Setenil de las Bodegas • Cádiz • España
Setenil de las Bodegas, un pueblo bajo las rocas, un pueblo misterioso, encantador y sorprendente. Sus calles te transportan a los tiempos de los bandoleros, aquí se rodaron algunos episodios de Curro Jiménez, y Gerardo Diego lo cantó en sus versos «donde el cielo es de roca y el silencio de sueño de piqueta». La gastronomía tradicional de este peculiar pueblo de Cádiz, es exquisita y tampoco te dejará indiferente.
Parece mentira que haya estado escondido durante tantos años. Solamente a partir de la década de 2010 empezó a despuntar como un enclave turístico privilegiado.
A la maravillosa construcción de sus casas literalmente incrustadas en la roca, Setenil añade un entorno paisajístico espectacular, pues forma parte de la ruta de los pueblos blancos de Cádiz. Esta ruta la componen 19 municipios situados todos en torno al Parque Natural de Grazalema.
Nadie como el poeta Gerardo Diego supo expresar con más belleza y verdad la espectacular arquitectura de Setenil: «donde el cielo es de roca y el silencio de sueño de piqueta».
Visita de un día a Setenil de las Bodegas
Gracias a las amables y precisas indicaciones de los chicos que llevan el alojamiento, llegamos con el coche para descargar las maletas hasta la misma puerta del hotel Villa de Setenil en la calle Callejón, nº 10. Desde allí volví a bajar la estrechísima calle (de doble sentido) y ya pudimos dejar el vehículo en el parking de Los Caños, uno de los prácticos e imprescindibles aparcamientos que se han habilitado. Subimos andando y sin equipaje la preciosa Calle Calcetas y en dos minutos estábamos en el hotel, junto a la plaza Andalucía, al lado del famoso Callejón, lo que es considerado el «centro» de Setenil.
Mucha gente viene de visita un día, tal vez en una excursión programada. Nosotros decidimos pasar solo una noche porque llevábamos ruta destino Cádiz, pero en la próxima ocasión dedicaremos más días a este maravilloso lugar.
Sus calles
Recorrer las calles de Setenil te lleva de sorpresa en sorpresa. Eso sí, hay que estar en forma porque las calles son empinadas y hay muchos desniveles y escaleras.
Bajamos por la famosa calle Herrería, saliendo de la Plaza Andalucía. Es una de las calles más antiguas de la ciudad y por ella se llegaba hasta el río. Dicen que es una de las calles más bonitas de Andalucía.
Al final de Herrería llegamos a la calle Mina. El nombre de Mina viene por la excavación en la roca que construyeron los setenileños para conseguir agua a través de un pozo durante los asedios.
Giramos a la derecha y por la calle Vega, alcanzamos la empinada calle Constitución. Bajando por ella, todo recto llegamos a la calle Cuevas de la Sombra y al final, atravesamos el puente para encontrar la calle Cuevas del Sol, sin duda, las dos calles más transitadas y famosas de Setenil.
Solo este breve recorrido sería motivo suficiente para una escapada a Setenil, pero este pueblo ofrece muchos más rincones realmente bonitos y calles para pasear y disfrutar de su encanto.
Señalamos algunas de sus calles más emblemáticas:
La calle Calcetas une el aparcamiento con la plaza de Andalucía. Con sus casas cueva a un lado y la vista del final de la calle Cuevas del Sol, al otro, resulta una de las más peculiares de Setenil. Está como enterrada bajo la fortaleza y la iglesia. Aquí fue donde se encontró la famosa Damita en las excavaciones de 1.997. A estas viviendas les llaman casas cueva, pero sus constructores no excavan la roca, solamente tapan con paredes el hueco existente.
Jabonería, que bordea la imponente iglesia siguiendo la curva del río Guadalporcún, también llamado río Trejo. Su nombre posiblemente alude a que aquí tal vez hubo una fábrica de jabón o simplemente porque era el lugar donde las mujeres venían a lavar la ropa al río.
Cabrerizas, también con sus características casas cueva, se utilizó como lugar de rodaje de uno de los episodios de la serie Curro Jiménez.
El Torreón y el aljibe árabe
Gracias a la restauración llevada a cabo en 2.013 por el arquitecto Fernando Visedo, el torreón del siglo XIII que estaba en condiciones ruinosas, luce ahora espléndido y magnífico. La subida hasta lo más alto no supone mucho esfuerzo. En sus tres plantas se realizan exposiciones temporales sobre distintas temáticas y diferentes actos culturales.
