Firenzecard, nuestra experiencia

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La Firenzecard es el pase oficial a los museos de la ciudad. Actualmente cuesta 85 € y es válida durante 72 horas desde su primer uso. También puedes adquirir la Firenzecard Plus que, junto a la Firenzecard, te permite viajar también durante 72 horas en los transportes públicos de Florencia.

En teoría está muy bien porque puedes entrar a muchos museos. Pero en tres días, el tiempo no se puede estirar.

Nuestra elección para visitar fue la siguiente:

  • Galería de la Academia: 12 € (El David)
  • Galería degli Ufizzi: 20 €
  • Palazzo Vecchio y ruinas del teatro romano subterráneo: 20 €
  • Museo del Bargello: 8 € (Donatello)
  • Palazzo Strozzi: 18 € (Exposiciones temporales de arte)
  • Museo Galileo: 10 €
  • Casa Buonarotti: 8 €
  • Casa Dante:  4 €
  • Museo Arqueológico: 4 €
  • Museo Opera del Duomo, Campanile, Cripta de Santa Reparata, Cúpola y Battistero: 18 €
  • Palazzo Pitti 10 €

En total, el precio de las entradas nos habría costado 129 €. Nos «ahorramos» 44 €. No está mal porque si te gusta el arte, realmente son visitas muy interesantes y obras maestras únicas que hay que ver sí o sí, aunque hay que valorar si vale la pena ver tanto arte tan de golpe y en tan poco tiempo.

Ahora bien, pudimos ver tantos museos porque la obligación de reservar la subida a la Cúpula, nos permitió «estirar» los días. Me explico: la reserva hay que hacerla presencialmente en el Museo dell’Opera del Duomo, justo detrás de la Catedral. Como para ese día no había, nos vimos obligados a reservar para cuatro días más tarde. Por ese motivo, los tres primeros días utilizamos la card, pero sin entrar en los museos del Duomo. El cuarto día subimos a la Cúpula y tuvimos 0tras 72 horas para ver todo el recinto de la Catedral: Museo Opera del Duomo, Campanile, Cripta de Santa Reparata, Cúpola y Battistero, ya que van incluidos en un mismo ticket.

Nuestros consejos:

  1. Solo si vas a estar cuatro o más días te valdrá la pena adquirir la card.
  2. Organiza bien qué quieres visitar y cuándo.
  3. Ten en cuenta que si te dedicas a los museos, no podrás pasear y disfrutar la ciudad, al menos durante 3 días, pues estarás muy cansado de recorrer tanto kilómetro de museo.
  4. Reserva la Cúpula el primer día que llegues y hazlo para el cuarto día de tu estancia como mínimo. Así dispondrás de otras 72 horas para ver el recinto museístico del Duomo.
  5. Como conclusión, ahora no me arrepiento de haber entrado a tantos museos y los he disfrutado mucho, pero sé que no repetiré la experiencia, pues al final es demasiado arte para tan poco tiempo.

Nuestra crítica:

Nuestra principal crítica es al sistema y organización de todo el proceso. En teoría te garantizan acceso preferente a los museos, sin esperas ni colas… Como dicen en mi pueblo, mentira podrida.

En los lugares donde más afluencia de gente hay, Galería de la Academia y Galería de los Ufizzi es obligatorio reservar el ingreso con antelación. Lo debes hacer por teléfono y te dan un código de reserva. Pero después tienes que pasar de nuevo por taquilla para retirar una entrada física mostrando tu código. Una completa pérdida de tiempo y tener que hacer cola como todo el mundo que era precisamente lo que queríamos evitar y, por supuesto, llegando a primera hora de la mañana, antes de que abran.

Te dicen que puedes canjear este código de reserva en tres sitios, en la taquilla de Orsanmichelle, la de la Academia y la de los Ufizzi, pero ya tienes que dedicar un tiempo para ir y hacer la cola correspondiente. No pienses que por ir el día de antes no vas a tener que esperar en esa cola.

La entrada a la Galería de la Academia es lo más caótico que os podáis imaginar. Una vez superada la primera cola y con tu entrada de cartón en la mano, enfilas tu acceso preferente, solo para darte de bruces dentro con que las dos colas, la preferente (más corta) y la normal (larguísima), una vez superado el control de seguridad de las mochilas, se unen en un embudo que, sí o sí, tienen que pasar todos por un único control de entrada. Ni se te ocurra intentar acceder al guardarropa porque tendrás que luchar a brazo partido contra la marea de gente que te rodea y no te deja ni moverte. Dante lo habría descrito mejor que yo, pero esa es la sensación que recibes para entrar a este, por otra parte, maravilloso museo.

En otros lugares,  como el Museo Galileo, por ejemplo, no está indicado el acceso para los poseedores de la card. Nos colocamos al final de la cola y cuando llegó nuestro turno y mostramos la card, el empleado, muy amablemente nos explicó no hacía falta que hubiéramos hecho la cola. Solo teníamos que pasar por delante de todos, quitar a quien estuviera en ese momento esperando, mostrar tu flamante card y obtener tu entrada en papel sin esperas. De haberlo sabido, no sé si lo hubiera hecho, pero si no quieres esperar, le echas un poco de morro y arreglado.

Para la Cúpula de la Catedral también hay que reservar con antelación, lógico debido a la estrechez del lugar y a la afluencia de gente, pero ¿por qué no se puede reservar on line? La única manera es pasar por taquilla el la Opera del Duomo y hacerlo físicamente y, curiosamente lo tienes que hacer tú en una máquina. Otra falta de organización a mi entender, imperdonable para una de las ciudades del mundo que mayor cantidad de turistas recibe.

¿Vale la pena adquirir la card para el transporte?

Aunque Florencia es una ciudad pequeña y se puede pasear con tranquilidad, si has adquirido la card, solo por subir y bajar descansados al Piazzale Michelangelo, a la basílica de San Miniato al Monte o al castillo Bellvedere, (autobús 13) dos veces, ya tienes un ahorro y la comodidad de tener el billete en tu cartera válido durante 3 días.