Reus, con más de mil años de historia, tiene un origen medieval. Tuvo su momento de esplendor en el siglo XVIII con la exportación del aguardiente que producía. Hacia el año 1900 se construyeron numerosos edificios modernistas que hacen de esta ciudad una de las más importantes en Modernismo después de Barcelona.
El centro neurálgico de Reus lo forman la Plaza de las Libertades y la calle Llovera une esa plaza con la Plaza de Prim, centro de la vida social de Reus. La calle Monterols une a su vez esta plaza con la Plaza del Mercadal, donde está el ayuntamiento, la Casa Navàs y la Oficina de Información y Turismo. Es muy interesante pasear por las rutas modernistas, empezando por la animada calle Llovera.
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Entramos a Reus por la Avenida de Sant Jordi, y dejamos el coche en la Plaza de las Libertades, desde donde contemplamos al fondo, el monumento del pintor Fortuny.
Paseando por la calle Llovera podemos admirar una gran concentración de edificios modernistas.
Llegamos a la Plaza del General Prim donde destaca la estatua dedicada a este militar que nació en Reus en 1814 y murió en Madrid 1838. Juan Prim fue General y hombre de estado que jugó un rol importante en las guerras carlistas.
Desde la Plaza del Mercadal vemos el campanario de Reus, una torre de estilo gótico y el Ayuntamiento que se trasladó a este edificio a finales del siglo XVI.
Nada mejor para hacer un alto en el camino y tomarse un vermut, tan típico de Reus. El Vermut posee una gran tradición en la ciudad, con él se elabora una bebida típica de su fiesta mayor, llamada Masclet. Para eso entramos en la cervecería La Ferretería, un local muy singular. Las numerosas fotografías que lo decoran, son del ilustre fotógrafo Josep Maria Ribas Prous. Se abrió en 1998 en el local de una antigua ferretería de 1850 y mantiene el ambiente de los comercios de la época. Sus estanterías están llenas de tuercas, cajas de caudales, ventiladores… cosas propias de una ferretería antigua.
Iglesia de la Parroquia Sant Joan Baptista comenzó a construirse en 1911 y acabaron en 1932, aún así quedó inacabada y está casi en ruinas. El arquitecto fue Pere Caselles i Tarrats.