Hoy viajamos hacia el sur, hacia el río Talek, acercándonos a la frontera con Tanzania. Nos alojaremos en Olimba Mara Camp que está a solo 62 km. de distancia del Kandili Camp, pero el recorrido es todo por los caminos de tierra de la reserva Masái Mara, por lo que prácticamente todo el día es otro safari fotográfico maravilloso.
Jambo Afrika… son las 6:30h. de la mañana y ya estamos con la sonrisa puesta, un café y emprendemos un nuevo día de safari a ver qué nos depara.
El Kandili Camp se ve así de bonito… todavía no han puesto el sol. Siempre que salimos o entramos de nuestra tienda, aparece un masái que te acompaña con su «espada-machete» al cinto.
Está es una tienda común donde sirven el desayuno, pero nosotros siempre desayunamos rodeados de animales en la sabana, que es más apasionante.
Estamos en Julio, no hace frío, pero las chaquetas no sobran. Este es nuestro coche para todos los días, somos cuatro y delante viajan los guías. No tiene ventanas y el techo se abre para tener más campo de visión. Tienes que llevar un calzado fácil de quitar y calcetines, porque siempre vamos descalzos encima de los asientos.
Ahora ya vamos viendo el amanecer, aunque esta vez no paramos a disfrutarlo.
Los amaneceres y atardeceres en la sabana están siendo todos espectaculares.
Para volar en uno de estos globos, te levantas muy temprano en la noche para estar antes del amanecer en el globo y cuesta sobre los 450€/persona. Prepararé una hucha para la próxima vez 😂😂.
Los primeros animales que encontramos fueron los elefantes. Me llamó la atención la marca que la elefanta tiene en la cara pero luego me di cuenta que el bebé también la tiene, y los otros elefantes también. Es una glándula que se encuentra entre la oreja y el ojo en el hueso temporal, por eso la llamaron «Glándula Temporal», muy agudos ellos… y segrega temporina. No se sabe exactamente para qué sirve, pueden segregar líquido en situaciones de estrés, cuando hay sequía, cuando están excitados sexualmente… bueno, por muchas cosas, pero no saben por qué.
Lo que sí que se ha visto es que en los machos se segrega cuando «están en el período Musth» y además se vuelven muy agresivos, capaces de pelearse con otros macho e incluso atacar a los humanos, o sea, que ni te acerques a no ser que seas una elefanta de buen ver.
El «musth» es un estado en elefantes machos adultos caracterizado por un aumento significativo de testosterona, que causa cambios en su comportamiento y fisiología. Durante el musth, los elefantes pueden volverse agresivos, secretan un líquido aceitoso y maloliente de las glándulas temporales, mostrar mayor actividad sexual y moverse más. Este período puede durar de días a meses y es parte de su ciclo reproductivo natural.
Hay aviones que te llevan desde el aeropuerto de Nairobi hasta el Masái Mara por unos 150€/persona. Claro que te pierdes la adaptación al medio con los baches y el masaje masái y sus adelantamientos… bien curiosos 🤦🏻♀️.
Estamos desayunando nuestro picnic en caja de cartón, en una «terraza con vistas». Los hipopótamos nos curiosean y los cocodrilos no nos pierden de vista.
Los hipopótamos pasan muchas horas en el agua para bajar su temperatura corporal y proteger la piel del sol. También secretan un líquido espeso y rojizo conocido como «sudor de sangre», que actúa como protector solar, repelente de insectos y agente antibacteriano. Un todo en uno.
Hoy es mi santo y me resulta curioso recibir whatsapp de familia, amigos y alumnos, aquí perdida en medio de la sabana desayunando una salchicha con huevo duro. Lo que hace internet. Yo traía comprada una tarjeta del país con Airalo, para que fuera precio local pero se me acabó pronto y tuve que recargar. Emilio contrató el HolaFly, más caro de principio, pero al final, creo que mejor. Datos ilimitados y te olvidas. La única pega que tiene Holafly es que no te deja compartir datos.
En la sabana, los Ñus están juntándose por miles, no por millones, no, billones… bueno, voy a buscar la cifra para no ser exagerada. Pues eso… «alrededor de 1,5 a 2 millones de ñus se reúnen junto con cientos de miles de otros animales, como cebras y gacelas, para cruzar el río Mara en busca de pastos frescos.»
Y hay más invitados a la fiesta de la Gran Migración, aunque creo que no llevan invitación… maribús, buitres, águilas… y los felinos que ya se dejarán ver.
