Ruta Castillos y Baluartes • Cádiz • Provincia de Cádiz • España
Esta es una de mis rutas preferidas en Cádiz porque siempre vas al lado del mar. En esta Ruta por Cádiz Castillos y Baluartes admiraremos el magnífico recinto defensivo amurallado construido para la defensa de la ciudad.
Estos son los principales puntos en los que nos detendremos: Alameda de Apodaca • Baluarte de la Candelaria • Iglesia del Carmen • Parque Genovés • Magnolios • Playa de la Caleta • Peña Flamenca Juanito Villar • Bastión de San Sebastián • Calle de la Palma • Iglesia de Santa Catalina • Cárcel Real • Playa de Santa María • Taberna Casa Manteca • Puesta de sol en la Caleta • Taberna El Tío de la Tiza
Bordeamos Cádiz al lado del mar, unos 6 Km de paseo… La parte antigua de Cádiz es casi una isla. Te encuentras el mar por todas partes, un mar de colores cambiantes, azules, turquesas, verdes, rosados, naranjas, rojizos al atardecer… siempre es diferente. La luminosidad de este paseo en esta Ruta por Cádiz Castillos y Baluartes, te hace sentir realmente bien. Pasear al lado de este mar es realmente un lujo que los gaditanos tienen al alcance de la mano.
Empezamos por la Alameda de Apodaca, con su balaustrada de piedra, sus farolas de hierro forjado, un paseo entre jardines, resguardado de los temporales y siempre con el mar como telón de fondo.
Al fondo vemos el Baluarte de la Candelaria, construido en 1.672 para proteger la entrada natural al puerto de Cádiz y siempre expuesto a los embates del mar. Cádiz tuvo que fortificarse para protegerse de piratas e invasiones varias.
Enfrente de este baluarte, encontramos la Iglesia del Carmen, diferente, con sus colores rosados. Recuerda el estilo colonial en Sudamérica, colores claros bastante alejado del estilo de nuestras iglesias y catedrales de piedra oscura.
Seguimos nuestra Ruta por Cádiz Castillos y Baluartes bordeando Cádiz al lado del mar y nos encontramos con el Parque Genovés. Es el más grande de la ciudad y casi un jardín botánico. Este jardín, de 1892, tiene el aire romántico de los jardines franceses. Antes lo llamaban Paseo de Perejil, porque allí no crecía nada.
Llegamos al Castillo de Santa Catalina, del siglo XVI. Tiene forma de estrella y se construyó como defensa tras el saqueo anglo-holandés de 1596 para proteger la Caleta de Santa Catalina. En este lugar los barcos podían atracar fácilmente y alcanzar la ciudad.
Frente a la Playa de la Caleta, encontramos un Ficus inmenso, hay otros en la Alameda de Apodaca. Se cuenta que unas monjas trajeron unas macetas de sudamérica hace más de cien años, se trasplantó la plantita y crecieron estos impresionantes árboles que si pudieran hablar…
Y así llegamos a uno de los puntos más bonitos de Cádiz, la Playa de la Caleta, con su añejo balneario blanco, recortándose en el mar, las barquitas de pescadores, el Castillo de Santa Catalina y el Bastión de San Sebastián… demasiado bonito… Vamos a celebrarlo y nos tomamos algo.
Delante de la Puerta de la Caleta, que es entrada del camino que lleva hasta el Castillo de San Sebastián, está la Peña Flamenca Juanito Villar, un lugar donde algunas noches, se hacen conciertos de flamenquito del bueno y de día, es fantástico para tomar una cervecita y una tapa… después del ‘esfuerzo’ realizado.
Repuestas las fuerzas, pasamos por la Puerta de la Caleta o Baluarte del Orejón, una puerta que antes se cerraba para dar protección a la ciudad y avanzamos por un espigón de piedra hasta llegar al Bastión de San Sebastián, del siglo XVIII. Dentro también está el faro metálico de Cádiz.
Desandamos camino y buscamos la calle de la Palma, que básicamente está enfrente de la Caleta, adentrándonos por las calles del barrio de la Viña. Es una calle fundamentalmente de restaurantes y terracitas, ideal para comer ‘pescaito’ o tomar un ‘arroz del señorito’ (de marisco todo pelado). La calle tiene sus palmeras características, alguna virgen en la pared y la Iglesia de la Palma de 1768 al fondo. Tienes que elegir bien el sitio porque la última vez que fuimos vimos algunos sitios muy de «guiri» y el precio también.
Buscamos de nuevo el mar y encontramos la Iglesia de Santa Catalina que me llamó la atención porque… cuenta la leyenda… que una gitana le leyó el futuro a Murillo y le dijo que moriría en una boda, así, dicen que el pintor nunca asistía a estos eventos. Pero como las predicciones a veces son enigmáticas, lo que no quedó claro era que moriría pintando una boda, ‘Los esponsales de Santa Catalina’ y justo fue en esta iglesia. Murillo se cayó de un andamio y murió meses después a consecuencia de la caída.
Seguimos avanzando al lado del mar por Campo del Sur y nos encontramos un bello palacete neoclásico de final del s. XVIII, con hermosas vistas al mar… Ah, no era un palacete. Resulta que era una cárcel, la Cárcel Real. Actualmente es la Casa de Iberoamérica, gestionada por la Sociedad Municipal Cádiz.
Vemos la playa de Santa María, que tiene forma de concha por los espigones que tiene a ambos lados y hay varios surfistas. Al fondo, la Catedral de Cádiz sobresale por encima de las casas. Siguiendo el paseo al lado del mar también se encuentra una inmensa playa de kilómetros que es la playa de la Victoria y más allí, la playa de Cortadura… un mar impresionante.
Nos adentramos de nuevo por el Barrio de la Viña, hasta la calle Corralón de los Carros para tomar una tapa, imprescindible, en la Taberna Casa Manteca, unos chicharrones por ejemplo, en su típico papel de estraza. Un sitio con mucho ambiente, donde a veces cuesta entrar de lo lleno que está.
Volvemos con nuestra cámara de vídeo a la Playa de la Caleta para grabar la puesta de sol. Ayer fue espectacular, rosada, con un sol inmenso, hoy ha sido naranja, pero igualmente bonita.
Después de esta fantástica ruta por Cádiz, vamos a cenar en uno de los sitios que más nos ha gustado de esta ciudad, la Taberna El Tío de la Tiza, en la plaza del mismo nombre. Un broche genial para este magnífico día.
🧘🏻♀️ Mindfullness… atardecer en la playa de la Caleta en Cádiz