Seguimos subiendo hacia el Norte, hacia la Reserva Nacional de Samburu, entre sus áridas extensiones, el río Ewaso Ngiro serpentea. Samburu representa un auténtico oasis de vida única y de esplendor indomable en medio de espinos y acacias dispersas.
En Samburu, la belleza se revela en cada detalle y en animales que no hemos visto hasta ahora. En primer lugar la cebra de Grevy con sus franjas elegantes y orejas vigilantes. Nos llama mucho la atención el oryx beisa, con su porte majestuoso y cuernos que desafían al cielo. Pero la que más nos gusta es la jirafa reticulada, pintada con un patrón de elegante retícula sobre su pelaje café. Y finamente el gerenuk, grácil y esbelto, como un espíritu libre entre las hojas de la acacia.
Jambo Afrika… comenzamos el día a las 5:30 de la mañana. Ha venido «nuestro Chef» con su ayudante y nos han preparado un fantástico desayuno con todo hecho en el momento, hasta los croissancitos. Hay unas masitas un poco dulces que están deliciosas, pan chapati, un pan plano sin levadura, bueno, de todo. Abajo foto de nuestra habitación y cargando el equipaje en el coche.
Desde aquí hasta nuestro alojamiento en la Reserva Samburu, Ashnil Samburu Camp hay 317 km. y tardamos unas 4 horas porque las carreteras son mejores. En un corto tramo de la carretera ha bajado una densa niebla, que como vino, se fue.
En la conducción me resulta curioso ver el caso omiso que le prestan a la linea continua que prohibe adelantar, es más bien un adorno de la carretera. También he de resaltar que los conductores se ayudan mucho en los miles de adelantamientos que se hacen continuamente, se echan las luces para avisar si te da tiempo o no, e incluso se salen de la carretera cuando ven que al contrario que adelanta, no le da tiempo. Nadie se enfada ni pierde la calma, simplemente continúan circulando.
En esta zona se ven muchos mas cultivos que en el Sur, al lado de la carretera mucho maíz y en las montañas, grandes plantaciones de café y té, en terrenos que fueron expropiados por los ingleses a los kikuyos, que fueron expulsados de sus tierras.
Volvemos a pasar Nanyuki que se encuentra a lo largo de la línea ecuatorial, lo que significa que el ecuador atraviesa la ciudad… un pasito arriba hemisferio Norte, un pasito abajo, hemisferio Sur.
Vemos el gran mercado de ayer, que empieza a despertar, hoy ya sin lluvia, los puestos de frutas se ven coloridos iluminados por el sol. Por toda esta zona se ve el Monte Kenia, pero cada vez que se supone que se ve, hay niebla. Te adelanto ya que volvimos a pasar a la vuelta y tampoco lo vimos. Habrá que volver.
Llegamos a la reserva y empezamos nuestro safari, a ver qué encontramos. La Reserva Nacional de Samburu son tres reservas nacionales diferentes, Samburu, Buffalo Springs y Shaba. Las dos primeras son colindantes entre sí y la reserva de Shaba está muy próxima a ellas. Juntas constituyen un único espacio natural delimitado por el río Ewaso Ngiro. La de Samburu, la más famosa, sigue un tramo del río Ewaso Ngiro que atraviesa un auténtico desierto, y nuestro hotel está a orillas del río.
Hay muchos árboles con estos nidos de pájaros tejedores, no me quiero arriesgar a decir qué son. Los hace el macho y si entran a verlo varias hembras y no les gusta, lo rompe y empieza de nuevo. Pero si a la hembra le gusta, entra y se queda.
Dos especies de jirafa
La Jirafa Reticulada o Somalí, la más hermosa de las especies de jirafa, que se distingue fácilmente por el dibujo de su pelaje con una delgada y definida retícula blanca separando sus manchas anaranjadas.
La Jirafa Reticulada y la Jirafa Masái son los dos tipos que hemos visto. La principal diferencia está en el patrón de su pelaje. La jirafa reticulada tiene manchas grandes, de forma poligonal y bien definidas, separadas por líneas blancas delgadas, que crean un patrón reticulado o en forma de red. En cambio, la jirafa Masái tiene manchas más irregulares y dentadas, con bordes menos definidos y más fragmentados. Además, la jirafa Masái tiende a ser un poco más alta que la reticulada, puede medir hasta 6 metros, el animal más alto de la tierra.
