agradecido a su invención
multiplicándose [……………………………………………….]
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Si un día un panegirista alaba a un califa
atribuyéndole bondad y acierto, solo a él podrá referirse.
Primera tumba de los reyes Católicos
Los Reyes Católicos mandaron construir sobre el palacio árabe el que sería el primer convento cristiano dentro de la Alhambra y encomendaron su tutela a la orden de los franciscanos. En este convento estarían enterrados unos años ambos monarcas. El año 1504 murió la reina y la enterraron allí según dispuso en su testamento. En 1516 fallecería el rey Fernando, el cual, aún habiéndose casado en segundas nupcias, respetó los deseos de Isabel y ordenó ser enterrado con ella en el convento de San Francisco. Sin embargo, Fernando ordenó construir la capilla Real junto a la catedral de Granada como lugar definitivo para la sepultura de ambos. Sería el año 1521 cuando su nieto, el emperador Carlos V mandó trasladar sus cuerpos a la Capilla Real, donde siguen enterrados.
En el actual Parador de San Francisco se conserva la portada de la iglesia y una losa de mármol con la siguiente inscripción:
La reina Isabel la Católica estuvo aquí sepultada desde MDIV, su esposo el rey Fernando desde MDXVI. Trasladados sus restos a la Capilla Real en MDXXI.
Ruina y restauración
En el siglo XIX sirvió como cuartel y en el siglo XX se encontraba en un estado lamentable de ruina. En 1927 comenzó su restauración, sirvió como residencia de artistas y finalmente el 26 de junio de 1945 abrió sus puertas como Parador Nacional de Turismo.