Segóbriga • Cuenca • España • Categoría: Civilización romana
Segóbriga es una de las ciudades romanas mejor conservadas del Occidente del Imperio Romano y que mantiene casi intacto el paisaje originario de la época.
La ciudad romana de Segóbriga es la más monumental de la meseta. Era un importante cruce de comunicaciones y capital administrativa de un amplio territorio dedicado a la producción agrícola, ganadera y minera. En época de Augusto pasó de pagar impuestos a Roma a ser municipio romano, con sus propios magistrados y leyes. La población se asienta en el cerro de la Cabeza del Griego, protegido por el sur por el foso natural de Gigüela.
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Qué ver en Segóbriga
El acueducto
El acueducto se nutría de las aguas subterráneas de «Fuente de la Mar». Eran reunidas por medio de galerías talladas en la roca y, tras ser decantadas, eran conducidas a Segóbriga por el acueducto. El agua corría por el interior de una tubería de plomo, protegida por dos muros de hormigón y cubierta por tejas para evitar el sol y mantenerla fresca.
Llegaba a la ciudad por la zona en la que hoy se encuentra el Centro de Interpretación, cruzaba la necrópolis y proseguía por el costado oriental del teatro. Aparentemente, un primer aljibe recogía las aguas y las decantaba antes de que fueran distribuidas por el resto de los depósitos.
La necrópolis
En Segóbriga, como en todas las ciudades romanas, las necrópolis se situaron extramuros, junto a las vías que entraban y salían de la ciudad. Se ponían al lado de las vías, porque los muertos querían estar con los vivos y de esta forma, los vivos podían saludarlos, honrarlos y recordarlos.
Hasta el siglo II y III d. C., los enterramientos solían ser por incineración, guardándose los restos quemados en urnas de vidrio o cerámica. Más tarde, se generalizó la inhumación, que se impuso totalmente a partir de la época cristiana. La mayor parte de las sepulturas hoy visibles son de época tardo-romana y visigoda.
La muralla y la puerta de la ciudad
La ciudad se rodeó de una Muralla con sus Puertas y, al exterior, se levantaron el Teatro, el Anfiteatro y el Circo para espectáculos públicos. El centro urbano lo constituía el Foro o plaza mayor, con los edificios más emblemáticos en su entorno: Basílica y Curia, Aula basilical y, en sus proximidades, dos Termas para higiene y solaz.
El teatro
El teatro está edificado sobre una ladera para construir más fácilmente el graderío. Se tiene noticia de cerca de 350 teatros repartidos por las ciudades del Imperio romano, más de una veintena se han excavado en Hispania.
Todos los días de fiesta se celebraban representaciones teatrales en honor de los dioses, destinadas a deleitar al pueblo. Al teatro podían asistir todos los ciudadanos. Las tres partes principales son la ‘scaena’, la ‘orchestra’ y la ‘cavea’.
Entre la scaenae y la cavea está el semicírculo de la ‘Orchestra’, el lugar donde se colocaban los músicos y cantores que acompañaban las representaciones, está rodeado por 3 filas reservadas a autoridades, magistrados y sacerdotes, la ‘Poedria’. De la ‘Cavea’ se conserva la ima y la media cavea, mientras que falta la summa cavea, que se apoyaría en la muralla sobre un corredor abovedado por el que corría la calle que unía las puertas de la ciudad.
El Teatro en la antigua Roma tenía un carácter lúdico pero también político y religioso pues estaba destinado a las grandes fiestas y solemnidades colectivas, en especial a las relacionadas con el culto imperial.
Criptopórtico
Al norte del Foro, se construyó un gran Criptopórtico, una estructura subterránea, que sirvió para sostener uno de los pórticos que rodearon la plaza pública de la ciudad. A través de dos umbrales se accedía a la gran nave porticada, que pudo servir de tabularium o archivo del municipio.
En la parte superior se colocaron algunas estatuas erigidas en honor de diversos miembros de la familia julio-claudia. De aquí procede el hallazgo de una estatua imperial vestida con toga, cuya copia se expone en el lugar que apareció.
Termas del teatro
Entre el Teatro y la calle paralela a la Muralla se levantaron unas Termas en época de Augusto. Los nichos de sus paredes son espacios destinados a guardar la ropa durante la estancia en las termas. Vamos al Criptopórtico, que está aquí al ladito.
