Peñíscola • Castellón • España
Categoría: Pueblos con encanto
Templarios, castillos, Papas, mar, playa, montaña, naturaleza, espectaculares rodajes cinematográficos… Todo eso y mucho más nos ofrece Peñíscola, desde 2.013, incluida oficialmente en la red de los pueblos más bonitos de España.
Cómo me gusta la historia
Quedan numerosos restos arqueológicos que nos muestran cómo este lugar estuvo poblado desde la prehistoria. Los ilercavones, pueblo íbero, mantenían relaciones comerciales con los fenicios llegados de Tiro allá por el siglo VII a. C. Más tarde los griegos la llamaron Quersonesos, que significa península. Los romanos traducen el nombre del griego y la llaman paene + insula, que significa «casi isla». Más adelante, se entrometió la palabra «peña» y así quedó formado su nombre actual: Peñíscola.
Estuvo bajo dominio árabe como «Baniskula» hasta el año 1233, momento en el que pasa al reino de Aragón tras la conquista de Jaime I. Se construye el castillo entre 1294 y 1307, y la ciudad comienza a prosperar de nuevo.
Los siglos XIV y XV marcarán hondamente la historia de la ciudad debido al cisma de occidente, enfrentamiento entre dos y tres papas luchando cada uno por su derecho a ser considerados el auténtico papa. Desde 1378 hasta 1418 llegó a haber hasta tres papas a la vez en la cristiandad, un auténtico despropósito, casi surrealista. A Peñíscola llegó, con su voluntad firme hasta el final, Pedro Martínez de Luna, el papa Luna con el nombre de Benedicto XIII. Fue papa desde 1394 hasta su muerte en 1423 y, a pesar de todas las oposiciones y dificultades, «se mantuvo en sus trece» y afirmó su derecho indiscutible de ser el verdadero papa.
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Visitamos la ciudad
Disfrutar de Peñíscola resulta cómodo y fácil. El casco histórico y sus lugares de interés se encuentran dentro del pequeño recinto amurallado. Descubrimos enseguida una ciudad árabe, como si nos hubiésemos trasladado a las Alpujarras del siglo X. Paseando con tranquilidad admiramos el famoso bufador. Este pasadizo natural en el mar transmite sonidos, arrullos, o fuertes surtidores de agua, dependiendo del estado de la mar.
Las pequeñas callejuelas que ascienden hacia el castillo son preciosas, aún a pesar de las inevitables y numerosas tiendas de souvenirs y restaurantes.
En la subida, si entramos por el Portal Fosc, pasamos por la iglesia parroquial de Santa María. Es del siglo XV y remodelada en el XVIII. Su interés radica en que contiene piezas del tesoro de Benedicto XIII.
Cuando llegamos arriba es obligatorio hacer una parada en la terraza en la que se encuentra el faro para descansar y contemplar las preciosas vistas desde donde se aprecian las fantásticas playas de Peñíscola.
Llegamos hasta arriba y antes de entrar al castillo nos acercamos a la Ermita de la Mare de Déu de L’Ermitana, construida entre 1708 y 1714. En lo más alto de su fachada se ve el escudo de Felipe V. ¿Y por qué? Pues muy sencillo. Tras la muerte de Carlos II sin descendencia, el último de los Austrias, finalmente consiguió ganar la guerra por el trono español el francés, el Borbón Felipe V. Precisamente por el apoyo de Peñíscola a su causa, el gobernador militar «regaló», hizo construir esta ermita.
Finalmente ya solo nos resta adquirir la entrada y entrar a este fabuloso castillo, pero te lo contaremos con más detalle en la entrada castillo de Peñíscola.
El cine en Peñíscola
No vamos a nombrarlas todas, pero sí nos ha llamado la atención que la relación de Peñíscola con el cine viene de largo. En 1913 «Ana Kadova», una película de espías, fue el primer rodaje y hasta hoy, se han realizado nada menos que 22 películas y algunas series en este magnífico escenario.
Entre las más reconocidas, a nivel internacional está «El Cid» protagonizada por Charlton Heston y Sofía Loren. Luis García Berlanga también eligió Peñíscola y no una vez, sino para dos largometrajes: «Calabuch« y «París Tombuctú«.
Una de las movidas más sonadas en la ciudad fue el rodaje de algunas escenas de la temporada 6 de Juego de Tronos.