Subiendo por el Camino del Rey Chico, o Cuesta de los Chinos, la primera torre que encontraremos en la muralla será la Torre de los Picos.

El nombre de los Picos le viene porque sobre las almenas se levantan unas estructuras de ladrillo con forma de pirámide y les dan ese aspecto puntiagudo. Los añadieron en el siglo XIX después de la guerra de la Independencia.

Otros, sin embargo dicen que se debe a ocho ménsulas que sobresalen en sus esquinas justo debajo de las almenas. Esos salientes de piedra servían para sostener dos matacanes desde donde los arqueros podían disparar mejor al enemigo situados al pie de la torre.

En la planta baja de la torre se encuentra la Puerta del Arrabal, la más cercana al Generalife. Por esta puerta salía el Sultán cuando se retiraba a descansar en el Generalife. Junto a los muros de esta puerta del Arrabal se construyeron caballerizas. Si atravesamos la puerta del Arrabal accederemos al baluarte defensivo construido a finales del siglo XV por los cristianos. En este baluarte se abrió junto a la caballeriza la puerta de Hierro sobre la cual aún se puede distinguir, en mal estado de conservación, el emblema de los reyes Católicos.

Era una construcción principalmente defensiva, pero sus tres pisos del interior también sirvieron como vivienda como lo confirman las ricas yeserías y algunos restos de pinturas decorativas que aún se conservan. En la planta superior hay una terraza con sus características almenas puntiagudas.

Continuando nuestra subida por la Cuesta de los Chinos, las siguientes torres de la muralla serán la Torre del Cadí, la de la Cautiva, de las Infantas y la del Cabo de la Carrera.