Basílica
La posible Basílica. Las basílicas romanas dieron su nombre a las cristianas por la forma de su planta, tenía también tres naves separadas por columnas, aunque su función era distinta.
En la Basílica se realizaban las transacciones comerciales y los magistrados administraban justicia. En sus extremos, hubo sendos templetes dedicados al culto del emperador y su familia.
El foro
El Foro o plaza pública ocupaba un gran espacio cuadrangular al este de la calle principal o kardo maximus. Era el centro político y social de la ciudad, la plaza a cuyo alrededor giraba la vida urbana y que servía para ordenar el urbanismo. Las habitaciones que hay a este lado del Foro debieron de ser tiendas (tabernae), en las que se vendía carne, pescado, vino, aceite, pan, fruta, etc.
Fue construido hacia el año 15 a. C., en época de Augusto. En el centro de la plaza se levantó un monumento, coronado por varias estatuas, del que solo se conserva la primera hilada de sillería. Como en otras ciudades romanas, magistrados y personajes relevantes de Segóbriga colocaron pedestales de estatua sobre el enlosado y en los pórticos, con sus nombres y cargos para perpetuar su memoria.
Esta obra del foro fue pavimentada por un tal Proculus Spantamicus, uno de aquellos indígenas que habían visto mejorar su situación de forma espectacular y que, ahora, estaba en condiciones de convertirse en mecenas de su ciudad. Es una «discreta» inscripción de 18 metros sobre el pavimento con su nombre completo.
Aula basilical o templo de culto imperial
En tiempos de Vespasiano (69-79 d.C.) se levantó un gran edificio frente al Foro, era un templo de culto imperial. Su acceso se realizó a través de una gran escalinata. Era de tres naves sostenidas por 10 columnas corintias de fustes estriados.
La nave central, más ancha, terminaba en un gran ábside al que se accedía por tres escalones para resaltar la estatua del emperador, situada en el centro.
Termas monumentales
Las Termas Monumentales se levantaron, en el último tercio del siglo I d. C., en la parte alta de la ciudad. Se llegaba a ellas por una ancha calle escalonada que discurría por detrás del Templo de culto imperial.
El Frigidarium era la sala de mayores dimensiones de las termas y había una piscina (natatio) de agua fría, cuyos lados estuvieron recubiertos por grandes losas verticales, del tipo de las que se ven in situ.
Desde el Frigidarium, sala de agua fría, se accedía al Tepidarium, sala de agua templada. Los habitantes que repoblaron la ciudad, tras ser reconquistada la zona a los árabes, convirtieron dicha dependencia en la Ermita de Nª Sª de los Remedios, construida, parte de ella también sobre el caldarium.
Adosado al Tepidarium estaba, el Caldarium, sala de agua caliente. Y a su lado, debió de haber un Lacónicum, para el baño de vapor.
Casa del procurador minero Caio Iulio Silvano
Caio Iulio Silvano, el procurador minero, era un funcionario imperial, su nombre está en una inscripción en lengua griega cincelado en un altar dedicado al dios Zeus, donde aparece como dedicante. Era el procurador de las minas de lapis specularis.
De momento se conocen 3 estancias de su lujosa vivienda: La estancia 1 tuvo un carácter religioso y estaba dedicada al dios griego Zeus Megistos. En su interior se ha colocado, en su posición original, una copia de los elementos de culto recuperados en la excavación.
Anfiteatro
El Anfiteatro fue construido al mismo tiempo que el Teatro, entre el siglo I y II d. C., ambos flanqueaban la entrada a la ciudad por la Puerta Principal, situada en su parte superior. Tenía capacidad para albergar más de 5.500 espectadores.
El Anfiteatro acogía espectáculos como las luchas de gladiadores, ‘venationes’ entre hombres y fieras, o entre fieras solo… fue una creación típicamente romana, los griegos eran más civilizados.
Aprovecharon la ladera de la montaña en la construcción de la cavea. Conserva las ‘carceres’ o habitaciones para las fieras y los gladiadores. Otras carceres más pequeñas pudieron servir como santuarios.
El circo
Tendrás que ponerle imaginación, pero el circo está ahí. Y antes que el circo, estuvo parte de la necrópolis, pero el circo era importante y lo construyeron encima porque con ‘el panen et circenses’, la plebe se consideraba feliz.