Garganta de la Olla • Valle de la Vera • Cáceres • España
Entre Jaraíz de la Vera y Cuacos de Yuste nos encontramos el pueblo de Garganta de la Olla. Apenas 1.000 habitantes y colgado en la ladera de la montaña, es uno de los pueblos más bonitos de la comarca.
Está enclavado entre dos gargantas y esta situación es lo que le ha dado su nombre: Garganta de la Olla.
Antiguamente a esta localidad se la conocía como «Ad Fauces«, que significa «junto a las gargantas«, la garganta Mayor y la de San Blas. Bonito, ¿verdad? Su nombre ya nos da la pista de lo que nos vamos a encontrar en sus alrededores: espectaculares gargantas y piscinas naturales de agua limpia y cristalina que harán las delicias de mayores y pequeños, sobre todo en el verano.
Qué ver en la Garganta de la Olla
Comenzamos la visita a la entrada del pueblo desde Yuste, en la Ermita del Cristo del Humilladero, del siglo XVI. En su interior se encuentra una imagen de Cristo en la Cruz del siglo XVI en el altar mayor, todo él recubierto de azulejos de Talavera.
Desde aquí parte la calle del Chorrillo, la más importante. Nos detenemos en la Fuente del Chorrillo que antiguamente abastecía de agua a toda la localidad.
En esta calle podemos contemplar varios edificios emblemáticos. En primer lugar la Casa de Postas, que servía de albergue para los viajeros en tiempos de Felipe II.
A su lado está la Casa de Félix Mesón Gómez que conserva el escudo de 1741 con la inscripción del nombre de su propietario.
Más adelante la famosísima Casa de las Muñecas, toda pintada de azul. Era uno de los tres prostíbulos en la villa con los que el emperador quiso dar entretenimiento a sus soldados.
Ya en la plaza encontramos el Ayuntamiento, la Picota del suplicio, de 1691 y la Casa de las mozas de la Fortuna, otro de los prostíbulos de la época.
Detrás de la plaza está el Museo de la Casa de la Inquisición. La visita guiada es muy interesante. Parece mentira que este tribunal tan despiadado e irracional estuviese en funcionamiento en toda España casi 400 años. Se creó en 1478 por bula del papa Sixto IV y las Cortes de Cádiz decidieron abolirlo en 1834. Aquí en Garganta, funcionó durante más de 200 años. El actual museo, además de los morbosos instrumentos de tortura, también tiene un apartado etnográfico más amable en el que se muestran los enseres y formas de vida tradicionales.
Aún hay más…
Subimos a la parte alta del pueblo hasta la Iglesia de San Lorenzo, del siglo XVI, declarada Monumento Histórico Artístico. Su órgano barroco de 1766 fue restaurado y constituye una de las joyas de la iglesia.
Cerca de la iglesia, en la calle Llana está la Casa Carvajal, renacentista del siglo SVI, donde se cree que vivió Isabel de Carvajal, la famosa Serrana de la Vera.
Cuenta la leyenda que… esta joven, habiendo sido ultrajada y abandonada por el sobrino del obispo de Plasencia, condenada ella y toda su familia a la más abominable deshonra, abandonó su hogar y se fue a vivir al monte. Su odio hacia el género masculino creció a la par que su destreza, habilidad y fuerza para vivir montaraz y medio salvaje. Valiéndose de sus encantos engañaba a todo hombre que se cruzaba en su camino, le conducía a su cueva y allí, tras gozar de ellos, les mataba sin piedad.
Y siguiendo este precioso paseo, llegamos a la Casa de la Peña, auténtico símbolo de este maravilloso pueblo. Un balcón sostenido de forma imposible con tres vigas de madera que se sustentan sobre una roca también de forma inexplicable.
Garganta de la Olla nos encantó. Es uno de esos pueblos en los que el tiempo parece haberse detenido y la paz y la tranquilidad te envuelven cuando decides sumergirte en sus encantos.
La serrana de la Vera
El mito es tan poderoso que existen muchas variantes del mismo en casi toda Extremadura. Los romances, con distintas variaciones se extendieron por toda la geografía española:
Entre Piornal y Garganta,
no muy lejos de Plasencia,
relatan viejos romances
una historia verdadera…
No faltaron tampoco las adaptaciones literarias de la historia. Las más famosas corresponden a Lope de Vega y a Luis Vélez de Guevara. Lope, en su estilo, relata una versión totalmente edulcorada con arrepentimiento y casamiento final de la serrana. Vélez de Guevara, en cambio, en su obra La Serrana de la Vera, es mucho más fiel a los romances antiguos narrando la venganza y el trágico final de la serrana.
Y para terminar, los garganteños, muy inteligentemente, han querido recordar y revivir esta historia con el Día de la Serrana de la Vera. El primer fin de semana de agosto se celebran dos días de fiesta en los que cabe de todo, desde una visita a la cueva donde supuestamente vivió la serrana, hasta toda una ambientación medieval del pueblo. Sin duda, una gran iniciativa que desde el año 2010 llevan adelante. Ánimo y que continúe el éxito.
Romance de la Serrana de la Vera