La torre del homenaje es el último bastión que queda de la alcazaba almohade. Es de planta cuadrada y alberga bajo ella un aljibe, en parte excavado en la roca para la recogida de agua y el abastecimiento de la fortaleza.
La Damita de Setenil
Frente al torreón y junto al mirador del Lizón hay habilitado un pequeño museo para albergar principalmente la pequeña figurita de barro cocido conocida cariñosamente como la Damita de Setenil.
Esta estatuilla mide solo 6 cm de altura, pero es una joya cuyo valor histórico es incalculable. Tiene cinco mil años de antigüedad, de finales del Neolítico, hacia el 3.000 a. C. Apareció en las excavaciones de las Calcetas el año 1.997 y es testimonio directo de que estos espacios y casas cueva han estado habitados desde la prehistoria. En el museo se conservan también algunos de los proyectiles de piedra utilizados durante el asedio y otros elementos arqueológicos hallados en la ciudad.
Puente de Triana
Es el puente más antiguo conservado en Setenil. Su construcción se remonta al siglo XIII durante la época árabe. Hay quien dice que su origen es romano, pero esa hipótesis, según los expertos, arroja muchas dudas sobre su veracidad.
Presenta sólo un arco y está construido en ladrillo. Unía dos barrios de las afueras, el de Triana y el de Mina.
Iglesia de Nuestra Señora de la Encarnación
Los católicos reyes mandaron construir la iglesia nada más conquistar la población. En 1.505 empezaron las obras con un proyecto monumental, pero quedaron paralizadas definitivamente el año 1.614 por falta de financiación. No se terminó ni la nave central ni la fachada. Es de estilo gótico tardío, pero la demora en su construcción hizo que se mezclaran elementos arquitectónicos de diferentes estilos: mudéjar, gótico y renacentista.
En su interior destaca el retablo de la Anunciación, de finales del siglo XV.
Ermita de Nuestra Señora del Carmen
La ermita está situada en lo alto del barrio del Cerrillo y junto a ella se encuentra el famoso mirador. La ermita, de planta cuadrada, es del siglo XVIII.
La Virgen del Carmen, virgen marinera, se convirtió en patrona de Setenil por una promesa. Allá por el siglo XVIII, dos hermanos setenileños que volvían de las Américas pasaron grandes apuros en su viaje. Se encomendaron a la Virgen del Carmen y prometieron construirle una ermita en su pueblo si salían salvos. Así fue y así se hizo.
Ermita de San Benito
Subiendo por la calle Constitución hacia la plaza de Andalucía, justo donde comienza el tramo de cuesta más empinada, nos desviamos a mano izquierda y encontramos esta ermita. No se sabe la fecha de su construcción. Su aspecto actual es de los arreglos llevados a cabo a finales del siglo XIX y también durante el XX. Tiene planta rectangular y dispone de tres naves. Como natural que soy de Melilla, me gustó mucho saber que en un lateral hay dos placas que se colocaron como homenaje a la Legión española y al Grupo de Regulares de Melilla por su colaboración durante tantos años en las procesiones de Setenil.
Miradores en Setenil
Subir a los distintos miradores para fotografiar o simplemente para disfrutar de sus maravillosas vistas es otro de los encantos de Setenil.
Mirador del Carmen
Es el más céntrico de la localidad. Los famosos 93 escalones los construyeron los propios vecinos en la década de los años 1.960 excavando en la roca viva. De esta forma se llega a lo alto del barrio del Cerrillo y se consiguió por fin unir el barrio bajo de Setenil con la zona del Carmen.
Aquí se encuentra la ermita de la Virgen del Carmen, que es la patrona de la localidad. El panorama es espectacular: una cascada de casas blancas todas enfrentadas al río que es el que ha dado forma y estructura al lugar. El puente que se ve en la parte baja de la foto es el puente de Triana, el más antiguo de Setenil.
Mirador del Lizón
Desde la plaza de Andalucía, subimos hacia el torreón y a su lado, junto al pequeño museo de la Casa de la Damita, tenemos este mirador cuyo balcón es una auténtica muralla árabe medieval. Está situado a mayor altura que el del Carmen.
