Sliema se encuentra a medio camino de Sant Julian’s y La Valletta. Es una bulliciosa y ajetreada ciudad con un fantástico paseo marítimo de varios kilómetros y preciosas puestas de sol.
Esta ciudad actualmente es muy bulliciosa y está repleta de turistas y animación a cualquier hora del día. Resulta curioso que su nombre en maltés significa «la paz, la comodidad».
En Sliema teníamos nuestro alojamiento, y desde aquí salíamos cada día de ruta. La disfrutamos mayormente al caer la tarde, para cenar y tomar algún baño en sus piscinas de roca. Disfrutamos también mucho de su paseo marítimo, de las puestas de sol y de las mejores vistas de Valletta.
Hay zonas de baño, especialmente habilitadas en la roca mediante la excavación de piscinas naturales. Tienen escalerillas y barandillas de acceso que facilitan enormemente el acceso al agua.
Alquilar coche: Si piensas llevar coche, hay que asegurarse que el hotel disponga de parking. Aparcar en la calle es muy complicado. Como curiosidad, en alguna calle vimos la señal de «Aparque encima de la acera» de esa forma los dos lados de la calle estaban disponibles para aparcar, quedando un más que estrecho carril por el que, al fin y al cabo, se podía transitar.