La necrópolis tebana es una inmensa zona de enterramientos situada en la orilla oeste del Nilo frente a la ciudad de Tebas, la actual Luxor. Se desarrolló sobre todo durante la época del imperio Nuevo con las dinastías XVIII, XIX y XX.
Los faraones construyeron sus tumbas en el Valle de los Reyes y en el Valle de las Reinas. Los nobles también buscaron enterramientos cerca de las familias reales y sus tumbas se localizan principalmente en las localidades cercanas de Dra Abu el-Naga y Qurna.
Finalmente los artesanos y constructores de los templos y tumbas reales también tienen su necrópolis en el llamado Valle de los Artesanos en Deir el-Medina.
Valle de los Reyes en la Necrópolis tebana
Parece ser que Tutmosis I (1.530-1.517 a. C.) fue el primero que ordenó construir su tumba aquí y hasta ahora se han encontrado 62 tumbas.
En las visitas guiadas incluidas en un crucero se puede acceder a tres sepulcros. El inconveniente es que uno no puede elegir a cuáles entrar, sino que lo decide el guía y también de cuáles estén abiertas al público en esa fecha.
Las tumbas de Seti I y la de Nefertari son las más extraordinarias. Tienen un precio superior de 1.200 libras egipcias (46 €).
Las mejores tumbas para visitar del Valle de los Reyes son:
- Las tumbas de Ramsés IX (KV6)
- Merempath (KV8)
- Ramsés III (KV11)
- Ramsés VI (KV9
- Ramsés I (KV16)
- Montu-her-Khopeshef (KV19)
- Tutmosis III (KV34)
- Amenofis II (KV35)
- Horemheb (KV57).
Otros consejos prácticos para visitar el Valle de los Reyes
- Llevar abundante agua, protección solar, calzado adecuado para el desierto y gorro para el sol. Hace mucho calor en cualquier época del año y apenas hay sombra en todo el yacimiento.
- Hay un tren turístico que te evita la larga caminata bajo el calor hasta la entrada de las tumbas: tiene un coste insignificante de 4 EGP y si viajas con niños al Valle de los Reyes, les encantará hacer este recorrido.
Tumbas que nosotros visitamos de la Necrópolis tebana
Tumba de Meremptah: KV 8
Meremptah, hijo de Ramsés II fue el cuarto faraón de la dinastía XIX. Se hizo construir una tumba magnífica. Es más grande que las de sus predecesores, con un corredor de casi 3 metros de altura.
A la entrada se distinguen perfectamente sobre el dintel las figuras de Isis y Neftis a la izquierda y a la derecha, respectivamente. En el centro vemos el disco solar con Ra, el sol en su apogeo, en el centro. En el interior del disco también aparecen dos figuras más: el escarabajo que representa a Hepri el sol naciente y Atum, el sol en el momento del ocaso.
Las primeras figuras que vemos al entrar son las de Ra Horus del Horizonte que recibe al faraón entrando en su tumba.
Bajando por el amplio corredor llegamos a una sala con columnas llamado el sepulcro de Osiris. Aquí está representado Osiris llevando un pectoral con el nombre del faraón Meremptah. Es una clara identificación del rey con la divinidad.
Un poco más abajo se encuentra la antecámara. Es muy curioso observar que aquí terminó la pesada tapa del sarcófago exterior de granito. Se ve que alguien quiso llevársela, pero solo consiguió trasladarla unos cuantos metros.
Finalmente, en la cámara sepulcral aparece el soporte o plinto donde descansaba ese gran sarcófago de granito de más de 4 metros de longitud que a su vez contenía otros tres en su interior. Lo que actualmente queda es la tapa del segundo de los sarcófagos, a la izquierda y a la derecha la reconstrucción del gran sarcófago exterior de 2’5 metros de altura. Su tapa es la que se encuentra en la antecámara.
La momia de Meremptah se encontró junto a muchas otras en un escondrijo secreto en la KV 35.
Tumba de Ramsés III: KV 11
Como en muchas otras tumbas, esta también fue saqueada y expoliada en los tiempos antiguos. Se sabe porque hay grafitti de tiempos de las dinastía XXI. Es una de las más largas que se construyeron, con 188 metros de longitud.
Es curioso saber que hacia la mitad los constructores toparon con la tumba del quinto faraón de la dinastía XIX, el rey Amenmeses, KV 10. Por ese motivo tuvieron que desviar el túnel hacia la derecha.
Se la conoce como tumba de Ramsés III porque aquí fue enterrado, pero en realidad la comenzó a construir su padre Sethnajt. Ramsés III completará la decoración y la excavación y por supuesto, eliminará el nombre de su padre donde aparecía, ya que Sethnajt fue enterrado en la tumba de la reina Tausert (KV 14) a la que había derrotado.
En el dintel de la entrada vuelve a aparecer el disco solar con la triple forma solar, Ra, Hepri y Atum flanqueados por las diosas Isis y Neftis. Una vez dentro, otra vez aparece el recibimiento de Ra Horus del Horizonte a Ramsés III.
La tapa y el sarcófago de Ramsés III se encuentran en dos museos diferentes. La tapa la vendió el aventurero y expoliador G. B. Belzoni al museo Fitzwilliam de Cambridge.
El sarcófago lo compró el museo del Louvre al cónsul británico en Egipto, Henry Salt nacido en 1.785.
La momia de Ramsés III también fue ocultada por los sacerdotes en otra tumba (DB 320). Los estudios llevados a cabo sobre ella demuestran que murió asesinado por el profundo corte que tiene en el cuello. Le sucedió su hijo Ramsés IV.
Tumba de Ramsés IX: KV 6
La KV 6 es monumental, con corredores de más de 4 metros de altura.
Na más entrar, en la pared izquierda aparece representado el recibimiento al faraón, esta vez no solo por Ra Horus del Horizonte y sino también por Osiris.
Su momia también se encontró escondida en otro lugar en Deir Bahari.
Los Colosos de Memnón
A escasos 10 minutos en coche antes de llegar al valle de los Reyes, se encuentran estas monumentales estatuas que actualmente tienen 14 metros de altura. Están talladas sobre un único bloque de granito procedente de unas canteras situadas a casi 700 km de distancia, cerca del actual Cairo.
Se supone que representan al faraón Amenofis III, quien fue padre del faraón hereje Akhenatón. Está sentado sobre un pedestal de 4 metros de altura y dirige su mirada hacia el sol naciente. En la parte baja están representadas su esposa Mutemwiya, su esposa, la reina Tiye, y alguna de sus hijas.
Si Amenofis III reinó hasta el año 1.353 a. C. los colosos serían construidos durante su mandato porque presidían la fachada de su templo funerario, es decir que tienen casi 3.400 años y ahí siguen impasibles viendo pasar la historia.
El deterioro que presentan se debió principalmente a dos terremotos ocurridos el primero el año 1.200 a.C y el segundo el 27 a. C. Este segundo seísmo dio lugar a un fenómeno muy curioso. Las grietas o fracturas producidas por el terremoto hicieron que el viento o el cambio de temperatura al recibir los rayos del sol, sonara como un silbido o una especie de lamento, sobre todo al amanecer.
El griego Estrabón escribió que estas estatuas representaban a Memnón, rey de Etiopía que luchó en Troya. Era hijo de Eos, la diosa de la aurora, y Aquiles lo mató. Estrabón decía que cada mañana Memnón saludaba a su madre con ese gemido.
Sin embargo, el emperador Septimio Severo en el siglo III ordenó la restauración de las estatuas y así fue como el coloso dejó de emitir su curioso lamento.
Vídeos del Valle de los Reyes