No quiero ser mala, peroooo… ¿hay un bicho más feo que el marabú?. El Marabú no es un buitre, su pico parece de pelícano, su cuerpo de cigüeña, de hecho es una cigüeña, además tiene una bolsa en la garganta que parece un testículo que llena de porquerías putrefactas…
Y pensar que cuando queremos ir súper monísimas y glamurosas nos adornamos con plumas de maribú copiando a las actrices del blanco y negro que las pusieron de moda… Marlene Dietrich, Mae West, Zsa Zsa Gabor… ¿sabrían estas guapas y elegantes influencers de antaño de dónde venían sus plumas?.
Y mención especial para la bailarina y cantante francesa Mistinguett (1875 – 1956) que fue de las primeras que las utilizó. Aquella que cantaba… Mon Homme, es mi hombre. Búscala en spotify, es muy conocida y la letra no tiene desperdicio… lo siento, me he enrollado… es que me encanta tirar del hilo y descubrir cosas relacionadas.
Ya están todos reunidos, huele que ni te imaginas. Es un pobre ñu. Verle meter la cabeza en las entrañas es de los más asqueroso que he visto en mi vida.
También vemos facóqueros o jabalíes verrugosos, llamados así por las verrugas que tienen en la cara que son en realidad parches de piel gruesa que protegen su rostro durante las peleas. Los colmillos superiores crecen hacia arriba y son más visibles, mientras que los inferiores son más afilados y se usan como armas.
Esta acacia es como el árbol de Navidad pero en vez de luminosos adornos tiene buitres atentos al menor error de los ñus y sus acompañantes.
Detrás de un matorral vemos una leona escondida pero asomándose que parece que debe tener alguna presa escondida en el arbusto. Hay más escondidas con sus presas muertas entre los matorrales. Y abajo en el riachuelo aparece una leona, bien comida y dormida que se levanta con cara de sueño y cara de pocos amigos.
Ya hemos llegado al Olimba Mara Camp, sin bien es más sencillo que el Kandili Camp, es también uno de los pocos campamentos donde el pueblo masái no solo trabajan aquí sino que también son beneficiarios directos como copropietarios o fundadores. Además son ecológicos. Todo se alimenta con energía solar y el agua para duchas etc., la toman del río Talek, que está aquí al lado. Como dicen en su web «Nuestro objetivo y filosofía en Olimba se centran en prácticas de safari éticas y socialmente conscientes.»
La mesa está preparada, las comidas suelen ser sencillas, no elegimos, el menú ya está definido. Me gusta el Olimba Mara Camp porque promueven una visión donde los masái se beneficien de su tierra, protegiéndola y permitiendo la recuperación del ecosistema y la vida silvestre. En los últimos tres años, han plantado y cuidado cientos de árboles en dos áreas protegidas para que no se los coman los elefantes, están regresando los arbustos y la hierba y pronto las tiendas de campaña estarán a la sombra de los nuevos árboles que se han plantado.
Este es el río Talek, que en las inundaciones de febrero se llevó parte del hotel, que está por ahí flotando.
El río Talek es un afluente del río Mara en la Reserva Nacional de Masái Mara, Kenia. Es importante durante la gran migración, cuando muchos animales cruzan sus aguas. Además, cerca del río se encuentran las salinas, áreas donde los animales vienen a beber y a buscar sales minerales, lo que atrae a una gran variedad de vida silvestre.
Pues nos vamos de nuevo de safari, nos falta ver leopardos para completar «the big five», pero de momento lo que encontramos son Gallinas de Guinea, pobrecitas, se las comen hasta los grandes cuando no tienen otra cosa que comer, de aperitivo. Además son un poco torpecicas. Estas son más pardas, pero en el norte tienen un color azul intenso precioso.
Me gusta esa bruma que aparece en las fotos en la sabana.
El Búfalo Africano es un animal que impone por lo robusto que se le ve. Puede pesar casi una tonelada. Son muy sociables y suelen estar en manadas matriarcales, lideradas por una hembra dominante. Son herbívoros y aguantan bastante sin comer ni beber.
Más vale que no se enfade contigo porque tiene unos cuernos afilados y con el peso que tienen, una cornada suya no debe ser una broma.
El Águila Cafre también conocida como águila negra africana. Es joven porque sus plumas son más marrón que negro.
Hoy no estamos teniendo suerte con los felinos, solo vemos herbívoros que ya habíamos visto. Otra águila y montones de monitos cara negra. Volvemos al Camp sin haber conseguido nuestro propósito de fotografiar un leopardo.
Qué bien sabe una sencilla cena a la luz de las estrellas con la banda sonora de fondo de… los leopardos que no hemos visto.
Hoy lo que más me ha impresionado son los miles de ñus reuniéndose para cruzar el río. Un safari no es algo matemático, unos días ves más cosas, y otros resultan más tranquilos. Buenas noches, lala salama Afrika.