Otros animales de la Reserva Nacional de Samburu
El Oryx Beisa es un bellísimo antílope gris con manchas blancas y negras en el rostro y unos larguísimos cuernos tanto en los machos como en la hembras.
Me encanta ver las manadas de elefantes pasear libremente por la sabana.
Lejos muy lejos, encima de una montaña, divisamos una leona. Estos animales son territoriales, o sea que básicamente siempre están en su zona, pero es interesante conocer cuál es su zona, y eso lo saben los guías habituales, además se comunican por radio con los compañeros en swahili, y con los otros coches que se cruzan, así que es recomendable ir con un profesional porque verás más animalitos.
Hace demasiado calor en la sabana y ya no se ve ni un alma animal allí, están todos escondidos y no me extraña, así que nuestro guía decide que vayamos a nuestro alojamiento a hacer como los leones, meternos debajo de una sombra. Mi concepto de «tienda de campaña» ha variado bastante últimamente, y sí, es una bonita tienda de campaña.
Es un Camp muy bonito, al lado del río Ewaso Ngiro, que está detrás de esos árboles. Está todo lleno de pequeños «monos verdes de Angola o Malbrouck», la verdad es que nadie les llama así… son los monos de los «huevos azules». Sus genitales son coloridos; el escroto del macho es de un tono azulado, y su pene es rojo. La foto es de internet, porque nosotros no conseguimos fotografiarlos, aunque sí los vimos porque había muchos, pero no se quedaban quietos a posar.
Volvemos a salir de safari tras un breve descanso. Vemos las montañas que rodean esta zona desértica.
Yo creo que esta leona es la misma de esta mañana y estamos en la misma montaña… el territorio de las leonas es vital para su supervivencia, ya que dentro de él cazan, crían a sus cachorros y se protegen de otras manadas de leones o depredadores. Las leonas marcan su territorio con señales olfativas, como la orina, y también patrullan sus límites para ahuyentar a posibles intrusos.
El Gerenuk, un antílope de largo y esbelto cuello y patas también largas que no bebe agua y se alimenta de hojas de la acacia. Su posición más curiosa es verlo de pie comiendo las hojas altas de la acacia, pero no lo pillamos. Es propio de esta zona.
La unidad veterinaria monitorea la salud de la fauna silvestre, realizando exámenes de salud regulares y proporcionando tratamiento para enfermedades, lesiones y parásitos. Esto es vital para mantener la salud general de las poblaciones de animales y prevenir la propagación de enfermedades infecciosas… pero si a los impalas y a las gallinas de Guinea les muerde un depredador… no intervienen y dejan que la naturaleza siga su curso. Es broma.
Estamos fotografiando elefantes, son hembras con crías, pero si cada uno se mantiene en su sitio, si los respetamos, ellas nos respetan, si no invadimos su terreno, ellas no nos harán nada. Nosotros dentro del coche somos como una unidad, un animal muy grande, un vehículo que no supone ninguna amenaza. Si saliéramos del coche, ya seríamos un individuo pequeñito y podríamos ser una amenaza. Por eso está totalmente prohibido bajar de los coches, salvo en determinadas zonas.
Acabamos de conocer al animal más tierno de la sabana, el Dik Dik un pequeño antílope de tamaño diminuto y un peso de entre 3 y 6 kg. Se le ve tan desvalido. Si viniera un depredador, su única esperanza es correr, son ágiles y veloces. Los machos tienen unos pequeños cuernecitos.
Los dik dik on crepusculares, es decir, son más activos durante el amanecer y el atardecer. Comen hojas, brotes, y frutos pequeños. Van solos o en pareja. Son monógamos, la pareja se mantiene unida y forma un vínculo duradero. Tanto el macho como la hembra participan en el cuidado y la protección de la cría.
Hemos hecho casi 8.000 fotografías y vídeos en 7 días pero es que ver los animales al natural es algo increíble. Eso sí, para captar momentos especiales, necesitas muchos días y muchas horas buscando, porque los animales no aparecen cuando tú quieres, cuando aparecen, no posan y cuando posan, a lo mejor no es su mejor perfil.
