Ruta por Portugal: Día 12: Oporto 1 • Oporto 2 • Oporto 3
Paseando por Oporto: ruta 3
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Qué ver en Oporto: ruta 3
Después de comer, fuimos de nuevo hacia la Avenida dos Aliados y fuimos fijándonos en los magníficos edificios que la rodean, algunos de ellos, extrañamente abandonados y un poco en ruinas. Hay un estanque, unos angelitos monísimos, «la chica desnuda», la estatua ecuestre de Pedro IV, la cabina londinense, la estatua del vendedor de periódicos. Y llegamos a la estación de trenes y justo enfrente, está la Rua das Flores, sigue hasta el número 28 y encontrarás una librería mágica, la «Livraria Chaminé da Mota» donde un señor mayor encantador nos muestra todos sus tesoros. Él habla en portugués, nosotros en español, nos entendemos a la perfección, me encanta todo…
Y así vamos volviendo hacia nuestro hogar en Oporto en la Ribeira. Sí, nuestro hogar, porque es importante cuando viajas, hacer de tu alojamiento… tu casa, tu sitio donde volver al descanso. Y así llegamos hasta el Jardim do Infante Dom Henrique, allí está el infante D. Enrique, siglos más tarde apodado el Navegante. Enfrente un vistazo al Palacio de la Bolsa, Rua Ferreira Borges, nos habla de lo importante que ha sido el comercio en esta ciudad desde… desde siempre. Desde que era un pueblecito llamado Cale, asentamiento primitivo anterior a los romanos y cuyos habitantes ya serían llamados caleci o gallaeci por Plinio el Viejo. Esto derivaría después en Calecia o Gallaecia (Galicia) al norte y Porto Cale (Portugal) al sur.
A pocos pasos, la Iglesia-convento de San Francisco que se construyó a principios del siglo XIV. Rua do Infante Dom Henrique. Casi llegando al río la Casa do Infante Rua Alfândega 10, donde dicen nació el infante Dom Henrique, también conocido como Alfândega Velha, en un edificio donde estuvo la aduana en el año 1300 y donde hoy hay un museo que solo vimos por fuera, no te puedo decir más. Pasamos por la Antigua Bolsa de los Comerciante, Rua do Infante D. Henrique. Y llegamos a casa, en la Praça da Ribeira, saludamos al muñecote que hay en un nicho de un edificio, que por su aspecto, una vez debió ser muy importante y nos preparamos para una romántica cena a la ribera del Duero. Nuestra última cena en Portugal, de un paseo que comenzó allá en el sur, en el Algarve.
Volveremos a una nueva ruta por todos los sitios que hemos dejado sin ver… Portugal nos ha encantado.