En muchas otras placitas o ‘campos’ verás pozos en Venecia en medio o a un lado de la plaza.

Este es el campo de Santa Maria Mater Domini y por supuesto, tiene su pozo.

Estos pozos en Venecia antaño eran imprescindibles para la subsistencia de la ciudad. Venecia es una ciudad en el agua pero sin agua. En cada lado del pozo hay unos ladrillos perforados por donde se filtraban el agua que se recogía de la lluvia.

Fue una forma muy ingeniosa, pero también muy trabajosa y cara para conseguir el agua que necesitaban. Tuvieron que recurrir al agua de la lluvia porque el agua de la laguna es salobre.

Muchos de estos pozos eran privados, pero también había públicos. Los pozos dejaron de funcionar en el siglo XIX cuando construyeron el acueducto, pero han dejado los brocales o bocas que son muy bonitos. La mayoría están hechos de mármol.

En el Campo Santa Maria Mater Domini encontramos un barecito con la decoración dedicada a Corto Maltés. Aquí tomamos nuestra primera piadina veneciana, un pan plano finito, que se enrolla con cosas dentro, jamón, queso, lo que sea.

El personaje ficticio de Corto Maltés nació en La Valetta (Malta) un 10 de julio de 1.887. Su madre era una gitana conocida como la Niña de Gibraltar, sevillana de nacimiento, y su padre un marinero de Cornualles, por eso, Corto es súbdito británico, con residencia oficial en Barbados. Corto pasó su infancia en Córdoba, donde fue iniciado en el estudio de la Cábala y el Talmud por un rabino llamado Ezra Toledano. Un día, una gitana amiga de su madre quiso leerle la mano y descubrió que no tenía línea de la fortuna. Corto, entonces, se grabó una a su gusto con la navaja de afeitar de su padre.