En la foto tomada desde abajo en la plaza de Andalucía. adivinamos el mirador en lo alto de la muralla.
El mirador del torreón
Aunque el espacio resulta estrecho y los muros son muy anchos, vale la pena subir hasta lo más alto del torreón para contemplar el fantástico panorama. Desde la terraza cuadrada se dominan los cuatro puntos cardinales.
En un día claro y soleado se puede ver hasta la vecina localidad de Olvera situada a 15 km de distancia.
Mirador de los Reyes Católicos
Nos encontramos en las afueras de la localidad, en el punto más alto de observación. En este lugar se alza la humilde ermita de San Sebastián mandada construir en 1.494 por los reyes Católicos. Aquí fue donde se colocaron las temibles armas de artillería con las que fue posible rendir la ciudad.
Se pueden ver desde aquí las ruinas de la romana Acinipo y también la ciudad de Olvera.
Vídeo de Setenil de las Bodegas
La conquista de Setenil
Dicen que su nombre pueda venir de Septem Nihil, que significa «siete veces nada». Desde tiempos de Juan II de Castilla (1.406 – 1.454), los cristianos trataron de conquistar la población en siete ocasiones, sin resultado alguno. Las defensas naturales con las que contaba y sus murallas, le habían dado fama de inexpugnable.
En realidad no fueron siete sitios. Solamente hay dos cercos acreditados, el del infante D. Fernando en 1.407 y el definitivo de los reyes Católicos en 1.484. De todas formas, sí hay constancia escrita de siete ataques de distinta intensidad contra los pobladores de Setenil por parte de los cristianos.
Hasta este momento, las campañas de reconquista se limitaban a iniciativas individuales, cabalgadas, pequeños asedios… con objetivos muy concretos, generalmente la toma de botín, asaltos, una venganza, el deseo de conseguir honores y reconocimiento al valor personal… Por eso los avances cristianos eran tan lentos. Los Católicos reyes, sin embargo, tras unir Castilla y Aragón con su matrimonio, se lanzaron decididos al proyecto común de completar la conquista y la unificación de todo el territorio peninsular. Y la puerta para entrar en el reino de Granada estaba en Setenil.
Imagen de la conquista en la catedral de Granada
Los hitos más importantes de la guerra de Granada están magníficamente tallados en madera en los bancos de la sillería del coro bajo de la catedral de Toledo. El Cardenal Mendoza encargó esta obra al maestro Rodrigo Alemán que la realizó entre los años 1.489 y 1.495.
La campaña de Granada está considerada la primera guerra moderna por los métodos y las armas que se utilizaron. Dicen que aquí se empleó por primera vez la pólvora en grandes cantidades.
En 1.484 consiguieron rendir la ciudad. Fue el primer paso, fundamental para conseguir el objetivo final que era la toma de Granada.
Los sitiadores emplazaron toda su artillería en el lugar en el que ahora está la ermita de San Sebastián y el cementerio. Desde esa situación elevada, las modernas lombardas italianas, junto a las tradicionales catapultas, lanzaban proyectiles de piedra de casi sesenta kilos contra las casas y las murallas. Los defensores, que tampoco eran muy numerosos, ante este continuo bombardeo, no tuvieron más remedio que rendirse. Al cabo de quince días piden y obtienen el perdón de sus vidas. Se permitió trasladarse a Ronda a unas 200 personas e incluso se les facilitó escolta para que no fuesen molestados durante el viaje. Nueve años más tarde caería Granada y terminó esta última campaña que duró diez años.
Galería de fotos. Clic en las miniaturas para verlas
Episodio de la serie Curro Jiménez rodado en Setenil
El servidor de la justicia (Curro Jiménez)
Poema de Gerardo Diego
Ver web: https://imaginasetenil.com/2017/07/09/cuando-gerardo-diego-descubrio-setenil/
Setenil
ay, Setenil, Setenil
escondido en un pliegue y sin repulgo.
Ángel blanco caído
pensando en un vuelo de estuco.
Setenil de las cuevas
donde el cielo es de roca
y el silencio, de sueño de piqueta.
Setenil, topo de luz,
nutria en lecho de anís y almoraduj.
Setenil entre mil,
delirio de albañil,
único Setenil de los libros con firma,
consuelo y limbo del divino Orfeo.
Reine en olvido y paz
benigna Proserpina.
Gerardo Diego 1.959