Por ejemplo, no tuvimos oportunidad de ver un leopardo, creo que deben ser de los más esquivos. Cuando vuelves a casa hay que organizar todo el material, tirar mucho y hacer una pequeña selección que narre tu viaje en 200 fotos.
Vemos aparecer un elefante, un macho solitario, se le ve poderoso. Va a beber en el río, estamos al otro lado, nos mira, nosotros estamos quietos y en absoluto silencio, se oye el caer de una hoja y el murmullo del agua.
Él nos mira, bebe y tira agua hacia delante, una y otra vez repite lo mismo. Nuestro guía masái nos dice que ven el coche como un todo, como si fuera un animal grande. Con la trompa lanzan el agua hacia donde nosotros estamos para ver si «el animal metálico» reacciona o se mueve e interpretar si puede ser una amenaza. Nosotros estamos más quietos que una estatua, así que ambos seguimos con lo que hacemos. Este ha sido uno de los momentos más mágicos de todo el viaje.
Los elefantes no ven colores de la misma manera que los humanos. Tienen una visión dicromática, lo que significa que solo tienen dos tipos de conos en sus ojos, a diferencia de los humanos, que tienen tres. Los elefantes pueden ver en tonos de azul y amarillo, pero no pueden distinguir entre rojo y verde. Esto es similar a la forma en que las personas con daltonismo rojo-verde perciben los colores. Los conos son las células responsables de la percepción del color.
En condiciones de poca luz, la visión de los elefantes es bastante buena, ya que sus ojos están adaptados para ver mejor en la oscuridad. Sin embargo, su percepción del color es limitada y no tan rica como la de los humanos. Para compensar su visión del color menos desarrollada, los elefantes dependen en gran medida de otros sentidos, como el olfato y el oído, para interactuar con su entorno.
Esta foto me recuerda una escena de Egipto con la pirámide… en realidad es el monte Lolpopong, la montaña piramidal de la reserva Samburu. Delante las Palmeras Doum conocidas por sus troncos bifurcados y frutos comestibles. Las palmeras Doum son importantes para la fauna local, que se alimenta de sus frutos, y ayudan a prevenir la erosión del suelo en áreas ribereñas. Para completar el paisaje, una elegante garza.
Esta es la pobre Gallina de Guinea que se comen todos porque es presa fácil. Aquí se puede apreciar que en el Norte es mucho más azul que las que vimos en el Sur, más guapa pero igual de «comestible».
No es uno de los «Big Five», no es un poderoso felino… es un gorrioncillo cercano y familiar.
Es un Toco Piquirrojo, su canto es una serie de graznidos que comienzan con notas simples y luego se vuelven más fuertes y enfáticos, con notas dobles. Puede llegar a sonar dramático porque van in crescendo, como si fuera a suceder algo terrible.
Un árbol de Babuinos
Nos sorpende un Chacal que está en medio de la carretera diciendo… como no te apartes tú, yo no pienso moverme… y así hicimos, tuvimos que esquivarlo.
El pájaro Secretario, es muy extraño, parece un águila pero con unas patas muy largas de zancuda. Puede medir hasta 1,50 metros de envergadura. No se ve en la foto pero tiene una cresta de largas plumas negras
Estos son los «caminos» por donde suelen hacerse los safaris, a veces peor y a veces… mucho peor. Es alucinante la tracción y suspensión que tienen los Jeeps.
El paisaje de Samburu consta de sabana árida de espinos, matorrales secos, palmeras Doum y acacias dispersas que le dan el aspecto de desierto. En este paisaje donde la vida florece contra toda adversidad, la naturaleza nos regala un espectáculo de contrastes y armonías.
Aquí, cada criatura es un testimonio vivo de la resistencia y la belleza que puede surgir en los lugares más áridos y desafiantes de nuestro planeta. Samburu no es solo una reserva, es un tesoro de la vida salvaje que merece ser admirado, protegido y celebrado con la pasión que solo los verdaderos amantes de la naturaleza pueden sentir.
Acaba un nuevo día donde hemos conocido nuevos animales y formas de vida. La luna está casi llena, una tranquila cena y a la «tienda de campaña» a dormir como el rey de la sabana. Buenas noches, lala salama Afrika.