Sestiere de San Polo

Sestiere San Polo • Venecia • Vèneto • Italia

Paseando por el Sestiere de San Polo

El Sestiere de San Polo es el pequeño de los barrios venecianos, pero siempre ha sido uno de los más animados de Venecia. Aquí sigue estando el famoso Ponte delle tette, donde las prostitutas de aquellos años mostraban sus encantos para captar clientes.

Puente del Rialto en San Polo

Puente del Rialto en el Sestiere de San Polo en Venecia

El Puente del Rialto une el sestiere de San Marco con el de San Polo. Desde el Rialto contemplamos la Riva del Vin ya en el sestiere San Polo, un antiguo muelle donde se descargaba el vino, y a esta parte, la Riva del Carbón.

En la Riva del Vin, las luces de los restaurantes se reflejan en el Gran Canal, mientras escuchamos la música de Bence Bíka pulsando las cuerdas de un extraño instrumento. La melodía medieval daba un toque de magia a la noche.

Por la zona de los mercados en San Polo hay sitios sencillos donde hacer un alto en el camino con un buen libro, por ejemplo ‘Venecia insólita y secreta‘ de Thomas Jonglez y Paola Zoffoli.

Si madrugas un poco, tendrás una visión insólita, el Puente del Rialto vacío. Vamos a cruzarlo y a mano derecha encontramos una cabeza dorada.

Al principio del puente hay una cabeza de oro coronada de laureles con un letrero que pone Alla testa d’Oro. Era el letrero de una antigua farmacia donde se preparaba el remedio universal, la Teríaca de Andrómaco, escrito en la pared. Era un remedio que lo curaba todo, todo. Entre sus muchos componentes llevaba regaliz y también opio, así que si no te curaba por lo menos se te olvidaba lo que te dolía.

Puente del Rialto antes de abrir los comercios, increíblemente vacío.

Es curioso ver el Puente del Rialto y el mercadillo todo vacío, luego es bien diferente.

Nada más bajar del puente, a mano derecha, el Campo Giacomo de Rialto donde está la iglesia de San Giacomo, la más antigua de Venecia del siglo V, aunque evidentemente muy reformada. Tiene un gran reloj de 24 horas, escritas en números romanos y no funciona muy bien.

En este Campo también encontramos al Gobbo, un hombre arrodillado que sostiene dos escalones sobre su espalda, una especie de pedestal para leer noticias oficiales y que sirvió ya en el s. XVI para colgar sátiras contra el clero y el gobierno.

Zona del Mercado

Por la noche, en esta zona del Mercado se reúne la juventud a tomar una copa de vino blanco en la calle alrededor de los locales.

Están montando el mercado de verdura, igual que hace casi mil años. Desde el 1.100, se surte con frutas y verduras de las islas cercanas.

La ‘Pescheria’, el mercado de pescado

Y este edificio es La ‘Pescheria’, el mercado de pescado, está aquí desde el siglo XIV, aunque el edificio actual es de 1.907, de estilo neogótico.

Al fondo vemos las típicas chimeneas venecianas de campana invertida, cónicas.

Los capiteles son muy curiosos y llenos de simbolismo, peces, caracolas, gambas… y en una placa antigua se ponen los tamaños mínimos que debía tener cada pescado.

En la puerta metálica hay una máxima ‘El pescado empieza a pudrirse por la cabeza’, su significado es más amplio y se puede aplicar a todo, no solo al pescado… también a los gobernantes, por ejemplo.

Desde el mercado de pescado vemos Ca D’Oro en el Sestiere Canareggio, la fachada más elegante de todas. Puedo imaginarlo con sus pinturas azul ultramar y los adornos cubiertos de pan de oro reflejándose en el Gran Canal.

El traghetto

Aprovechando que la parada del traghetto está aquí, creo que vamos a probarlo, cruzamos de orilla y ya volveremos.

El traghetto cuesta 2 € por persona y para los residentes 70 céntimos. Habitualmente lo cogen los venecianos para acudir a sus trabajos, así que no funcionan todas las horas del día. A nosotros el año 2.012 nos costó 50 céntimos.

Vamos de pie en el traghetto. Desde que llegué a Venecia parece que tengo el ‘mal de mar’ y hasta cuando estoy en tierra se sigue moviendo todo.

Estamos en el Gran Canal, a la derecha el Mercado de Pescado, visto desde Cannaregio.

Volvemos de nuevo en el traghetto al mercado. El Mercado del Pescado es ese edificio neogótico de ladrillo rojo.

La parada del traghetto se llama Santa Sofía. Este mercado es encantador.

Medallón de San Pietro Aretino en el Mercado del Pescado.

Medallón del león de San Marcos, en el Mercado del Pescado.

Seguimos con nuestro paseo por el sestiere San Polo

San Polo a diferencia de otros en Venecia, es un barrio donde la gente vive y se las apaña como puede, como en todos sitios. Nos damos cuenta de que en Venecia, no todo son góndolas y dorados… a veces la vida resulta muy complicada.

Estamos en la zona de Carampane, donde recluyeron a las prostitutas desde el siglo XV. Pasamos por delante del restaurante Carampane que dicen es de los mejores de Venecia, pero parece que no les gustan los turistas.

Puente de las tetas

Puente de las tetas. La ley permitía a estas mujeres de moral distraída sentarse en las ventanas con los pechos descubiertos y las piernas hacia fuera mostrando sus encantos, e incluso estar desnudas sobre el puente.

De ahí el nombre, Ponte delle Tette (Puente de las Tetas). Este puente une el sestiere de San Polo con el de Santa Croce. Había tanta permisividad legal que llegó un momento en el que tuvieron que combatir la gran oleada de homosexualidad que se había convertido en un problema de estado.

Venecia tiene grandes obras de arte y bellezas por doquier, pero también tiene pequeños rincones encantadores. En este sestiere también está la Basílica de Santa María dei Frari con la tumba de Casanova.

Palacio Barbarigo

Palacio Barbarigo en el Gran Canal. Destacan los hermosos mosaicos de la fachada, que representan a Carlos V de visita en el taller de Tiziano y Enrique III de visita en Murano; realizados por la Compañía Venecia y Murano.