El Puente de los Suspiros es uno de los iconos más famosos y románticos en la romántica ciudad de Venecia, aunque, como todo el mundo sabe, el origen de los suspiros no tenía nada de romántico.
El Puente de los Suspiros une el Palacio Ducal con las con las Prisiones Estatales (Piombi), sobre el Rio Di Palazzo. Las prisiones a las que llegaban los acusados eran unas buhardillas en lo más alto del edificio. Las llamaron ‘i piombi’, ‘los Plomos’ a causa del revestimiento en ese material del tejado. Esto hacía que tanto el calor del verano como el frío del invierno fueran insoportables. Se supone que era una cárcel segurísima. Sin embargo el famoso Giacomo Casanova narra en un libro, «La fuga dei piombi» cómo consiguió escapar de ese infierno.
Es un puente barroco del siglo XVII. El nombre del Puente de los Suspiros viene de la época romántica del siglo XIX, en concreto Lord Byron, que decía que los condenados suspiraban al atravesar este puente porque se veían privados de la luz del día y de su libertad al ingresar en los calabozos.
Las cárceles del Palacio Ducal. A principios del siglo XVII, se añadió al Palacio Ducal el edificio de las prisiones, sede de los Signori di notte al criminal (‘Señores de noche de lo criminal’). Estos magistrados eran los encargados de la prevención y represión de los delitos penales. El edificio de las prisiones fue conectado al Palacio Ducal mediante el Puente de los Suspiros, que cruzaban los condenados camino a la cárcel. Este puente lleva las armas del dux Marino Grimani.
Máscaras venecianas y al fondo el Puente de los Suspiros